miércoles, 4 de julio de 2012

NOTICIA: un ladrón enamorado



LADRON SE ENAMORA DE SU VíCTIMA ADOLESCENTE

En la ciudad de La Plata, una joven adolescente identificada como Ayelén Cabrera (18) y su abuela Pascualina (75), se encontraban solas en su casa cuando un delincuente entró a robar
     
     La escena en un principio no escapa de lo que hoy en Argentina es regular: el ladrón ingresó con violencia empujando a la anciana y arrojándola al suelo estrepitosamente, pero en ese instante la compasión lo invadió y decidió ayudar a la mujer. La acompañó hasta a su habitación y hoy, Pascualina cuenta que el gesto le pareció generoso.

Es entonces que Ayelén se dirige a la cocina para buscarle un vaso de agua a su abuela, y el ladrón la sigue para evitar que llame a la policía.

Cuando estuvieron solos, ella temiendo lo peor, decidió hacerle un comentario amable para calmar la tensión y generar la misma compasión que sintió por su abuela. “Que lindos ojos tenés”, manifestó la joven.

Esa fue la llave que abrió el corazón del delincuente, quien comenzó, cual “enamorado en el día del estudiante”, a utilizar todo tipo de estrategias para conquistarla, a tal punto que incluso le pidió el teléfono. “O me robás o me chamullás” le dijo la joven, quien se dio el lujo de bromear en una situación que había comenzado como una gran pesadilla.

En ese punto, se podría decir que Ayelén tomó el control de la situación con sus encantos, pues llegó a decirle al muchacho qué cosas robar y cuales no. “Me quiso robar una cadenita, pero le pedí que esa no se la llevara porque es muy importante para mí. Me hizo caso y quiso agarrar un minicomponente, pero le expliqué que ya no andaba más, así que me lo dejó también”, señaló Ayelén.

Por otro lado, aunque si bien él, extasiado por la belleza de la chica, le dijo una veintena de piropos, no escatimó en criticar el estado de su habitación que era, aparentemente, deplorable. “Flor de quilombo tenés acá”, cuenta la joven que le dijo el ladrón. De todos modos ella reclamó: “Encima que me estaba robando se dio el lujo de criticarme”.

En medio de la charla descubrieron que tenían algo en común: eran hinchas del mismo equipo, Gimnasia de la Plata. Y como si fuera poco, todo ocurrió cuando “El Lobo” jugaba un clásico intenso con Estudiantes de La Plata. Él tomó la camiseta, que la joven tenía en su habitación, entre sus manos, la besó y se despidió sin robar casi nada, luego de que la víctima le endulzara el corazón.

Sólo se llevó el teléfono celular de Ayelén. Pero antes de partir, se acercó una vez más a la adolescente, le pidió que abriera la mano y le dejó el chip del teléfono: “Guardálo. Algún día me vas a dar tu número”.