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domingo, 16 de agosto de 2015

CÁNDIDO VOLTAIRE CAP I




                                                                                CÁNDIDO VOLTAIRE CAP I

En el primer capítulo vemos a un Cándido joven, inocente y crédulo, que proviene de una familia adinerada y que actúa en acuerdo con sus impulsos. Vive en el gran castillo del barón de Thunder-ten-tronckh, quién es poderoso y muy rico. La baronesa es una mujer rolliza y respetable. Cunegunda es hija de la baronesa, y es joven y muy bella. Al final del fragmento, cuando Cándido está con Cunegunda se vislumbra lo que caracteriza a toda la obra: la ridiculización del pensamiento de Leibniz (filósofo representado por Pangloss), quién defiende con un gran optimismo que este mundo es el mejor de los mundos posibles. También defiende el principio de causalidad (cuando hay efecto debe haber una causa necesaria) y una concepción finalista del ser humano, ya que dice que estamos determinados a llegar a un mejor fin. Todas las cosas, dice Pangloss, han sido hechas para los humanos, para nuestro propio disfrute y ventaja. Él es el oráculo del castillo y se ocupa de la educación de Cándido y Cunegunda. Es una obra que está plagada de ironía. Dónde más se ve es en la descripción del barón y su castillo (“Era el señor barón uno de los más poderosos señores de Westfalia, pues su castillo tenía puertas y ventanas.”), en la descripción de Pangloss (“enseñaba metafísico-teólogo-cosmolonigología”) y cuando se dice que las cosas están hechas sólo para las personas (“Las narices se han hecho para llevar gafas; por ello tenemos gafas.”). Además, siempre se repite la misma estructura que utiliza Voltaire para ridiculizar todavía más la filosofía de Liebniz (entre otros: "el castillo de monseñor barón era el más bello de los castillos, y la señora baronesa la mejor de las baronesas posibles." y "el mundo quedó consternado en el más bello y más agradable de los castillos posibles.") Cándido es un joven de alma bondadosa e inocente, que recorre gran parte del mundo encontrando incomprensión y desgracia. El protagonista presenta rasgos de Quijote, el cual defiende sus fantasías, pero cuando logra vencerlas ya es demasiado tarde para rehacer su vida. Es acompañado por su preceptor Pangloss, el cual de hace ver la vida de manera más óptima, por lo tanto, se puede decir que es un joven en una etapa de la vida de aprendizaje y un poco influenciable. Tenía un juicio bastante recto y alma muy simple, por eso le llamaban Cándido. El filósofo Pangloss, acompañante y educador de Cándido. Enseñaba metafísico-teólogo-cosmolonigología, adjuntando sus teorías sobre la causa y efecto de las cosas y pensando que el monseñor barón y la señora baronesa eran los mejores posibles. Defendía que todo tiene un fin; la nariz está hecha para llevar gafas, las piernas para ser calzadas, las piedras para ser talladas... Piensa que la gente que dice que todo está bien en el mundo se equivoca, todo está óptimo.

