martes, 6 de octubre de 2015

Información general sobre Martín Fierro

INFORMACIÓN GENERAL SOBRE “MARTÍN FIERRO”
El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo, escrito en verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género. Debido a que tiene una continuación, La vuelta de Martín Fierro, escrita en 1879, este libro es también conocido como «La Ida». Ambos libros han sido considerados como libro nacional de la Argentina, bajo el título genérico de «El Martín Fierro». En «La Ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social lo vuelve gaucho matrero (fuera de la ley).
Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de la política del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los gauchos para ir a la frontera contra los indígenas.
ESTRUCTURA Y NARRADORES.
La primera parte, está comprendida por 2.316 versos que se agrupan en 13 cantos, donde intervienen como narradores el gaucho Martín Fierro, el Sargento Cruz y un narrador testigo, siendo publicada en 1872.
La segunda parte se conoce como "La vuelta de Martín Fierro", publicada en 1879, siete años después. Se estructuró de la siguiente manera: con una introducción o prólogo, donde se justifica ante los lectores y luego 4.849 versos distribuidos en 33 cantos, se observa la presencia de cinco narradores: Martín Fierro, el hijo mayor, el hijo segundo, Picardía y el narrador.
PERSONAJES:
Martín Fierro: Es el único que se reconoce por un nombre propio. Alude al Santo Patrono del partido y lugar de nacimiento del poeta, y al arma de pelea (fierro) preferida por el gaucho.
Es un hombre solitario y nómade que no asume compromisos con el pasado o el futuro. De acuerdo con su particular filosofía considera que lo que caracteriza al hombre es su sufrimiento, y por eso el no cría raíces. Constantemente lo persigue una sensación de desamparo, ya que en su tiempo el ser gaucho era considerado un delito.
El personaje evoluciona a lo largo del poema. En la primera parte se presenta individualista, orgulloso, anárquico, y su postura es la de marginarse. En la segunda en cambio acepta con mayor respeto las leyes y normas vigentes e intenta integrarse nuevamente a la sociedad. Tiene costumbres semejantes a la de los cristianos, pero otras parecidas a la de los indios.
El sargento Cruz: A pesar de no aparecer muy claro en el relato, se presenta como leal amigo de Martín Fierro durante un periodo de su viaje. Fue soldado primero y sargento de policía después, era un íntimo amigo de Martín Fierro, tiene una visión ingenua del mundo, tiene conocimientos políticos, es analfabeto, su figura complementa al gaucho Martín Fierro, de espaldas, un poco a la manera de los traidores, se identifica tanto con la suerte y destino del personaje central. Es más escéptico que Fierro aunque tiene un gran sentido de la lealtad. Es un hombre de acción

“Picardía”: Personaje de dicho nombre que aparece en la reunión de encuentro de Martín Fierro con sus hijos. Canta la historia de su vida y le da un toqué “pícaro” a la historia
Los indios: Aparecen como personaje colectivos y son pintados por el autor como seres salvajes y en algunas ocasiones hasta inhumanos. Toman preso a Martín Fierro y logra escapar de ellos.
Viejo Vizcacha: Es avaro, ladrón y acomodaticio; posee una completa insensibilidad por el dolor ajeno y su  postura descreída se evidencia a través de sus consejos. Constituye la figura típica del antihéroe: es borracho, hereje y muere como un perro rabioso.
Vizcacha es el personaje mejor logrado de la segunda parte; representa a un sector numeroso de la sociedad de la época. su retrato físico y moral está muy bien trazado, así como la descripción del rancho;  su mote le cuadra justo, y por momentos se figura hace olvidar la historia del propio Martín Fierro. Es un representante de  la filosofía cínica, que ama entrañablemente a los perros y desprecia a los hombres.
El hijo mayor de Martín Fierro: Narra afligido las peripecias que vivió tras quedar “huérfano” y desamparado y de cómo estuvo varios años preso a causa de una injusticia. La vida en la penitenciaría lo marcó.
El Moreno: Cantor que contesta una ronda de canciones y charlas con Martín Fierro en la fiesta de encuentro con sus hijos. Personaje humorístico. Reconoce en Fierro a un temible contrincante y se comporta ante el de manera respetuosa.
El hijo segundo de Martín Fierro: Corrió con mejor suerte al verse separado de su familia. Una tía lo adoptó y mantuvo hasta la muerte de ella. Su vida cambia cuando un tutor decide hacerse cargo de él. Vive una difícil experiencia durante la agonía de su tutor y regresa al desamparo
Existen otros personajes indeterminados: jueces, contadores, policías, gringos, y la mujer (la cautiva, la mujer de fierro) hacia la que siente un profundo respeto.

