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sábado, 1 de junio de 2013
Breve análisis del cuento “Muebles El Canario” de Felisberto Hernández
Análisis del
cuento “Muebles El Canario” de Felisberto Hernández
Este texto pertenece al autor
uruguayo Felisberto Hernández (Montevideo, 1902 – 1964). Perteneció a la Generación del 30 o del Centenario al
igual que Francisco Espínola, pero a diferencia de éste, se dedicó a una
literatura urbana, exponiendo la ciudad
y sus costumbres como elementos esenciales. “Muebles El Canario” es uno
de sus relatos más conocidos, en el que trata el tema de la invasión de los
medios de comunicación a la privacidad. El tema guarda total vigencia en
nuestra cultura.
Tiene un título epónimo, ya que
es el nombre de la empresa que causa una serie de problemas al protagonista.
El narrador es interno y es
además el protagonista del cuento. Los hechos relatados se ubican en la ciudad,
se nombra la playa, el tranvía, el cuarto del personaje como escenarios de los
hechos. Los mismos transcurren aproximadamente alrededor de los años treinta o
cuarenta, lo que es posible identificar gracias a ciertos elementos como la radio, medio de comunicación masiva por
excelencia, el tango, las radionovelas y los recitados de poesía son los espectáculos principales, y el tranvía es el medio de transporte
público.
Su comienzo es abrupto, comienza
con las palabras del narrador hablando
en primera persona (narrador interno), el cual advierte que “la propaganda de esos muebles me tomó
desprevenido” , esto lo explica por la falta de información sobre lo que
había ocurrido en la ciudad, ya que se encontraba de vacaciones y dispuesto a
no enterarse de nada.
El hecho fantástico se inicia con la frase “En ese instante ocurrieron muchas cosas” y a continuación narra
que mientras viajaba en el tranvía fue inyectado sorpresivamente por un hombre.
Le llamó la atención que en la jeringa decía “Muebles El Canario”. El hecho
provocó el total desconcierto del personaje, ya que no recibió ninguna
explicación al respecto. Su reacción
contrasta con la de los demás personajes, que estaban complacidos y aún
ansiosos de recibir el inyectable.
El narrador comienza a formular hipótesis para explicar lo que ocurrió.
Este hecho ubica al relato dentro de la literatura
fantástica, ya que en un medio habitual se ha suscitado un hecho extraño,
que no es explicado de ninguna manera: luego de la inyección comienza a
escuchar la transmisión de una radio en su cabeza, hecho que perturba su calma,
va contra sus gustos y no lo deja dormir.
En la narración se intercalan algunos guiños humorísticos, como el hecho de
que cuando se aferraba al respaldo de la cama la transmisión se aclaraba, era
como si el metal funcionara como una antena. La publicidad invade de tal forma
la vida del hombre que decide salir a buscar una solución, es por eso que
nuevamente toma un tranvía y pregunta a otro vendedor que inyectaba pasajeros.
En el desenlace del texto predomina el diálogo entre el narrador-personaje
y el empleado de “Muebles El Canario”. El
empleado le brinda cierta información que aclara en algo su confusión: la
empresa inyecta a las personas para producir los efectos ya mencionados con el
fin de vender unas tabletas. Estas tabletas son un fraude como lo deja claro el
funcionario al revelar la verdadera solución, que desde luego, no es gratis: “Yo voy a arreglar su asunto de otra
manera. Le cobraré un peso porque le veo cara honrada.” La ironía está presente en el ofrecimiento se
hace presente la ironía, no le está haciendo un favor, está viendo una
oportunidad de lucro en la desesperación del otro. El desenlace es humorístico:
“Dése un baño de pies bien caliente”.
No hay información sobre lo que ocurrió luego, ya que se trata de un final trunco, pero informar de esto no es lo
que interesa al autor, sino cuestionar la conducta de la empresa.
Como conclusión, podemos ver que el tema
planteado guarda completa vigencia, ya que sufrimos una invasión de los medios
de comunicación constante en nuestra vida cotidiana, manifestada en la
contaminación visual y sonora de los espacios por los que transitamos
habitualmente, con el fin de generarnos necesidades para que consumamos
determinados productos. Para evitar caer en esta invasión hay que estar
prevenido, y para estarlo es necesario informarse constantemente y ser crítico
con las fuentes que nos proporcionan esta información.
ALGO SOBRE LITERATURA FANTÁSTICA
ALGO SOBRE LITERATURA
FANTÁSTICA
Este tipo de literatura tiene una larga
trayectoria a nivel mundial. Suele llamarse literatura fantástica a aquel tipo de narración que se
sale de los parámetros de la realidad posible. La narración
fantástica se deleita en presentarnos a hombres como nosotros, situados
súbitamente en presencia de lo inexplicable, pero dentro de nuestro mundo
cotidiano.
Cuando un lector se enfrenta a una narración, acuerda implícitamente con
el autor, creer en todo lo que éste le plantea. El
autor puede tratar de contar un suceso que no asombre al lector, y que éste
pueda explicarse dentro de los parámetros posibles en su realidad. Pero también
puede, gracias a esa convención, plantearle cosas increíbles, y no
explicárselas, dejando al lector sorprendido, y teniendo plena conciencia, que
eso que el autor cuenta, solo es posible dentro de la narración, lo que provoca entre lo que cuenta y la
realidad del lector, un extrañamiento, es decir, éste siente lo contado como
extraño a su realidad posible.
Verosimilitud y realidad son principios bien distintos que
no necesariamente coinciden. Puede haber algo verosímil, pero irreal, y puede haber algo inverosímil
pero real. Por ejemplo, es increíble la existencia de una inyección que
logre emitir una transmisión “radial” en la mente del individuo, sin embargo,
dentro de la narración, esta idea está perfectamente justificada y no es real.
Y puede ser poco creíble o increíble un gol de arquero a arquero, sin embargo
puede ser real. La
verosimilitud es el principio de lo creíble, y ésta siempre debe darse en una
narración, por más fantástica que sea.
Cuando un hecho o suceso se escapa de la
comprensión racional y posible, pero está avalada por las circunstancias
narrativas, es decir, es creíble dentro de la narración, y provoca al lector
asombro y extrañamiento con sus circunstancias reales, y cuando ese hecho que
ocurre tiene toques sobrenaturales, inexplicables racionalmente para el lector,
es que nos encontramos frente a la literatura fantástica.
Lo fantástico
en una narración es aquello inexplicable racionalmente. Provoca en el lector inquietud o
duda, ya que existe un entorno cotidiano o familiar que es irrumpido por una
circunstancia inexplicable que resulta amenazante e imposible.
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