lunes, 2 de junio de 2014

LA PROSA ILUSTRADA

LA PROSA ILUSTRADA

A lo largo del siglo XVIII, un nutrido grupo de escritores establecen en sus obras lo que conocemos como pensamiento ilustrado. En la literatura de la época predomina la exposición de ideas reformistas y la crítica de las viejas costumbres y sistemas políticos. Esta característica provoca que, en muchas ocasiones, se discuta si una obra debe considerarse literaria o ser objeto de estudio de otras disciplinas, como la filosofía, la ciencia o la sociología. Sin embargo, en el tiempo en que se dieron a conocer, se entendieron como claramente literarias, aunque en ellas la creatividad de los autores se subordinase a la utilidad ideológica.
Los escritores ilustrados buscan la polémica, la denuncia, la crítica y la creación de climas de opinión favorables a sus posiciones ideológicas. Para ello se valieron de todos los géneros literarios existentes: la poesía, el teatro y la narrativa, entre los denominados de ficción, y el discurso o el ensayo, entre los de carácter didáctico. En estos moldes literarios vertieron las nuevas ideas que se han estudiado en páginas anteriores y que se agrupan en torno a tres núcleos temáticos de discusión:
 La reflexión sobre las ciencias y tecnologías como medio de conocimiento y dominio del universo.
 La teoría literaria y artística, que es una de las grandes preocupaciones del siglo al intentar establecer un molde literario adecuado a los nuevos intereses humanos. El francés Boileau, el alemán Lessing y el español Luzán establecen la teoría literaria neoclásica, cuyos rasgos principales ya han sido señalados al comienzo de la Unidad.
 Las cuestiones políticas y sociales son, sin lugar a dudas, el centro del pensamiento ilustrado. Montesquieu, Voltaire, Diderot y Rousseau analizan en sus escritos la sociedad de su tiempo y anticipan algunos de los elementos del sistema democrático actual. Por su influencia en tiempos posteriores, dedicamos las siguientes páginas al estudio de la obra de estos cuatro autores franceses.
MONTESQUIEU
Las ideas de Montesquieu (1689-1755) no se concentran en ninguna obra en exclusiva ni son expuestas de manera sistemática y organizada. De hecho, su pensamiento político es contradictorio, pues en ocasiones defiende que las naciones respeten sus tradiciones, mientras que en otras aboga por cambiar los principios del Estado cada veinte años.
La cuestión social es expuesta, fundamentalmente, en Cartas persas. En esta obra manifiesta su visión crítica de la sociedad francesa de su tiempo y denuncia las corrupciones de la corte. También muestra su sarcasmo ante la supuesta civilización europea, pues es ridiculizada por unos persas a quienes se consideraba bárbaros.
Aunque aparecen en Cartas persas, sus ideas políticas se manifiestan sobre todo en El espíritu de las leyes (1748), obra que encontró una acogida muy variada. Para algunos, su pensamiento es reaccionario y conservador, mientras que para otros es claramente progresista; hubo quien pensó que era demasiado científico, frente a quienes lo acusaron de superficialidad. En cualquier caso, lo cierto es que toda su obra es una gran fuente de sugerencias para el pensamiento ilustrado.
Las principales aportaciones de Montesquieu son:
 Intenta dar una explicación racional y científica de la diversidad de sociedades, costumbres y leyes del mundo.
 No se limita a describir diferentes situaciones, sino que intenta agruparlas por sus caracteres comunes con la intención de reducir la variedad social a unos pocos tipos.
 Propone una división del Estado en tres poderes independientes: el legislativo, que hace las leyes; el judicial, que vigila su cumplimiento y la administración de la justicia; y el ejecutivo, encargado de su aplicación.
 Piensa que cada nación posee un «espíritu general» que es resultado de la suma de múltiples factores: clima, historia, religión, costumbres, etc.
VOLTAIRE
La obra de Voltaire representa la aparición de un nuevo estilo de intelectual nacido de la Ilustración que quiere convertirse en la conciencia moral y crítica de la sociedad. A ese objetivo dedicó su larga vida, aunque su personalidad y sus actos contradijeran en ocasiones sus obras críticas. El carácter contradictorio se manifiesta en sus duras denuncias contra el poder político y religioso, pese a que siempre estuvo cercano a los reyes absolutos y llegó a conseguir la protección de Federico II de Prusia. Del mismo modo, al final de sus días se retractó de sus ataques a la Iglesia católica para conseguir ser enterrado en sagrado.
La obra literaria de Voltaire es amplísima. Cultiva casi todos los géneros habituales en su época, pero siente predilección por los textos breves, directos y contundentes en sus afirmaciones. Su aspiración no es la búsqueda de la perfección formal ni ofrecer un análisis profundo de las ideas que expone, sino que pretende dos objetivos básicos:
 Divulgar los conocimientos científicos que van surgiendo a lo largo del siglo para ofrecerlos al público burgués a quien dirige sus textos. Esta faceta se aprecia en sus colaboraciones en la Enciclopedia, en los distintos ensayos en que aborda la figura del científico inglés Isaac Newton o en otras obras de contenido filosófico.
 Agitar las conciencias mediante la denuncia y la crítica de las situaciones injustas o contrarias al ideario ilustrado. La gran mayoría de su obra responde a esta intención polemista que le hizo enfrentarse con los partidarios del Antiguo Régimen, pero también con escritores de pensamiento más progresista, como era el caso de Rousseau. El autor siempre fue consciente de lo conflictivo de sus ideas, lo que le llevó a esconder su pensamiento bajo seudónimos o a difundirlo indirectamente a través de los personajes de sus textos narrativos y teatrales.
En el recorrido literario del autor se advierten tres etapas. La primera de ellas (1694 y 1726) corresponde a su formación y entrada en el mundo literario y cortesano francés. El período culmina con el éxito popular de su tragedia Edipo y con el exilio a Inglaterra.
La segunda etapa (1726-1750) es la de su consagración como figura estelar de la intelectualidad francesa y europea. Se trata de un período marcado por el optimismo de quien se siente seguro de la validez de sus propuestas, aunque ellas le obliguen a enfrentarse con los poderes establecidos: la aristocracia y la Iglesia.