LA LENGUA
José Hernández utiliza para sus obras como lenguaje un remedo muy logrado del dialecto rústico rioplatense, tal como se hablaba en la primera mitad del s. XIX. El autor creía cumplir así el objetivo sociopolítico que se había propuesto. Por eso el pueblo supo reconocerse a sí mismo hablando en su propio estilo intransferible, pero elevado al mismo tiempo a la máxima tensión de su eficacia expresiva.
Para transcribir con exactitud el sistema lingüístico del pueblo había que respetar las frecuentes sinalefas, tal como este las pronunciaba, y ser fiel a la ley de acentuación del pueblo discordante con la impuesta en el Diccionario y la Gramática de la Real Academia Española. El lector deberá respetar la acentuación de José Hernández, si quiere gustar plenamente del poema.
Sin embargo, nuestro autor se atreve a modificar las grafías más que las fonéticas. Así tiende a cambiar las s por las c equivalente al sonido de la z española, y aunque conserva el castellano llevado por los conquistadores en el s. XVI, resulta comprensible en su conjunto para un lector español de la actualidad, si bien se le escapan expresiones y palabras concretas que resultan esenciales para la mejor interpretación del verso y la estrofa, así como paladear mejor su arte. Por otra parte, nuestro autor intercaló muchas expresiones y formas de expresión suyas, pero no de los gauchos, lo que dificulta más la comprensión.
A lo largo de la obra los americanismos son evidentes, así como la tendencia a reducir grupos consonánticos: doctor – dotor; indigno – indino; instrumento – estrumento, etc., y la confusión de los prefijos en formas nominales y verbales: desertor – resertor; derramar – redamar, etc.
Resultan normales las formas arcaicas, cosa que recuerda a la lengua do los conquistadores. El canto sigue idéntico proceso al de las hablas rústicas: caer – cair; reír – reir; démelo – demeló; casos de debilitación vocálica: teatro – tiatro; poeta – pueta; casos de h aspirada: huir – juir; horcón – jorcón; trascripción de j por f inicial: fuerte – juerte; fogón – jogón; etc.
Hernández no era un poeta cuidadoso ortográficamente, pero gran cantidad de fallos hay que señalarlos no por su ineptitud, sino por el deseo de acercarse más al hombre de campo, deseo que plantea en todo el poema. Esta circunstancia casi no se da en cuanto a la sintaxis. Las construcciones se ofrecen en forma directa, a semejanza de lo que hacen las gentes sencillas, y las diferencias son más por fonética sintáctica (supresión de la a: "lo empecé [a] aventajar") o introducción del complemento de objeto indirecto: "Y dejábamos las vacas / que las llevara el infiel".




"El eclipse" De Augusto Monterroso

El eclipse
Augusto Monterroso

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.

Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.

Análisis "La Niña de Guatemala"

Poema IX de "Versos sencillos"
Trabajo realizado por la Prof. Paola De Nigris

Tema: Muerte por amor. Una muerte que se da por un amor no correspondido, y porque el “desmemoriado” no toma en serio el sentir de la niña. No la considera capaz de amar realmente. Lo que se opone en este poema es un amor divinizado, idealizado, con un amor real, carnal, que lleva la niña hasta el suicidio por la incomprensión en primer lugar, del enamorado.

Rima: consonante

Métrica: octosílabos

El tema, la rima y la métrica están en función de lo que el yo lírico dice que es su voluntad: "contar este cuento en flor". Estamos frente a un poema narrativo. Es un poema porque el yo lírico se siente involucrado afectivamente con el suceso y lo expresa tamizado por su exaltación anímica. Esa "narración" no está desarrollada sino condensada en imágenes, y el sentimiento del yo lírico se trasluce en sus palabras. Se apela al origen de la narración, al cuento oral, guardián de la tradición. A pesar de ser planteado de forma escrita, la expresión "quiero, a la sombra de un ala" en tiempo presente, coloca al yo lírico en un tiempo y un espacio, junto a otros oyentes de la historia, lo que presentiza al poema narrativo. Remite al origen porque es así como se cuentan los cuentos que hacen la tradición de un pueblo. Ésta será una narración con aspectos míticos. La métrica y la rima están en función de este aspecto, ya que éstas son características de la poesía narrativa. Son formas poéticas sencillas, fáciles de retener al oído, tanto por su musicalidad como por la cortedad del verso. El tema también está en función de la narración desde su simplicidad y su popularidad.

En este poema, tanto la métrica como la rima son características del modernismo, ya que se busca una forma perfecta, musical. Esta forma estricta podría relacionarse con la influencia del simbolismo en esta corriente.

Estructura:

La estructura del poema será particular. La primera estrofa y la última funcionan como introducción y cierre de la anécdota, mientras que las estrofas intermedias irán intercalando episodios de un pasado inmediato, donde se describirá el entierro en imágenes; y la historia pasada (pasado mediato) que lleva a la niña a "morir de amor". Una y otra estrofa se diferenciarán por los puntos suspensivos al principio de la misma.

Análisis

Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Esta es la estrofa introductoria. En ella se nos plantea la voluntad del yo lírico de contar un cuento, que ya dijimos tendrá características de mítico. Esto también podría relacionarse con el parnasianismo, ya que esta corriente solía tomar historias del pasado y actualizarlas para dejar un mensaje con ella, mensaje que explicara el presente.

Cuando se refiere a "la sombra de un ala", la palabra "ala" resulta enigmática. Podría estarse hablando del ala de un sombrero, lo que haría pensar en un yo lírico que se protege, no sólo la cabeza, sino también los ojos. La imagen de un hombre con sombrero genera cierto misterio, y esto podría relacionarse con lo involucrado que éste se encuentra frente a la situación que narra. El misterio de cuán involucrado está en esta situación, o de cuál es la relación entre el yo lírico y la niña, es algo que nunca se aclara en el poema. El yo lírico dirá "era su frente - la frente / que más he amado en mi vida", pero nunca se aclara si él es el "desmemoriado" o si él siente tal compasión por ella que se identifica con ella por haber pasado, alguna vez una situación parecida, o tal vez por el símbolo que ella representa.

Por otro lado, podríamos pensar en la palabra "ala" como lo que ésta sugiere: libertad, vuelo en libertad. Amparado entonces por la libertad con que este "cuento" debe volar y llegar a todos para formar la memoria colectiva, es que en ese lugarcito de sombra que da la sensación de protección, de acojo, de tranquilidad, este "cuento debe ser contado". Memoria que debe ser rescatada por todos, ya que en el mismo cuento se encierra el peligro de la "desmemoria", las consecuencias que ésta puede traer. La muerte de la niña es una consecuencia de la "desmemoria".

