martes, 6 de octubre de 2015

Información general sobre Martín Fierro

INFORMACIÓN GENERAL SOBRE “MARTÍN FIERRO”
El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo, escrito en verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género. Debido a que tiene una continuación, La vuelta de Martín Fierro, escrita en 1879, este libro es también conocido como «La Ida». Ambos libros han sido considerados como libro nacional de la Argentina, bajo el título genérico de «El Martín Fierro». En «La Ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social lo vuelve gaucho matrero (fuera de la ley).
Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de la política del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los gauchos para ir a la frontera contra los indígenas.
ESTRUCTURA Y NARRADORES.
La primera parte, está comprendida por 2.316 versos que se agrupan en 13 cantos, donde intervienen como narradores el gaucho Martín Fierro, el Sargento Cruz y un narrador testigo, siendo publicada en 1872.
La segunda parte se conoce como "La vuelta de Martín Fierro", publicada en 1879, siete años después. Se estructuró de la siguiente manera: con una introducción o prólogo, donde se justifica ante los lectores y luego 4.849 versos distribuidos en 33 cantos, se observa la presencia de cinco narradores: Martín Fierro, el hijo mayor, el hijo segundo, Picardía y el narrador.
PERSONAJES:
Martín Fierro: Es el único que se reconoce por un nombre propio. Alude al Santo Patrono del partido y lugar de nacimiento del poeta, y al arma de pelea (fierro) preferida por el gaucho.
Es un hombre solitario y nómade que no asume compromisos con el pasado o el futuro. De acuerdo con su particular filosofía considera que lo que caracteriza al hombre es su sufrimiento, y por eso el no cría raíces. Constantemente lo persigue una sensación de desamparo, ya que en su tiempo el ser gaucho era considerado un delito.
El personaje evoluciona a lo largo del poema. En la primera parte se presenta individualista, orgulloso, anárquico, y su postura es la de marginarse. En la segunda en cambio acepta con mayor respeto las leyes y normas vigentes e intenta integrarse nuevamente a la sociedad. Tiene costumbres semejantes a la de los cristianos, pero otras parecidas a la de los indios.
El sargento Cruz: A pesar de no aparecer muy claro en el relato, se presenta como leal amigo de Martín Fierro durante un periodo de su viaje. Fue soldado primero y sargento de policía después, era un íntimo amigo de Martín Fierro, tiene una visión ingenua del mundo, tiene conocimientos políticos, es analfabeto, su figura complementa al gaucho Martín Fierro, de espaldas, un poco a la manera de los traidores, se identifica tanto con la suerte y destino del personaje central. Es más escéptico que Fierro aunque tiene un gran sentido de la lealtad. Es un hombre de acción

“Picardía”: Personaje de dicho nombre que aparece en la reunión de encuentro de Martín Fierro con sus hijos. Canta la historia de su vida y le da un toqué “pícaro” a la historia
Los indios: Aparecen como personaje colectivos y son pintados por el autor como seres salvajes y en algunas ocasiones hasta inhumanos. Toman preso a Martín Fierro y logra escapar de ellos.
Viejo Vizcacha: Es avaro, ladrón y acomodaticio; posee una completa insensibilidad por el dolor ajeno y su  postura descreída se evidencia a través de sus consejos. Constituye la figura típica del antihéroe: es borracho, hereje y muere como un perro rabioso.
Vizcacha es el personaje mejor logrado de la segunda parte; representa a un sector numeroso de la sociedad de la época. su retrato físico y moral está muy bien trazado, así como la descripción del rancho;  su mote le cuadra justo, y por momentos se figura hace olvidar la historia del propio Martín Fierro. Es un representante de  la filosofía cínica, que ama entrañablemente a los perros y desprecia a los hombres.
El hijo mayor de Martín Fierro: Narra afligido las peripecias que vivió tras quedar “huérfano” y desamparado y de cómo estuvo varios años preso a causa de una injusticia. La vida en la penitenciaría lo marcó.
El Moreno: Cantor que contesta una ronda de canciones y charlas con Martín Fierro en la fiesta de encuentro con sus hijos. Personaje humorístico. Reconoce en Fierro a un temible contrincante y se comporta ante el de manera respetuosa.
El hijo segundo de Martín Fierro: Corrió con mejor suerte al verse separado de su familia. Una tía lo adoptó y mantuvo hasta la muerte de ella. Su vida cambia cuando un tutor decide hacerse cargo de él. Vive una difícil experiencia durante la agonía de su tutor y regresa al desamparo
Existen otros personajes indeterminados: jueces, contadores, policías, gringos, y la mujer (la cautiva, la mujer de fierro) hacia la que siente un profundo respeto.

LA LENGUA
José Hernández utiliza para sus obras como lenguaje un remedo muy logrado del dialecto rústico rioplatense, tal como se hablaba en la primera mitad del s. XIX. El autor creía cumplir así el objetivo sociopolítico que se había propuesto. Por eso el pueblo supo reconocerse a sí mismo hablando en su propio estilo intransferible, pero elevado al mismo tiempo a la máxima tensión de su eficacia expresiva.
Para transcribir con exactitud el sistema lingüístico del pueblo había que respetar las frecuentes sinalefas, tal como este las pronunciaba, y ser fiel a la ley de acentuación del pueblo discordante con la impuesta en el Diccionario y la Gramática de la Real Academia Española. El lector deberá respetar la acentuación de José Hernández, si quiere gustar plenamente del poema.
Sin embargo, nuestro autor se atreve a modificar las grafías más que las fonéticas. Así tiende a cambiar las s por las c equivalente al sonido de la z española, y aunque conserva el castellano llevado por los conquistadores en el s. XVI, resulta comprensible en su conjunto para un lector español de la actualidad, si bien se le escapan expresiones y palabras concretas que resultan esenciales para la mejor interpretación del verso y la estrofa, así como paladear mejor su arte. Por otra parte, nuestro autor intercaló muchas expresiones y formas de expresión suyas, pero no de los gauchos, lo que dificulta más la comprensión.
A lo largo de la obra los americanismos son evidentes, así como la tendencia a reducir grupos consonánticos: doctor – dotor; indigno – indino; instrumento – estrumento, etc., y la confusión de los prefijos en formas nominales y verbales: desertor – resertor; derramar – redamar, etc.
Resultan normales las formas arcaicas, cosa que recuerda a la lengua do los conquistadores. El canto sigue idéntico proceso al de las hablas rústicas: caer – cair; reír – reir; démelo – demeló; casos de debilitación vocálica: teatro – tiatro; poeta – pueta; casos de h aspirada: huir – juir; horcón – jorcón; trascripción de j por f inicial: fuerte – juerte; fogón – jogón; etc.
Hernández no era un poeta cuidadoso ortográficamente, pero gran cantidad de fallos hay que señalarlos no por su ineptitud, sino por el deseo de acercarse más al hombre de campo, deseo que plantea en todo el poema. Esta circunstancia casi no se da en cuanto a la sintaxis. Las construcciones se ofrecen en forma directa, a semejanza de lo que hacen las gentes sencillas, y las diferencias son más por fonética sintáctica (supresión de la a: "lo empecé [a] aventajar") o introducción del complemento de objeto indirecto: "Y dejábamos las vacas / que las llevara el infiel".




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