El último tramo de su vida (1750-1778) está marcado por la crisis de sus creencias religiosas y de los planteamientos reformistas de la Ilustración. Pese a dicha situación personal, Voltaire es en estos años el máximo exponente y punto de referencia de la Ilustración y de la modernidad,
Los textos literarios de Voltaire pueden clasificarse en cuatro grupos:
 Teatro. Compone a lo largo de su vida varias tragedias según el modelo clásico de Racine, que ya se estudió en la Unidad anterior. Las tragedias de Voltaire tuvieron un tremendo éxito entre el público burgués; sobre todo Edipo, en la que ya muestra un ataque decidido a la religión, al culpar a los dioses de los pecados humanos.
 Poesía. Sus poemas se alejan de la expresión de la intimidad del autor para convertirse en vehículo para expresar sus denuncias sociales y políticas. Solamente en los últimos
años de su vida, el pesimismo, fruto de su crisis espiritual, aflora en el Poema sobre el terremoto de Lisboa (1756) o en el Poema sobre la ley natural (1756).
 Narrativa. Se caracteriza por la brevedad, el simbolismo y la alegoría, su sentido crítico y moral, así como por una ambientación exótica alejada del realismo. Muchos fueron sus relatos, pero entre ellos tuvo especial influencia la novela Cándido (1759).
 Literatura puramente crítica. Adopta diferentes formas: cartas, ensayos, diccionario, artículos, etc. La más importante de estas obras es Cartas filosóficas, publicada a su vuelta de Inglaterra en 1727. En ella, presenta el modelo inglés (parlamentarismo, tolerancia religiosa, libertades individuales, poder de la burguesía) como la situación social ideal.
La obra de Voltaire toca una gran variedad de temas que giran en torno a los ámbitos religioso, político y social:
 El ataque furioso a los abusos de poder de la Iglesia católica, a la hipocresía y a las supersticiones religiosas es asunto repetido por el autor a lo largo de toda su creación. La fuerte crítica religiosa de sus obras fue la responsable, en buena medida, de que Voltaire se encontrase en el centro de la polémica intelectual de su tiempo y sufriese a menudo la censura y prohibición de sus textos.
 Para Voltaire, Dios es el creador del mundo y sus leyes y ha dado al ser humano la razón para que descubra la ciencia y las exigencias morales. Fue acusado de deísmo, por considerar que la presencia de Dios no era constante en la vida humana, sino solamente causa primera de ella. La idea que Voltaire tiene de Dios provoca también su sufrimiento, pues no comprende cómo un Dios que ha creado el universo, el hombre y la razón puede permitir el sufrimiento en el mundo.
 En materia política, Voltaire es defensor de las libertades individuales y ataca duramente los abusos del poder político. Pese a que el sistema parlamentario inglés le parece el ideal, se manifiesta partidario del despotismo ilustrado, pues confía en que sea el rey quien conduzca al pueblo por el camino del progreso y la modernidad.
 En la cuestión social, defiende los valores y el predominio de la burguesía emergente frente a los privilegios tradicionales de la nobleza y el clero. Frente a la herencia y la tradición, en sus obras se imponen los ideales de trabajo, iniciativa y mérito personal.
 Voltaire considera la tolerancia y el respeto a las opiniones ajenas como la herramienta imprescindible para acabar con el Antiguo Régimen.
 El autor francés entiende que existe una moral universal que permite el buen funcionamiento de las sociedades. Esta creencia motiva su optimismo, ya que piensa que esta puede extenderse a todos los seres humanos y traer su felicidad.
DIDEROT
Diderot (1713-1784) es el autor más completo del siglo XVIII francés, ya que compone obras de todo tipo de géneros que pueden encuadrarse en las tres tendencias literarias de la época: Rococó, en sus comienzos, Neoclasicismo y Prerromanticismo, a partir de su compromiso con la Enciclopedia.
Pertenecía a la burguesía provinciana que solo podía ascender mediante la carrera eclesiástica o artística. Su deseo de progresar socialmente le llevó a París, donde pronto entró en contacto con los círculos literarios más avanzados y logró formar en su entorno el grupo de intelectuales que se hará cargo de la Enciclopedia.
En su obra se advierten tres etapas claramente diferenciadas: hasta 1753, que significa su entrada en el mundo literario francés; desde 1753 hasta 1761, período en el que se centra
en el proyecto de la Enciclopedia y en la producción teatral; y los últimos años de su vida, marcados por un gran pesimismo.
Sus primeros trabajos son ya muy polémicos. En Pensamientos filosóficos (1746) defiende la supremacía de la razón sobre Dios, así como que los intelectuales ocupen el lugar que hasta el momento tenía la Iglesia. La tesis, expuesta en Carta sobre ciegos (1749), de que la inteligencia humana no se debe a Dios, sino que se forma a través de la experiencia y por medio de los sentidos le llevará a la cárcel acusado de ateísmo.
A este primer período pertenece también una obra de ambiente galante y bastante frívola, Las joyas indiscretas (1748). En ella, Diderot denuncia las costumbres cortesanas convirtiendo a los órganos sexuales femeninos en narradores de sucesos que solo ellos conocen.
Pero la gran empresa de esta etapa es la puesta en marcha de la Enciclopedia, que será determinante en su obra literaria. Como sabemos, la publicación de la obra comenzó en 1751 y se encontró con la oposición de la Iglesia y los sectores más conservadores de la sociedad francesa. Para que la publicación de la Enciclopedia pudiese continuar, Diderot hubo de comprometerse a no publicar en el futuro ninguna obra suya personal. Este hecho determinó que fuese un autor prácticamente desconocido en su tiempo.
La segunda etapa de su obra se extiende entre 1753 y 1761. En este período el autor se centra en el proyecto de la Enciclopedia y en la producción teatral (por la que adquiere renombre), ya que es un género que escapa a la prohibición de publicación. El teatro de Diderot se aparta de las modalidades tradicionales y configura un nuevo género conocido como drama burgués y definido por los siguientes rasgos:
 La exhibición de la virtud, mérito y moral laica de la burguesía frente a la corrupción, inutilidad y amoralidad de la aristocracia y el clero.
 Ante la imposibilidad de escenificar la opresión política, sitúa en el seno familiar los problemas provocados por la dominación feudal en la monarquía absoluta.