A su vez, la palabra "ala" nos remite a lo natural, y nos da la sensación de que este yo lírico se encuentra al aire libre con un auditorio que lo escucha. Es de esa forma que esta "historia" debe ser planteada.

Utilizar dos palabras con el mismo sema "contar este cuento" afirma la voluntad y importancia de contar. Este "cuento" tendrá un propósito: la memoria, como herramienta, como arma para los pueblos. Y esta memoria también está unida al concepto "amor", porque el amor necesita de la memoria. A través de la experiencia de la memoria individual (la de la niña, la del yo lírico) se trata de rescatar una memoria colectiva, y el cuento es una forma de hacer vigente esa memoria colectiva, por ello se redunda en estos semas. A su vez esta vigencia del cuento queda plasmada en la catacresis "cuento en flor". Se adjetiva de manera impropia al sustantivo "cuento". Esta adjetivación, que se transforma en una metáfora, habla de la plenitud, la vigencia, vitalidad y la belleza del cuento. También se habla de la capacidad de renacer. Decir "en flor" nos sugiere que este "cuento" es parte de un ciclo natural: todo nace, se reproduce y muere. Esto se relaciona con la niña, ya que ella también morirá, y a través del poema renacerá, y logrará estar "en flor" como no lo logró en vida. Por más que el tiempo pase, este "cuento" deberá seguir siempre en flor, desde el momento que exista la posibilidad de escuchar a alguien que enuncia "Quiero, a la sombra de una ala..." o que algún oyente recuerde esta historia.

Lo único que se nos dice de la niña es que el lugar de su procedencia, quedará así inmortalizada por su origen y no por su nombre. No importa quién es en realidad sino lo que le sucede y de dónde nace su mito. Resulta mítica su historia precisamente por esa expresión "la niña de Guatemala". Se trata de revalorizar, en este caso, un mito auténticamente americano, y con ella nuestra historia y nuestra tradición, sin necesidad de mirar a los mitos europeos que anularon nuestros propios mitos.

A su vez se nos recordará a esta niña, precisamente por su condición de niña. Hablar de una niña es también hablar de inocencia, candidez, ilusión, vitalidad y virginidad. Y es por estas cualidades que el yo lírico quiere que la recordemos.

El estribillo "la que se murió de amor" quedará marcado en la memoria de los oyentes del poema a través de su reiteración constante. No importa cuantos nombres técnicos y explicaciones racionales le podamos dar a esa muerte, existe detrás de ella algo inexplicable, que no pertenece al mundo de la racionalidad, sino al mundo de los sentimientos. El amor, como sentimiento, ha sido de los más difíciles de explicar durante toda la historia de la humanidad, y las conductas de los enamorados, han resultado, en la historia, un gran misterio para la razón. Es por ello que el yo lírico afirma conocer la causa de la muerte, y sin necesidad de explicarla, se la atribuye al amor, algo que cualquier persona conectada con ese sentimiento puede entender. El concepto de amor se puede ampliar, y puede ir mucho más allá que la idea del amor a una persona, lo que permite relacionar al yo lírico con esta niña. Este estribillo, que simplemente se plasma en esta introducción, se irá desarrollando a través del poema.

Eran de lirios los ramos,
y las orlas de reseda
y de jazmín la enterramos
en una caja de seda.

La primera estrofa, luego de la introducción, refiere a una descripción del funeral. Esta descripción está cargada de sensorialidad y de imágenes, tal como se podría plantear en un cuadro, es por ello que nos acercamos aquí a los aspectos parnasianistas que el modernismo adoptó. La imagen cargada de flores de diferentes colores: violetas, amarillas y blancas, dan vivacidad, colorido e importancia a este entierro. No es un funeral común, es el funeral de una virgen, de una niña. Es por ello que para él se toman tantas consideraciones, y hay en él tanto colorido.

Las flores puestas en estas circunstancias, el entierro, no tienen el mismo valor que arriba se había mencionado. Estas no son flores de vida, y vitalidad ("cuento en flor") sino flores para un entierro, flores que pretenden acompañar a la muerte que resulta demasiado dolorosa para el pueblo, por tratarse de una niña que jamás logró la plenitud de su vida, que no llegó, ni llegará a su madurez, que muere antes de ser mujer, pero que se pretende rescatar, a través de la historia ("cuento en flor"), y a través del colorido que expresa ese dolor. Esta condición de niña hace más patética, condenable e imperdonable la actitud del que la traiciona con su falta de memoria, porque faltar a la memoria también es una traición.

El yo lírico vuelve a utilizar una catacresis cuando dice "en una caja de seda", y suaviza así la imagen del cajón mortuorio. El cajón, algo duro, rígido, inquebrantable, queda suavizado por la seda, porque resulta doloroso aceptar la muerte, rígida, dura e inquebrantable, simbolizada en esa "caja", (y apréciese que no dice "cajón", sino que también suaviza la imagen hablando de "caja") para alguien tan frágil y vulnerable como esa niña. Esta es una Virgen americana que se relaciona con el amor, concepto que se completará en valores durante el poema.

... Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Comienza la historia, y el yo lírico pone los puntos suspensivos marcándonos que va a ir hacia un pasado mediato, para explicarnos el pasado inmediato. Pero elegirá de ese pasado, lo esencial, y no todos los hechos, jerarquizará aquellos que condensen la situación y den mayor efectividad e impacto. Esto resulta fundamental en el poema, porque el presente se explica siempre por la existencia de un pasado que nos ha colocado en este lugar, de allí la importancia capital de la memoria. La falta de memoria nos condena a una no comprensión del presente, y por lo tanto a la posibilidad de un error fatal. Por ello la historia que hoy se cuenta en este poema, tiene aspectos míticos, tiene la voluntad de rescatar de ella una memoria colectiva, a través de una memoria y una historia individual.

El hombre que traiciona a la niña, tampoco tiene nombre, se lo llama como el "desmemoriado", resaltando así la característica de este hombre como aquel que no tiene memoria. La memoria y lealtad son pilares fundamentales que sostienen al concepto de amor y los dos son traicionados por el desmemoriado. Desde el momento que no existe la memoria no puede existir la lealtad1. Su falta de memoria provoca, como consecuencia la muerte. La falta de memoria de un pueblo también puede provocar la muerte de la identidad de éste.

La acción de darle una "almohadilla de olor", se relaciona con las prendas de amor que suelen darse los enamorados. El amor se mantiene vivo, habitualmente, en la realidad y en la literatura, por medio de "prendas de amor", de regalos que los enamorados se dan para mantener viva la memoria en el otro. Habitualmente, ambos se intercambiaban prendas, como prueba de ese compromiso y esa lealtad que mantendrían con el otro. En este caso, sólo ella entrega su prenda de amor. Ella se compromete, pero no se aclara que él también se haya comprometido con ella, con lo cual es una doble traición, la indiferencia de él frente a este acto que no sabe valorar y la desmemoria.

La prenda que ella le entrega es un símbolo: "una almohadilla de olor". A través de esta sinestesia lexicalizada que reúne al sentido del tacto y del olfato, se quiere mostrar que el recuerdo, la memoria debe apelar a todos los sentidos posibles; este acto de amor busca enseñar esta verdad. Por otra parte, esta almohadilla encierra dentro de ella un secreto, el olor, que sólo descubre quien tiene en su mano la almohadilla, con lo cual es un objeto que llama a un compromiso y una intimidad. A su vez, el sentido del olfato es uno de los sentidos que más despiertan a la memoria. Sin embargo, la almohadilla de olor tiene un tiempo de vida, es decir, cuando transcurre mucho tiempo, esta pierde su esencia: el olor. Cada tanto debía renovarse la hierba que se introducía dentro de la almohadilla para que ésta conservara su olor. Esta renovación nunca se cumplió, con lo cual la pérdida del olor se relaciona con la pérdida de memoria del hombre. Nunca se renovó el compromiso, lo que demuestra la indiferencia de él hacia ella. Darle un objeto de efímera vida, muestra por un lado las expectativas de ella: la ausencia sería corta; y por otra lado la inocencia de la niña, ya que esperaba el compromiso de él.

El yo lírico utiliza tres versos para ella y uno para él. Los primeros dos versos marcan la acción de ella, el tercer verso, conciso y condensado, la acción de él, lo que nos resalta la indiferencia y lo que ésta provoca en ella. Esa indiferencia es como un golpe mortal para ella. A través de la forma de la estrofa se golpea a quien escucha la historia, haciéndolo cómplice del sentir de la niña, y haciéndose a su vez, cómplice el yo lírico con la situación de la niña. Esta estructura de las estrofas referidas al pasado se repetirán casi idénticamente, excepto cuando se suicida, en la cual se sustituirá el verso de él por el decir del doctor.

A la acción de ella (en dos versos) se le presta más atención contrastando con la indiferencia de él. Ella se mueve, ella hace, busca, desea, y él (en un solo verso) destruye con su vuelta, no sólo las expectativas de ella, sino su vida. Este verso "él volvió, volvió casado", es, por su característica de condensado, tan incisivo como un puñal, puñal que destruirá la vida de ella. La reiteración de la palabra "volvió" muestra la caída de la ilusión de ella: "él volvió", su expectativa parece cumplirse, y el verso, en su primera mitad llega al punto más alto, pero una coma corta el verso por la mitad (cesura), tal como su ilusión se corta por la mitad, y de ese punto más alto cae a lo más bajo a causa de su traición, "volvió casado", él vuelve pero no como ella espera, vuelve mostrándole todo lo indiferente que fue él frente al amor que ella le profirió, y es precisamente esta caída de su ilusión lo que hace que aparezca el estribillo, como la causa de su muerte. El poema parece decir que más allá de que ella haya tomado la decisión del suicidio, la causa de su muerte fue la desmemoria e indiferencia de él, algo que su amor no pudo soportar.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores.

Otra vez aparece, intercalado con la historia, el pasado inmediato, mostrándonos como existe entre la historia y el presente una relación íntima, y tanto el presente como el pasado se intercalan en lo cotidiano. A su vez, esta estrofa referida al entierro funciona como dilatador, se busca bajar la tensión que se había provocado en la situación presentada en la estrofa anterior. La imagen, que vuelve a recordarnos la influencia parnasianista, se hiperboliza3 en este rito funerario. En este caso, la hipérbole está en que quienes lloran y acompañan el entierro, no son curas solamente, sino uno de los grados más altos de autoridad de la iglesia, igual sucede con la autoridad política, esto nos muestra la repercusión que tuvo esta muerte. Estamos frente a la muerte de una niña, una virgen, como habíamos planteado anteriormente.

Lo mismo sucede con el pueblo que acompaña en el llanto. El colorido de las flores parece vestir al pueblo, y simbolizan aquí como anteriormente el llanto y el dolor que es unánime, por ello la palabra "todo" que potencia, en cantidad, a la palabra "pueblo" y la expresión "en tandas", ya que da la idea de multitud que nunca termina. Este funeral está revestido con la idea de popularidad que tiene esta historia, y es por ello que debe mantenerse viva. Ha sido una historia que ha conmovido a un pueblo entero, en un pasado y debe seguir conmoviendo en un presente.

... Ella por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador:
él volvió con su mujer;
ella se murió de amor.