 El protagonista de las obras es un burgués ilustrado, ateo, científico, moralista, muy trabajador y ahorrador.
 En el argumento de los dramas destaca la explosión sentimental de los personajes, caracterizados por la alternancia entre sus actitudes razonables y el llanto mediante el que manifiestan su sensibilidad.
Junto a sus dramas, Diderot compuso también obras de otros géneros que no fueron publicadas hasta después de su muerte. En la novela La religiosa denuncia la hipocresía de la Iglesia y los intereses económicos que están detrás de las vocaciones religiosas.
El sobrino de Rameau (1761) es una obra que marca la evolución de Diderot hacia el pesimismo. Se trata de un diálogo entre un filósofo (progresista, positivo y moral) y un parásito (bufón y medio loco) sobre el sentido de la existencia. La discusión termina en empate, sin que Diderot deje claro el sentido de la existencia humana y de los esfuerzos reformadores ilustrados.
La tercera etapa de su obra se inicia con el reconocimiento internacional de Diderot en 1761, pues comienza su relación con la monarca absolutista Catalina de Rusia. Pronto se da cuenta de que nadie en Rusia creía realmente en sus ideas reformistas y abandona su puesto de consejero. Esta experiencia es la que motiva el carácter de las obras de este período, dominadas por el desengaño. Diderot defiende, a partir de este momento, que la función de los intelectuales es estar en contra del poder, aunque este sea justo y benéfico.
La obra más destacada de la etapa es Jacques el fatalista, una novela muy innovadora y libre en la que su protagonista se siente perdido en el laberinto del Estado. Con ella, Diderot abre la puerta al Romanticismo y anticipa uno de los temas más relevantes de la novela existencial del siglo XX.
ROUSSEAU
Junto con Diderot, Rousseau protagoniza la evolución política producida en Francia desde el despotismo ilustrado hasta las ideas democráticas. Ambos autores representan también la irrupción en los textos literarios de la sensibilidad y el análisis del yo, elementos básicos del futuro movimiento romántico. El carácter de autor de transición explica, probablemente, que Rousseau se mantuviera al margen de los círculos intelectuales franceses de su tiempo, así como que llegase al enfrentamiento abierto con Voltaire, el máximo exponente del pensamiento ilustrado.
La obra literaria del autor se centra en tres núcleos temáticos que se suceden en el tiempo, aunque confluyan en algunos casos: la música y el análisis de los espectáculos, en sus primeros años; la preocupación moral y política, después; y, en sus años de vejez, el análisis de su propia individualidad a través de una serie de obras de carácter autobiográfico.
Rousseau se da a conocer mediante sus colaboraciones musicales en la Enciclopedia y dos obras en las que analiza el impacto de los espectáculos artísticos en la nueva sociedad surgida a raíz del triunfo de la Ilustración y del ascenso de la burguesía: Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) y Carta sobre la música francesa (1753).
Su interés por la música le llevará, años después, al estreno de una obra musical, Pigmalión (1762), y a la elaboración de un Diccionario de Música (1767).
Pero la importancia internacional de Rousseau llega con las obras en que muestra sus ideas filosóficas, morales y políticas. Este asunto lo inicia en 1755 con su Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad. En él apunta ya algunos conceptos que desarrollará con posterioridad:
La situación de la existencia primitiva es ideal y deseable, pero resulta imposible volver a ella. Rousseau expone su idea de la bondad natural del ser humano.
La sociedad contemporánea anula las libertades del individuo.
El ser humano puede preservar su individualidad y desarrollarla en el seno de la sociedad.
El estado de desigualdad y de insatisfacción humana que Rousseau establece en su Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad es completado en dos obras posteriores en las que aporta posibles soluciones:
 En Emilio o La educación (1762) describe la formación de un individuo al margen de cualquier contacto social. Propone un sistema educativo que respete el ritmo de la naturaleza y atraviese distintas fases: desarrollo de la sensibilidad en la niñez, de la inteligencia, descubrimiento del otro y de la sexualidad y, finalmente, de la sociedad y las leyes que la rigen (religión, política y moral). Para Rousseau, la educación debe permitir que el individuo se asegure la felicidad personal y contribuya a la de los otros.
 En El contrato social (1762) propone un sistema que permita la gobernabilidad de la sociedad mediante la cesión de ciertas libertades personales al interés general. Este planteamiento cristaliza en un pacto o contrato, según el cual los ciudadanos se someten al imperio de la ley.
Julia o La nueva Heloisa incluye algunas de estas ideas en forma de novela epistolar, género que favorece la integración de las mismas en una unidad. El principal valor de la novela es la inclusión de una serie de rasgos que son ya propios del Romanticismo: la pasión amorosa que domina a los personajes, el análisis de las tensiones espirituales y el suicidio final de Julie, protagonista de la novela.
Las últimas obras de Rousseau pertenecen al género autobiográfico y en ellas se dedica a la exposición de su intimidad. Comenzó la redacción de sus Confesiones en 1766,
momento en el que se sentía atacado duramente por Voltaire y otros ilustrados. El autor ginebrino siente la necesidad de justificar sus actos e ideas, mostrándolas al lector, a quien quiere convertir en juez de su vida.
A lo largo de la obra narra su vida hasta el año 1765, fecha en la que interrumpe la redacción. Pero no se limita solamente al relato de los acontecimientos, sino que incide a menudo en el análisis de su personalidad. En ella destaca, por encima de todas sus virtudes y defectos, la sensibilidad, motivo de todas sus desgracias.
Su propia personalidad como tema se encuentra también en Diálogos y en Ensoñaciones (publicadas en 1782). La diferencia de estas obras respecto a las Confesiones reside en que el autor ya no se dirige al lector ni tiene voluntad de justificación. Parece que Rousseau quisiera con estos textos bucear en su propio yo, descubrirse, conocerse, juzgarse y encontrarse consigo mismo.