Una vez más se vuelve al pasado mediato para aclarar el pasado inmediato.

Se utilizan aquí verbos relacionados desde el aspecto fónico, así como desde el aspecto semántico, en los tres primeros versos: "volverlo", "ver", "verlo", "volvió". El primer verbo incluye, fónicamente, al verbo "ver", porque lo único que esta niña puede hacer es verlo, no podrá tocarlo, ni estar con él. Esta imposibilidad nos remite a un amor que sólo se limita a admirar a distancia, como un sino trágico en la historia. Siempre la niña amará a este hombre en la distancia, y en ese amor, que exige mayor compromiso que la presencia, es donde este hombre falla. No amará, ni amó jamás, con la intensidad y el compromiso que amó ella. Apoyando esta idea, se nos habla de un "mirador", un lugar adecuado para mirar y nada más, ya que los miradores de la época solían ser cerrados, con un vidrio que imposibilitaba lo audible. Un mirador, a su vez, nos sugiere la idea de altura, ella se encuentra en un plano superior a él, aun cuando él tenga una mujer. El amor de ella es superior al amor terrenal, y eso se ve en este contraste de planos físicos. Pero también esta altura implica distancia y soledad. Amar de esa manera también distanciamiento de lo terrenal y soledad. Hay en ella una divinización del objeto amado, que al volver con una mujer al lado, muestra un amor terrenal que rompe con la ilusión de lo divino.

A su vez, hay un contraste entre "mujer" y "niña". El concepto de mujer implica otra madurez y plenitud, es otro estado de la vida humana y tiene relación con el encuentro sexual. Este hombre ha hecho con esta mujer lo que jamás hizo con esta niña.

Hay una aliteración0 de sonidos fuertes como la "r" y la "v", que relacionado con esta imagen, nos muestra la impotencia que el yo lírico, casi con ira, sugiere, arrastrando estos sonidos. Es un sonido fuerte ("r"), que se apaga, y se reprime con el sonido bilabial ("v").

Se utiliza una estructura paralelística4: "el volvió con su mujer/ ella se murió de amor", sujeto - verbo - complemento. Cada verso se refiere a uno de los personajes de la historia, y el verbo "volvió" se homologa con "murió", porque uno es consecuencia del otro. Igual sucede con los complementos "con su mujer" / "de amor", que él vuelva con una mujer no implica que conozca el amor (tanto él como su mujer), por ello se contraponen. Como uno es consecuencia del otro y los versos se complementan de manera condensada en la historia, estamos frente a un paralelismo sintético. La utilización del recurso paralelismo tiene también un sentido semántico, la vida de ellos es paralela, nunca podrán juntarse, no solo en el concepto amoroso son distintos y "paralelos", sino también por el impedimento físico (el mirador/ la calle, la muerte de ella/ la vida de él)

Como de bronce candente
al beso de despedida
era su frente - ¡la frente
que más he amado en mi vida!

Cuando el poeta vuelve al pasado inmediato, la mayor parte de la historia, y la razón de la muerte ella ya está esbozada, con lo cual, el yo lírico ya ha involucrado al auditorio con la historia y está pronto para mostrar su opinión y sentimientos frente al suceso. Esta conmoción interna que siente el yo lírico, se deja ver, ya, en el hipérbaton5 que se produce en los tres primeros versos. El orden lógico de la oración sería: su frente era como de bronce candente, al beso de despedida. En primer lugar, el yo lírico muestra su afectación emotiva frente al hecho que lo hace retorcer los versos, tal como cuando la emoción nos obliga a no ser claros con lo que decimos. En segundo lugar, este hipérbaton resalta la imagen con que se compara la frente, y permite juntar luego la frente del pasado inmediato, la frente de la muerta, con el sentir íntimo del yo lírico, dejando en el medio, protegido, el momento del beso, que resulta ambiguo: ¿a qué despedida se refiere? ¿estamos en el pasado mediato o en el inmediato?. Por los aspectos formales, suponemos que estamos hablando del funeral, y que el yo lírico es uno más del pueblo, que se identifica, emotivamente con la historia de la niña, al punto tal de enaltecerla y admirarla, y por lo tanto amarla por sus valores heroicos, tan necesarios, según su visión, para el concepto de lo humano. Este acto heroico, sobresale al común de los hombres, y por eso se transforma en un mito que nos enseña el valor de la heroicidad. Podría pensarse que el yo lírico ama a esa niña como símbolo del amor. Lo que nos conecta con el aspecto simbolista del modernismo.

Pero si dejáramos de lado el aspecto formal y tomáramos esta estrofa como una estrofa particular, ya que el yo lírico expresa, por primera vez, abiertamente su emoción, podríamos sugerir que esa "despedida" se relaciona con la despedida del "desmemoriado". Pasado mediato e inmediato se unen, y esto nos abre un camino diferente de interpretación: el yo lírico podría pensarse como el "desmemoriado" que reconoce, a través de esta historia, las consecuencias de sus actos. Pero si la despedida de la que se habla es la del "desmemoriado", entonces la traición se hace más profunda, ya que llegó a darle "un beso candente" y por lo tanto su indiferencia al volver es mucho más condenable.

Es interesante reparar en este encuentro entre el pasado y el presente, a través de esta estrofa tan ambigua, dado que esta relación entre pasado y presente es un eje temático en el que gira constantemente el poema. Lo pasado siempre está presente, y uno explica al otro, con lo cual es nuestra responsabilidad el no olvidar, no para castigar, sino para entender, y ser capaces de sentir y conmovernos para no cometer los mismos errores.