Ilustración

TEMA 12 : LÍNEAS GENERALES DE LA ILUSTRACIÓN
1.- ¿ Qué se entiende por Ilustración?
La expresión Ilustración designa un período histórico circunscrito en general, al
siglo XVIII, y extendido sobre todo en Alemania , Francia e Inglaterra. Es un término
que es empleado como caracterización general de las tendencias intelectuales- así como
políticas y sociales- de una cierta época.
Desde este punto de vista, se ha caracterizado la ilustración por su optimismo en
el poder de la razón y en la posibilidad de reorganizar a fondo la sociedad a base de
principios racionales. Procedente directamente del racionalismo del siglo XVII y del
auge alcanzado por la ciencia de la naturaleza , la época de la ilustración ve en el
conocimiento de la naturaleza.
La ilustración considera la historia desde un punto de vista crítico y estima que
el pasado no una forma necesaria en la evolución de la humanidad. Por esta actitud
crítica sostiene un optimismo basado única y exclusivamente en el advenimiento de la
conciencia que la humanidad puede tener de sí misma y de sus propios aciertos y
torpezas.
Fundada en esta idea capital , la filosofía de la ilustración persigue en todas
partes la posibilidad de realizar este principio: en la esfera social y política mediante el
despotismo ilustrado; en la esfera científica y filosófica , por el conocimiento de la
naturaleza como medio para llegar a su dominio; en la esfera moral y religiosa, por la
aclaración de los orígenes de los dogmas y de las leyes , único medio de llegar a la
religión natural igual en todos los hombres, a un deísmo que no niega a Dios, pero que
lo relega a la función primer motor.
La ilustración subraya la importancia de la sensación como modo de
conocimiento frente a la especulación racional.
En la ilustración, la razón es una facultad humana que se desarrolla con la
experiencia. Por eso la razón no era para la ilustración un principio , sino una fuerza:
fuerza transformadora de lo real. La razón ilustrada iba del hecho al principio; más que
un fundamento era un camino que podían recorrer todos los hombres y que era deseable
que todos reconociesen.
En general, la ilustración es presentada en Francia por los enciclopedistas, en
Inglaterra por los seguidores del sensualismo de Locke y en Alemania por la llamada “
filosofía popular.
La tendencia utilitaria de la ilustración resalta en su idea de la filosofía como
medio de dominio efectivo de la naturaleza y como elemento introductor para la
reorganización de la sociedad. La tendencia naturalista se refleja en el predominio dado
al método de conocimiento de las ciencias naturales. . La tendencia antropológica se
deriva en el interés superior despertado por el hombre y sus problemas frente a las
grandes cuestiones de orden cosmológico.
2.- La Ilustración en Inglaterra.
Como ya hemos dicho , entre la revolución inglesa de 1688 y la francesa de
1789, en el espacio de un siglo, aproximadamente, se desarrolla un amplio movimiento
que representa una profunda mutación en el orden religioso, político, económico y
científico que se denomina ilustración.
Sus determinantes más inmediatos podemos señalarlos en el desarrollo cada vez
más acentuado del naturalismo desde el comienzo del renacimiento, en el principio
protestante del libre examen, en el desarrollo del derecho y la religión natural, así como
en la filosofía racionalista y empirista del siglo XVII.
En la ilustración la revolución es más profunda y extensa. No se limita a unos
cuantos hombres de letras, sino que desciende a la clase media burguesa, y llega a la
masa ignorante, que le servirá de instrumento para las subversiones políticas. El camino
estaba preparado desde el renacimiento. En Inglaterra, dispuesta por las conmociones
políticas, el corporalismo de Hobbes, el sensismo de Locke y el naturalismo religioso de
los libre-pensadores que tiene su primera expresión en el deísmo que rechaza toda
religión que sea revelada.
Como representantes de la ilustración en Inglaterra a nivel filosófico podemos
citar desde los moralistas naturalistas como Lord Shaftesbury y F. Hutcheson hasta los
más conocidos como Berkeley y Hume; sin olvidar a la escuela escocesa encabezada
por T. Reid y la psicología asociacionista.
3.- La ilustración en Francia.
De Inglaterra pasaron a los demás países de Europa el libre pensamiento y la
filosofía de la ilustración. Las obras de Locke y de los deístas ingleses invadieron
Francia a través de Holanda. Sus ideas , introducidas por Voltarie y Montesquieu,
tuvieron un éxito extraordinario, pero también consecuencias mucho más avanzadas. En
Inglaterra no habían pasado de combatir la religión cristiana. En Francia llegaron muy
pronto a un naturalismo completo y al ateísmo.
La ilustración se presenta en Francia con el carácter de una renovación a fondo
de todas las estructuras del pasado aspirando a una transformación radical del individuo
y la sociedad. El optimismo y la confianza en el poder del hombre, la razón y la ciencia,
se traduce en una aspiración a un porvenir mejor, a un progreso indefinido, a una
sociedad ilustrada, libre de prejuicios, fanatismos y supersticiones, fraternal, igualitaria,
benéfica, democrática y feliz. Para alcanzar ese ideal, los filósofos piensan que hay que
remover los grandes obstáculos, contra los cuales centra sus ataques: el Antiguo
Régimen apoyado principalmente en dos instituciones medievales: La Iglesia y la
monarquía.
No todos los ilustrados coinciden en el mismo grado de fobia contra la Iglesia y
la monarquía , como tampoco en su democratismo. Gran parte de ellos pertenecen a la
aristocracia. Pero su ideal de libertad, de progreso, y felicidad del género humano se
traduce, por reacción, en una labor demoledora, revolucionaria, en un ataque implacable
contra toda clase de religión positiva, y en general contra el catolicismo y el régimen
monárquico. De forma más o menos consciente , los ilustrados preparan la revolución
democrática, que a su vez, será antecesora de la revolución del proletariado. La idea era
destruirlo todo para reedificar un nuevo mundo, más humano y feliz.
La ilustración francesa se inaugura bajo la luz de tres eruditos como son Bayle,
Fontenelle y Voltaire. Tres manifestaciones de un mismo espíritu de demolición de los
valores del pasado, para abrir los horizontes del reinado de la naturaleza y la razón
humanas sobre las ruinas del fanatismo y la superstición. Otros representantes serán
Montesquieu y los enciclopedistas. La Enciclopedia será el símbolo mas exacto del
espíritu de la ilustración francesa. Esta gran empresa fue el aglutinante necesario para
unir a los grandes filósofos franceses del XVIII, dándoles la cohesión necesaria para
atacar a fondo las antiguas instituciones y propagar abiertamente sus propósitos
renovadores de la ciencia, del hombre y de la sociedad. Figuras destacadas de este
proyecto fueron Diderot y D´Alambert, los cuales sabían lo que querían y a dónde se
dirigían. El primero realizó o dirigió 990 artículos . Su aportación deja en un segundo
plano a las principales figuras filosóficas del momento que colaboraron con la
Enciclopedia.
4.- La Ilustración en Alemania.
La ilustración alemana tiene un carácter un poco distinto y más complicado que
la francesa. Sus antecedentes remotos podemos buscarlos en la proclamación del libre
examen protestante, si bien es justo decir que los luteranos ortodoxos contribuyeron a
retrasar el librepensamiento.
En el orden filosófico debemos decir que en el desarrollo de la ilustración se
entrecruzan dos líneas que pugnan entre sí: la postura iusnaturalista derivada de los
contractualistas Grocio y Pufendorf y la corriente derivada de Wolff que aprecia la
escolástica y cultiva la lógica y la metafísica. El combate entre estas dos corrientes
constituye la primera fase de la ilustración alemana.
Una segunda fase la marca la subida al trono de Prusia del Federico II (1712-
1786) que recibió una educación “afrancesada” y se propuso elevar el nivel cultural
alemán. Convirtió la corte de Berlín en un centro de librepensamiento. Procuró traer a la
Academia prusiana sabios y escritores de renombre Europeo.
Pero la ilustración alemana es de duración más corta que la francesa. En el
último tercio del siglo XVIII termina bifurcándose en el criticismo Kantiano que la
eleva a su máximo exponente y al mismo tiempo acaba con ella; y en el
sentimentalismo romántico.
5.- La ilustración en España ( Aunque no la vamos a desarrollar, por lo menos
saber que existe y que hay importantes aportaciones pero de segundo orden

CÁNDIDO O EL OPTIMISMO - VOLTAIRE

CÁNDIDO O EL OPTIMISMO - VOLTAIRE

   1. QUIEN ES FRANCIS-MARIE AROUET – VOLTAIRE

François-Marie Arouet, se dio así mismo el seudónimo de Voltaire. “Es quizás uno de los intelectuales franceses más polifacéticos e importantes del Siglo de las Luces. Nació en París el 21 de noviembre de 1694, estudió en el colegio jesuita Louis-le-Grand. De su formación religiosa guardará Voltaire un penoso recuerdo que se plasmará en una actitud irreverente, rebelde y burlona frente a la Iglesia, sus instituciones y dogmas.”[1]
Su obra.  Ha dejado una obra literaria considerada muy heterogénea, en la que se destaca su polémica ideológica. “Como filósofo, Voltaire fue un genial divulgador, y su credo laico y anticlerical orientó a los teóricos de la Revolución Francesa”[2], por lo cual fue preso en diferentes oportunidades y conducido a la Bastilla; al salir de una de ellas  fue  exiliado a Gran Bretaña donde fue acogido por los medios literarios y comerciales; esta influencia británica influyó en su pensamiento.
De 1718 data su primer éxito, titulado Edipo. Publicó luego Henriade dedicada al tolerante rey Enrique IV,  en 1728, difunde las progresistas ideas políticas y el pensamiento del científico Isaac Newton y del filósofo John Locke; obtuvo un gran éxito teatral con Bruto; en la Historia de Carlos XII hizo una crítica de la guerra; la sátira El Templo del Gusto le atrajo grandes problemas con los literarios parisienses.
Pero las “Cartas filosóficas o Cartas inglesas, en las que convierte un brillante reportaje sobre Gran Bretaña en una acerba crítica del régimen francés”[3] es su obra más polémica. El éxito obtenido con la tragedia Zaïre lo incentivó a rejuvenecer el género literario; escribió además: Adélaïde du Guesclin, La muerte de César, Alzire o los Americanos y Mahoma o el fanatismo, el Poema de Fontenoy, entre otros. Su irrespetuoso poema sobre Juana de Arco, La doncella, y su colaboración en la Enciclopedia chocaron con los católicos de la época.
“Sus crisis de pesimismo fueron el Poema sobre el desastre de Lisboa en y la novela corta Candide (1759), una de sus obras maestras”[4].  Las obras más importantes en sus últimos años son: el Tratado de la tolerancia publicado en 1763 y el tan conocido y consultado Diccionario Filosófico en 1764.




2. NOVELA: CÁNDIDO O EL OPTIMISMO

2.1  LA ÉPOCA DE CÁNDIDO O EL OPTIMISMO

Ya a finales del siglo XVIII, Europa era un continente en proceso de cambio en sus estructuras debido al aumento de su población. Esta obra, que estudia el progreso humano, censura el súper naturalismo y denuncia la religión y el poder de la iglesia, arraigado y devorando la mente y la consciencia del hombre. Si bien afirma su creencia en Dios. El temperamento independiente del autor, le llevan a abordar asuntos fundamentales de la época como el absolutismo y la superstición, por no ser parte de un análisis.

En la Edad Media, la Iglesia tenía una serie de privilegios, era sostenida por la sociedad, por ser la única institución que cumplía la labor de enseñar, desde las primeras letras hasta la universidad, a pesar de la secularización de la enseñanza dada en el Renacimiento; esto le permitió llegar directamente al interior del hombre para lavar su cerebro desde la edad temprana, sin permitirle salir de ella. En su discurso ilustrado critica la fe, entendida como un sistema de ideas creado para satisfacer los intereses de la clase dominante.

En la Europa de 1700 había ignorancia por doquier, resultante del fanatismo religioso que asolaba el tiempo y el espacio de Cándido, particularmente el terremoto que destruyó Lisboa; donde cientos de personas fueron ejecutadas, según la iglesia era la forma de parar el terremoto. Aquí se desnuda el mal, dejando descubierto el sadismo cometido a lo largo de los tiempos a nombre de la Religión, del gobierno y del poder de la nobleza, estructuras basadas en un sistema funcional, en el que cada grupo social cumplía una misión determinada y, al mismo tiempo, se les reconocía jurídicamente unos privilegios.

2.2 PANORAMA INTELECTUAL

Francis-Marie Arouet - VOLTAIRE, publicó en 1759 la novela Cándido, o el Optimismo, una novela picaresca, escrita en un panorama intelectual dominado por dos fuentes de autoridad, por una parte los autores clásicos grecorromanos y por otra parte la Biblia;  reforzados por el Renacimiento y la Reforma, en un mundo que no se había liberado de la tradición medieval. Los adelantos científicos, tecnológicos, la transformación de la infraestructura económica y social y el descubrimiento de América, cambiaron la vida de los europeos y las ideas de los intelectuales sobre el mundo en que vivían. Los intelectuales de la Ilustración provenían de la nobleza, se trataba de una nueva elite, su trabajo intelectual impactaba el creciente estado moderno. Voltaire, se incluyó en este grupo que seguía la corriente crítica racionalista, rechazando los dogmas tradicionales de encontrar la verdad mediante los métodos experimentales y la religión.

Por lo tanto, esta obra es una novela que pertenece a la Ilustración,  movimiento cultural originado y difundido en Europa a finales del siglo XVII y en el XVIII, principalmente en Francia, está  cimentado en la razón humana y en la noción de adelanto histórico material y moral. Es considerado un período especial en el que se dio una transformación cultural que afectó todos los aspectos de la vida cotidiana. Esta época se conoce como la Edad de la Razón. La nueva mentalidad dejaba las creencias pesimistas e incluía la confianza en la capacidad de la naturaleza humana y en sus posibilidades de progreso. Esta concepción influyó en la educación, donde el sistema restrictivo se cambió por un sistema basado en la confianza, donde el hombre debía manejar su propio destino.

La historia se desenvuelve alrededor de 1755, año del  terremoto de Lisboa, causante de la muerte a gran parte de sus pobladores y la tragedia de esa ciudad; hecho que llevó a la reflexión de los intelectuales europeos de la época y se convirtió e uno de los motivos y objetos principales de la novela. Cándido o el Optimismo, escrita por Voltaire a  sus 65 años, en su etapa madura, recoge gran parte de su experiencia de vida y los razonamientos elaborados que constituyen su pensamiento.