La comparación6 de la frente con el bronce candente nos llena de colorido la imagen. A su vez hay en el término comparante una sinestesia7, en este caso se relacionan lo visual con lo térmico. El bronce que sugiere el color vivaz del metal y el adjetivo sugiere el calor de esa niña, calor que a su vez está hiperbolizado, y tiene relación con el amor. Si esta estrofa se refiere al momento del funeral, si el beso es dado cuando ella está ya muerta, el milagro, el misterio, está en que el amor de ella continúa presente aún después de la muerte, lo que hace más vigente su historia. Si luego de que la sacan del río, fría, ella sigue con su frente caliente, ¿por qué no seguirá así, aunque pasen los siglos? El yo lírico sugiere, entonces, que un amor con esta intensidad (a través de la antítesis: frío / calor) continúa vivo en el cuerpo, aún cuando no haya vida en la persona. El amor entonces trasciende la muerte física y queda en la materia, con más razón aún debe quedar en nuestra memoria.

... Se entró de tarde en río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío:
yo sé que murió de amor.

Luego de haber explicado las circunstancias de su decepción, el yo lírico hablará de las circunstancias de su muerte, porque la decepción y la muerte son conceptos que se relacionan íntimamente. La decepción es la muerte de una ilusión, y dependiendo de la intensidad de esa ilusión, podrá tener las consecuencias de la muerte física. Pero siempre es bueno recordar que la ilusión no es la realidad.

La forma en que se relata la muerte de ella nos sugiere que ha sido una acción pensada, producto de una reflexión y un deseo, y no una acción por reacción. No se tira rápidamente, sino que entra lentamente en el río.

Esta entrada lenta, también coincide con la hora del día en que se mata: al atardecer, cuando el día muere. De esta manera, la niña, llena de luz, de vida, muere tan lentamente como la tarde. La acción de ella es acompañada en este paralelismo psicocósmico8, recurso tan utilizado por los románticos.

La acción del doctor es planteada de manera rápida y concreta, pero más allá de su rapidez, no es efectiva, porque ya la saca muerta, lo que nos tiñe al poema de fatalidad. El doctor, encarnación de la última esperanza en un mundo moderno, se ve aquí como inútil frente a estas circunstancias, lo que patetiza la tragedia. La ciencia encuentra una explicación racional para dar las razones de la muerte, y esta explicación resulta insuficiente para dar cuenta de esta muerte. "Dicen que murió de frío", los otros, los demás pueden aventurar una respuesta racional, y en un paralelismo antitético, el yo lírico demuestra su certeza "yo sé...", mostrando que su explicación de por qué murió, es algo que escapa a la racionalidad. A su vez, el verbo "dicen" nos habla de lo difuso del comentario, que se contrapone con la certeza de él. Él puede saber la causa de su muerte, ya sea porque es un testigo sensible de la historia, o porque es él mismo el "desmemoriado", y por ello la historia le resulta tan íntima. Sin duda el yo lírico es alguien especial en este "cuento", no solo por su conducta en todo el relato, frente a lo que sucede, sino porque el enterrador lo llama especialmente. Pero eso se mantendrá en un misterio durante todo el poema.

Este paralelismo tendrá esta construcción: "Dicen que murió de frío/ Yo sé que murió de amor"

"Dicen" se contrapone con "yo sé", es decir, el mundo exterior se contrapone con el mundo interior, lo que hace más fuerte y creíble su certeza, por esa condición de anteponerse al mundo. También se contraponen "frío" y "amor". Si bien se mira, en estas circunstancias, estos dos conceptos se relacionan desde diferentes planos, el frío del "desmemoriado", provoca la muerte por amor. Murió a causa del frío del desmemoriado, murió a causa de su amor no correspondido.

El estribillo, el leit motiv9 de la muerte de ella tiene el propósito de descubrir una verdad por más cruda que sea. Martí dirá en su prosa poética "mis versos", que ama la sinceridad, y se juega por ella, aún cuando ésta sea cruda.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos,
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Se vuelve al presente con la imagen del momento en que la colocan en la tumba, que el yo lírico describe como "bóveda helada". La imagen de la bóveda nos habla de un espacio inmenso y frío, pero también nos hace pensar en la religiosidad del acto. Las bóvedas se encuentran habitualmente en las iglesias, lo que se suma al símbolo virginal de esta niña. De esta bóveda se resalta, a través de una sinestesia, su condición de "helada", y el parecido fónico entre "bovéda" y "helada", da la sensación que este adjetivo es inherente a la bóveda y al hiperbolizarse así el frío nos acercamos más a la idea de la muerte como algo inevitable. Esta antítesis entre el frío del lugar y el calor del amor que esta niña sintió en su vida genera un contraste entre vida y muerte, y a su vez una sensación de impotencia e injusticia frente a este suceso.

Otra vez, el yo lírico utiliza una estructura paralelística para mostrar su sentimiento frente a este suceso, en este caso un paralelismo sinonímico. Utiliza el verbo besar, y de esta forma, a través de la acción nos deja ver su desesperación y afecto hacia la muerta. Dice que besa dos partes de su cuerpo, su mano y sus zapatos. De esta "mano afilada", nos deja ver la delicadeza y la fragilidad de esta niña. El besar la mano de una persona es muestra de respeto y es una forma de comprometerse a servirle. Este yo lírico, que no puede servirle en vida, tratará de servirle a pesar de su muerte, manteniéndola viva con la historia. Compromiso que él parece hacer en este gesto.

El beso hacia sus "zapatos blancos" también es una muestra de respeto y devoción, se puede pensar en la expresión popular "besar los pies" para dar muestras de este respeto. Si este yo lírico es el desmemoriado, como vimos que podía interpretarse, esta acción de besar su mano y sus pies nos sugiere la humillación y el arrepentimiento frente a lo que ha provocado su acción, con lo cual, este gesto se transforma en una especie de reparación de su indiferencia.