2.3  IDEA PRINCIPAL

Es una novela corta, pero grande en la profundidad con que trata diversos temas del devenir humano; se caracteriza por un estilo literario ágil en la acción, a la vez que sencillo y claro; la simplicidad del lenguaje, el estilo irónico crudo y devastador y un negro sentido del humor. Muestra como, históricamente no solo es importante la vida del personaje y su entorno, sino lo que interesa es la actividad en su conjunto.

En Cándido o el Optimismo, Voltaire, irónicamente critica la filosofía del alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, según la cual “nos encontramos en el mejor de los mundos posibles”, el relato demuestra más bien que todo se rige por el principio de lo peor. Así mismo satiriza a los miembros de la iglesia, a la nobleza, al gobierno y a los  militares; las inocentes reflexiones que realiza el protagonista, el joven Cándido, no dejan títere con cabeza, razón por la cual fue condenada en su época. De ella se puede extraer las ideas de la ilustración  que defendían la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia como elementos con los cuales se logra superar el oscurantismo, el atraso, la ignorancia, el dogmatismo y las supersticiones.

La idea principal que transmite la obra, radica básicamente en que este mundo es un medio hostil, muy lejano al paraíso, repleto de desgracias e infortunios, en el que la felicidad es fugaz, y en el cual, mantener el optimismo es completamente absurdo; considerado éste como la terquedad en la defensa  que todo está bien cuando todo está mal. Cándido o el Optimismo, es una  narración que ridiculiza el optimismo llevado al extremo, pues en cada página de la obra, se encuentra por doquier desengaño, desesperanza y  fatalidad. Esta novela intelectual y divertida es del género del viaje de aprendizaje: el hombre joven, idealista e inexperto que sale a conocer mundo real y regresa maduro, equilibrado, sensato y realista. Es un estudio del progreso humano.

2.4  PERSONAJES

En la historia de Cándido, todos los personajes juegan un papel importante, pero se distingue fundamentalmente:

 • Pangloss: La novela se desarrolla alrededor de la filosofía y enseñanzas de este maestro, quien representa irónicamente las ideas del filósofo Leibniz. Pangloss cree y enseña que: “Las cosas no pueden suceder de otro modo, porque estando todo hecho para un fin, todo lleva necesariamente hacia el fin mejor”[5]. Es decir, el mundo en que viven los personajes, es “el mejor de todos los mundos posibles, todo lo que ocurre ha de ocurrir, sucede por algún motivo, es un ingrediente necesario”[6], es un mundo totalmente equilibrado, dotado de armonía universal; donde todo es “perfecto”. Esta perfección se ajusta al significado referido a la bondad de los hechos que ocurren. Para él, el mundo es perfecto porque Dios es perfecto, esta es la creencia en la Teodicea. A pesar de todas las crueldades que ha vivido, éste siempre sostuvo su opinión, decía “al fin y al cabo soy un filósofo, no estaría bien el desdecirse, puesto que Leibniz no pudo engañarse, y, además la armonía  preexistente sigue siendo la cosa más bella del mundo, así como lo pleno y la materia sutil”.[7] En la conclusión  Pangloss confiesa, “toda su vida había sido un horrible sufrimiento, pero que todo estaba bien, que lo sostendría siempre, aunque no creyera semejante cosa.”[8]

 • La vieja: en su niñez y juventud perteneció a la nobleza, con título de baronesa, vivió ostentosamente en la abundancia y disfrutó de los placeres del mundo y de la vida de la nobleza, pero un día cualquiera, su suerte cambió, según su propio relato, siendo muy joven empieza una vida de tristeza, desgracias, infortunios y tribulaciones que nunca terminaron; de baronesa a sirvienta, envejeciendo en la miseria y la ruindad, con todas sus tristes vivencias y experiencias, termina convirtiéndose en un ser pragmático. En el acaecer de su vida, siendo una vieja conocedora del mundo, concluye que “lo normal de este mundo es la desgracia, por lo que no hay que quejarse de ser desgraciado. No hay en el mundo un hombre que no se haya quejado de ser desgraciado y maldecido su existencia”[9]. Aprendió que debía cultivar su instinto de supervivencia. Este pensamiento que ha construido la vieja de su propia historia va más allá de la fortaleza de carácter ante la adversidad y el dolor, alcanzando plenamente el fatalismo; contrario por completo a la filosofía predicada por Pangloss.

 • Cándido, el protagonista de la novela, educado en su niñez por Pangloss, bajo los principios que construyeron su mentalidad: “este mundo es el mejor de los mundos”, “todo es perfecto”, “todo está hecho para un fin”. En el castillo donde pasó su infancia y primera juventud, esos principios funcionaban. Al ser desterrado y caer al mundo real, Cándido, inicialmente, se aferra a los principios filosóficos de su formación para ver y entender el mundo, razón por la que sigue creyendo en la perfección de éste, a pesar, de las duras inclemencias de la realidad que vive. Pero como es lógico, en el mundo real, paulatina e interiormente entra en una dualidad cada vez más grande, entre: el idealismo que gobierna su mente y la triste y cruel realidad que afronta constantemente y que le quita la ilusión. Cándido termina por aceptar, que el mundo real tiene muy poco de humanidad y que el futuro en ese mundo, no se puede predecir. Al final, asegura “que las grandezas son muy peligrosas”[10], por las riquezas y los bienes materiales pierden la vida los hombres, los matan o se les va la vida atesorándolas. “Lo que se, en verdad, dijo Cándido, es que es preciso cultivar nuestro jardín”[11], teniendo en cuenta las palabras mágicas del turco: “el trabajo nos libra de los tres peores males: el fastidio, el vicio y la indigencia.”[12]

  Cándido termina comprendiendo que el idealismo filosófico de su maestro Pangloss lo aleja de el aquí y el ahora, no funciona en el mundo real; pero, el fatalismo con que mira el mundo la vieja, no permite vivir, ni tener esperanza, ni salir de la desgracia. Puede ser por lo tanto interpretado como un personaje intermedio entre el pensamiento de Pangloss y el de la vieja, que son dos extremos. El, consigue la tranquilidad de espíritu en el trabajo.