El adjetivo "blanco" nos da una pauta de que la niña fue enterrada vestida de blanco, tal como una novia, lo que nos muestra su pureza y nos conecta violentamente con lo que nunca podrá ser. A diferencia de otras muertes que nos conectan con nuestra vida, y nuestra inevitable muerte, (todos pasaremos por esta instancia), esta muerte nos conecta con la impotencia y lo que nunca fue.

Callado, al oscurecer,
me llamó en enterrador.
¡Nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor!

La estrofa final funciona como cierre de la historia. Aparece el personaje del "enterrador" que es quien cumple la función de "enterrar" aquella parte material de la historia, pero no podrá enterrar, ni está en su voluntad enterrar el recuerdo, es por ello que llama a este yo lírico, que está empeñado en mantener el recuerdo vivo. La forma en que este personaje llama al yo lírico ("callado") habla, precisamente, de un acto que va en contra de su función.

La referencia al momento del día en que éste llama al yo lírico, también tiene relación con esa "ilegalidad" de profanar su tumba. Por otra parte, la noche es un momento misterioso, y esta estrofa resulta, también misteriosa, dado los últimos dos versos: "Nunca más he vuelto a ver / a la que murió de amor". ¿A qué se refiere? ¿La niña ha resucitado y ya no se encuentra en su tumba? Esto nos llevaría a pensar en las características virginales y misteriosas que rodearon a esta historia que ha perdurado y movido a todo un pueblo.

Por otra parte, estos dos últimos versos tiene otra lectura válida y que se complementa también con el misterio. Si uno piensa en esta expresión ambigua, podría pensar que este yo lírico nunca más volvió a ver una historia, y a una niña capaz de morir de amor como lo hizo ésta. Esta niña, única, jamás se repetirá en otra, tal vez porque los tiempos son otros, tal vez porque el concepto de amor ya no es el mismo, tal vez porque la heroicidad y nobleza de esta niña no es algo fácil de ver. Ella se mantiene fiel a sus creencias, firme en su deseo, y es capaz de dar la vida si piensa que nunca lo alcanzará. De la misma forma, José Martí, fiel a sus creencias e ideales, firme en su deseo de ver a su país libre, fue capaz de dar la vida, no sólo a través de su poesía, sino también a través de la lucha armada, aun cuando él fuera un muy mal combatiente. Sin confundir al yo lírico con el autor, podemos suponer que este yo lírico y Martí tienen muchas razones para identificarse con esta niña.

Vocabulario de recursos literarios:

- Sinestesia: cuando se juntan dos imágenes que apelan a sentidos diferentes. En este caso el tacto y el olfato.

- Hipérbole: exageración.

- Aliteración: Es una figura de dicción, o elegancia por combinación, que consiste en repetir una misma letra en la cláusula, con el fin de hacerla armoniosa, con una armonía imitativa particular. "El ruido con que rueda la ronca tempestad" (Zorrilla).

- Paralelismo: consiste en un procedimiento por el cual se divide el período poético en dos partes, en la segunda repite la idea contenida en la primera, amplificándola, sintetizándola o contraponiéndose a la misma (sinonímico, antitético, sintético). Construcción paralela de los versos.

 -Hipérbaton: desorden gramatical de la oración, provocado con fines estéticos.

- Comparación: es cuando dos términos se relacionan entre sí por una similitud, a través de un nexo compartivo "como". Los dos términos (comparante y comparado) se encuentran presentes en esta figura literaria

- Paralelismo psicocósmico: es cuando el personaje y el paisaje o clima están en armonía o se relacionan uno con otro, mostrando de esta manera el sentir del personaje a través del ambiente físico.

-
 Leit motiv: motivo que se repite durante todo el poema.





Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

Quiero, a la sombra de un ala, = 8 a 
contar este cuento en flor: = 7 + 1 b
la niña de Guatemala, = 8 a
la que se murió de amor. = 7 + 1 b
Eran de lirios los ramos; = 8 c
y las orlas de reseda = 8 d
y de jazmín; la enterramos = 8 c
en una caja de seda = 8 d
…Ella dio al desmemoriado = 8 e
una almohadilla de olor; = 7 + 1 b
él volvió, volvió casado; = 8 e
ella se murió de amor. = 7 + 1 b
Iban cargándola en andas = 8 f
obispos y embajadores;= 8 g
detrás iba el pueblo en tandas, = 8 f
todo cargado de flores = 8 g
…Ella, por volverlo a ver, =  7 + 1 h
salió a verlo al mirador; = 7 + 1 b
él volvió con su mujer, 7 + 1 h
ella se murió de amor. 7 + 1 b
Como de bronce candente, = 8 i
al beso de despedida, = 8 j
era su frente -¡la frente = 8 i
que más he amado en mi vida! = 8 j
…Se entró de tarde en el río, = 8 k
la sacó muerta el doctor; = 7 + 1 b
dicen que murió de frío, = 8 k
yo sé que murió de amor. = 7 + 1 b
Allí, en la bóveda helada, = 8 l
la pusieron en dos bancos: = 8 m
besé su mano afilada, = 8 l
besé sus zapatos blancos. = 8 m
Callado, al oscurecer, = 7 + 1 h
me llamó el enterrador; = 7 + 1 b
nunca más he vuelto a ver = 7 + 1 h
a la que murió de amor. = 7 + 1 b
  • Estructura interna 
La primer estrofa es introductoria porque plantea de que se va a tratar el poema. Las estrofas pares describen el velorio, la procesión y el entierro de la niña. Las estrofas impares describen la historia de amor y desilusión de la niña. Por lo tanto estas estrofas pertenecen a un pasado anterior al de las estrofas pares. La ultima estrofa puede considerarse como el cierre del problema.
  • Análisis 
Primer párrafo
En el primer “quiero” se esta expresando al yo lírico, luego de esto encontramos una cesura, la cual perfectamente podría no estar, su función es la de aislar al “quiero” del resto del poema, haciendo que lo encabece, el yo lírico gobierna el poema.
“A la sombra de un ala” es una metáfora donde el metaforizado es la musa de la inspiración y el metaforizante es a la sombre de un ala. El yo lírico quiere contarnos la historia bajo la protección de la musa de la inspiración, para poder encontrar las palabras y expresiones correctas.
“Contar este cuento en flor” es otra metáfora donde el metaforizado es cuento y el metaforizante en flor. Se utiliza la palabra cuento ya que se contará una anécdota, aun así, el poema no encaja en la definición de cuento.
Se utiliza “en flor” ya que el yo lírico quiere contar un recuerdo que esta vivo, no esta muerto y marchito tapado por otros recuerdos. La flor simboliza la vitalidad.
“La niña de Guatemala” se utiliza la palabra niña aunque no se trata de una niña de 9 o 10 años, sino que muestra el nivel socio-económico de la mujer, en la época en la cual fue escrito este poema se les decía niñas a las mujeres jóvenes que aun vivían con sus padres y pertenecían a una familia rica, estas mujeres tampoco tenían pareja y eran vírgenes.
Se utiliza la palabra “la” para referirse a la niña ya que no era cualquier niña, sino que era la unica que se murio de amor, encontramos aquí una anáfora, que determina que es esa niña y no otra.
“La que se murió de amor” aquí encontramos es Leit Motiv del poema ya que aparece esa misma frase o similar en todas las estrofas impares.
Segundo Párrafo
Esta estrofa refiere al velorio.
Encontramos una hiperbatón (alteración del orden lógico de las palabras) en “Eran de lirios los ramos y las orlas de reseda” nosotros diríamos “Los ramos eran de lirios”, el hiperbatón está para que el verbo quede al comienzo y todas las flores (reseda y jazmín) queden juntas, así se da la idea de cantidad, destacando a las flores que rodean a la niña. Las flores blancas simbolizan la delicadeza, su frescura, la pureza, la juventud y la virginidad de la niña, encontramos una sinestesia (entrecruzamiento de sentidos) ya que a estas flores las podemos ver, oler y tocar. Para ayudar a la sensación de cantidad encontramos una anáfora y un polisindeton (acumulación de cosas a través de la “y”)
Hay una cesura que lo que busca es separar todo lo relativo a la vida y de la muerte, por lo tanto podemos decir que “…de jazmín; la enterramos…” es una estructura antitética debido a que son ideas opuestas.
“La enterramos” está encabalgado en el siguiente verso en donde la expresión se suaviza con el eufemismo “en una caja de seda” La única palabra chocante es “enterramos”
Tercera estrofa
Los puntos suspensivos marcan un salto en el tiempo entre la vida y la muerte de la vida. Saltemos a un pasado en el cual ella esta viva.
Es la primera y la única vez en todo el cuento en que vamos a encontrar a la niña y al hombre cara a cara.
Se utiliza la palabra desmemoriado para referirse al hombre para marcar que este no se acuerda de la niña, esta para evitar esto le da una almohadilla de olor para impedir que se olvide, en la época en la que fue escrito el poema era normal que se les dieran prendas de olor con el aroma de la persona para que no se olvidaran de ella cuando su pareja se iba de viaje, sin embargo esto no funcionó.  Desde el primer verso el yo lírico nos adelanta que el hombre se olvidara de ella.
Hay una cesura que divide a los deseos de la niña “el volvió” y la desilusión de la niña “volvió casado”, esto es una estructura antitética ya que muestra ideas opuestas.
La consecuencia de esto es el Leit Motiv “Ella se murió de amor”
Cuarta estrofa
La niña es alguien muy importante ya que es cargada por personas importantes, los obispos son personas de gran jerarquía en la iglesia mientras que los embajadores en el Estado. Hay una hipérbole en “todo cargado de flores” ya que es una exageración. La niña era importante para las clases altas y también para las demás clases, era querida por todo el pueblo.
Quinta estrofa
Encontramos nuevamente los puntos suspensivos por un salto en el tiempo, en este caso saltamos hasta el momento en que la niña ve al hombre.
El impacto que sufrió la niña al verlo fue mucho debido a que nadie se lo adelantó contándoselo, ella lo vio con sus propios ojos.
Volverlo es la palabra mas importante de la estrofa ya que en ella encontramos 3 palabras que también son importantes Volver, ver y verlo
Encontramos una aliteración en la estrofa ya que se repite varias veces el sonido de la “v”, esta para resaltar la acción de ver.
La cesura que podemos encontrar en el principio de la estrofa esta para separar a la niña del resto del poema, esta para aislarla. Más abajo se encuentra el desmemoriado y su mujer. Se formará un triangulo amoroso entre ellos tres, la mujer tiene la única función de dejar en claro que nunca la niña y el desmemoriado podrán estar juntos otra vez.
Sexta estrofa
Encontramos un hiperbaton que cambia el orden de las palabras que forman la comparación. La comparada es la frente y el comparante es el bronce candente. Lo candente son los labios de el mientras que el bronce se corresponde a la frente que es del color del bronce y rígida como el.
El yo lírico va a explotar en una confesión, en esta encontramos una sinecdoque ya que se utiliza a la frente para denominar a toda la niña. Antes de que explote encontramos una cesura que esta para resaltar la confesión, se repite la palabra frente para ayudar a resaltar. La confesión esta encabalgada para que esta pueda explotar.