 • Otro personaje que con carácter en la obra, es el desafortunado Martín, que creía en dos principios creadores, uno para el bien y otro para el mal, al que Cándido salva de los predicadores, que lo perseguían por considerarlo hereje. Martín es el encargado de hacerle caer en cuenta a Cándido, como es la realidad del mundo, sostiene “no dudo que exista el bien, pero no lo conozco”[13]. Por otra parte le tiene sin cuidado la nobleza, el clero, el gobierno, para él, todos los hombres deben ser iguales.

 • Es conveniente traer al senador Prococurante. Tenía la fama de ser una persona feliz, tenía un pensamiento definido y concreto, por el paso del tiempo. Sin embargo, era infeliz, lo tenido todo y se sentía desdichado por no haber encontrado la felicidad. Una particularidad del personaje, radica en  la libertad que posee para decir lo que piensa sin importarle la opinión ni el pensamiento de los demás.

3. REFLEXIONES

 • La iglesia católica y su doctrina asfixiante y anquilosada, frenó el desarrollo del saber y de la ciencia, creando en el hombre de esa época una mentalidad centrada en una teología errada, en la que está la fe por encima de la razón, encierra al ser humano en principios sin fundamentación conceptual, fue intolerante ante otras formas y maneras de ver el mundo. Cándido muestra la persecución y el fanatismo como una locura religiosa, oscura y cruel ante las distintas creencias. Sin embargo, la iglesia católica no ha podido evitar que los hombres se dejen tentar por los placeres del mundo. El autor aquí aboga por el respeto entre las diferentes religiones.

 • La responsabilidad que tiene el hombre es sobre su propio destino, éste está en sus manos, su labor es mejorar y optimizar su situación mediante el saber a través de una educación pertinente, la cual le garantice valorizar su vida y hacerla placentera, buscando y trabajando por lo que quiere y desea. La razón nos dice que el mundo se rige por leyes físicas y naturales y que toda causa tiene su efecto. Entonces es razonable que el hombre pueda decidir sobre su propio destino, este pensamiento está en contra de los principios de la iglesia, con él, el hombre se libera de dicha opresión y puede organizar su vida por sí mismo.

 • La violencia era en el tiempo de Cándido, y lo es ahora, un fenómeno con el que el hombre ha convivido a través de la historia. Por eso, la barbarie de la guerra se presenta con naturalidad. Al respecto, reconocía  Santiago, un personaje de la obra, “los hombres han corrompido la naturaleza, porque no habiendo nacido lobos, se han convertido en tales. Dios no les ha dado ni cañones del veinticuatro ni bayonetas; ellos se encargaron de fabricarlos para destruirse.”[14]

 • La obra es crítica frente al pensamiento y la actitud de la nobleza, cuando creen y se aseguran de tener el mando, el poder, la dirección, la propiedad; cuando actúan creyéndose mejores que los demás por tener “corona”. En Rey de Eldorado dijo: “no tengo ningún derecho para deteneros, esa sería una tiranía que no existe en nuestras costumbres, ni en nuestras leyes. Todos los hombres son libres, partid cuando queráis.”[15] Los rangos no deben impresionar, por el contrario deberían acomplejar al que lo ostenta. El viejo Martín, en la obra se presta a hacer la crítica, mostrando desdén por la monarquía se pregunta: “¿qué importancia tiene saber con quien se cena, si lo que realmente importa es que la cena sea buena?”[16]

 • Para poder ejercer bien todas sus facultades el hombre necesita ser educados con buenas ideas y excelentes principios, pero también es preciso tener en cuenta que las ideas y principios son inspirados por las tendencias de la época. El hombre comprenderá el bien y el mal, a través de la enseñanza y la formación, que le permitirán optar por la mayoría de edad, siendo capaz de transmitir la verdad a los demás, contribuyendo a la construcción de la sociedad. Ante la indecisión frente a la dualidad: bien y mal, los hombres acuden a otros (maestros) para que les ayuden a obtener respuestas y así poder valerse por sí mismos. La educación debe permitirle al hombre ser consciente y responsable de sus actos, la decisión de hacer o no algo, depende de la educación que recibe.

 • Por otra parte, Cándido permite reflexionar sobre la educación en valores, ella puede ser la base de una sociedad, sin ellos la organización y la paz no se logran; pueden imponerse normas y leyes, pero, la decisión de actuar de manera correcta descansa en el interior y en la conciencia de cada hombre. Martín lleva a esta reflexión cuando le dice a Cándido:

    “No he visto ciudad que no desee la ruina de su vecina, o familia que no quiera exterminar a otra familia. En todas partes los débiles odian a los poderosos y se arrastran a sus pies; los poderosos, los tratan como a rebaños, cuya lana y carne venden. Debe haber aproximadamente un millón de asesinos regimentados, que corretean de un extremo a otro de Europa, ejerciendo el robo, el asesinato muy ordenadamente, para ganarse el pan, puesto que no existe profesión más honrada. Y en las villas donde la paz y las artes florecen, a los hombres los carcome más la envidia. Las penas secretas son más crueles que las miseria del dominio público”.[17]

 • La crítica al dogmatismo como la presunción de quienes quieren que su doctrina o sus aseveraciones sean tenidas por verdades inconcusas,  firmes, sin duda ni contradicción. Eldorado podría ser el mundo perfecto del que habla Pangloss, allí el sabio del reino de la antigua nación de los Incas  hablo de su Dios, “no le rogamos, no tenemos nada que pedirle, todo nos lo ha dado, lo único que hacemos es agradecerle sin cesar…todos somos sacerdotes”.[18]

 • Lo importante es que cada ser humano trabaje, como dijo Martín “el trabajo es el único medio de hacer la vida tolerante.”[19] Lo que verdaderamente importa es vivir, disfrutando de los placeres sencillos. La vida es una lucha que no tiene fin hasta la muerte y sólo tenemos una vida para vivir, Éste es un consejo de Cándido. “Todo está muy bien, pero cultivemos nuestro jardín.”[20]
subido por: isabernández
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