domingo, 4 de marzo de 2018

Paratextos

EL PARATEXTO.

Podríamos decir que el paratexto es lo que queda de un libro u otro tipo de publicación sacando el texto principal. Consideramos parte del paratexto tanto la tapa, la contratapa, la solapa y las ilustraciones de un libro, diario o revista, como el diseño gráfico y tipográfico, el formato y el tipo de papel, es decir, el soporte material del texto. También se incluyen en la categoría prólogos, notas, epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios.
La forma del paratexto:

Lo que llamamos texto es, en primera instancia, una superficie escrita en la que, a simple vista, se distinguen zonas o bloques diferenciados. Por ejemplo, los títulos se destacan por su ubicación, por la distancia que los separa del resto del texto y por otras marcas gráficas, como el tipo de letra. La disposición en párrafos es otra de las primeras informaciones que el lector obtiene, antes incluso de comenzar la lectura. A estos primeros datos, presentes en casi todos los textos impresos o manuscritos, pueden sumarse variaciones de tipo y cuerpo de letra, notas, anotaciones en los márgenes, paréntesis, guiones, etc. que son captados por contraste con la grafía dominante. Algunos de ellos son signos de puntuación que, en su conjunto, integran un sistema de señalización del texto escrito cuya función es organizar la información que este aporta.

Pero no todos los signos que releva un lector en ese “barrido” inicial, previo a la lectura, pertenecen al texto del mismo modo que los signos de puntuación. Estos son parte del texto, porque sin ellos el texto sería una masa indiscriminada de palabras imposible de descifrar, es decir, no sería texto. Las variaciones tipográficas, de diagramación, disposición de texto y gráfica (cuadros, gráficos, ilustraciones, etc.) son cuestiones morfológicas, que hacen a la forma en que el texto se presenta a la vista. Un mismo texto puede asumir formas (diseños) distintos sin que el contenido del mismo se modifique sustancialmente. Estos aspectos morfológicos constituyen un “plus” que se agrega para facilitar la lectura o para favorecer un tipo de lectura que interesa al autor propiciar. Se trata, entonces; de elementos paratextuales, auxiliares para la comprensión.

Rito de iniciación del texto que ingresa a la vida pública, el paratexto se define como un aparato montado en función de la recepción. Umbral del texto, primer contacto del lector con el material impreso, el paratexto es un instructivo, una guía de lectura. En ese sentido, los géneros escritos cuentan entre sus marcas aspectos paratextuales que permiten anticipar, en cierta medida, el carácter de la información y la modalidad que esta asumirá en el texto.

Los elementos que integran el paratexto dependen del carácter especial y autónomo de la escritura: bibliografías, índices, serían impensables en forma oral; así como la objetivación del mensaje, la distancia que supone la escritura, hace posibles notas y prólogos, en el que el propio autor analiza, critica, amplía o sintetiza su discurso. Además, los elementos del paratexto cumplen, en buena medida, una función de refuerzo, que tiende a compensar la ausencia del contexto compartido por emisor y receptor. Ese es el caso de muchas ilustraciones y en particular de la gráfica (representación visual de la información en la superficie de la página).

La comunicación escrita exige la puesta en funcionamiento de un dispositivo que asegure o refuerce la interpretación del texto que el autor quiere privilegiar. Ese dispositivo actúa, en buena parte, sobre el componente gráfico del texto, sobre su carácter espacial, reforzando visualmente el sentido, o bien superponiéndose un segundo mensaje.

Elementos del paratexto.

Solapas, tapas, contratapas son lugares estratégicos de influencia sobre el público. Estos
elementos del paratexto son los más exteriores del libro. Podemos decir que en su conjunto el
paratexto a cargo del editor se ocupa de la transformación del libro en mercancía y los diversos
elementos que lo integran son marcas de ese proceso. Este carácter mercantil que en los libros a
veces se desdibuja detrás de la sobriedad o el esteticismo, es evidente, en cambio, en los medios
de prensa: el contraste en el diseño de las tapas de los diarios desplegadas en los quioscos
permite apreciar, sin demasiado esfuerzo, la estratificación del público al que apelan, y, por lo
tanto, el intento de ocupar una franja del mercado.
Revisemos ahora algunos elementos del paratexto editorial:
 La ilustración: cumple distintas funciones. No sólo ilumina, esclarece el texto, sino que
también lo embellece, con lo que cumple, además un objetivo comercial: atraer la
atención del público, función que es particularmente notoria en las tapas de los libros.
 Diseño: se puede definir como el ordenamiento y combinación de formas y figuras. Junto
con la ilustración son un factor dominante desde el punto de vista comercial, porque se
relaciona con la forma que toma el texto ante los ojos del lector.
 Tapa: Lleva tres menciones obligatorias: nombre del autor, título de la obra y sello
editorial.
 Contratapa: se ocupa de comentar brevemente el libro: resume su argumento, analiza
aspectos relevantes y emite juicios de valor que suelen extenderse a toda la obra del
autor.
 Primeras páginas: (anteportada, frente-portada, portada y post-portada), por su parte,
llevan indicaciones editoriales como el titulo de colección, el nombre del director de
colección, la mención de tirada, la lista de obras del autor, la de obras publicas en la
misma colección, menciones legales (copy original, etc.), si es de traducción, el título de
original y el nombre del traductor, fechas de ediciones anteriores, lugar y fecha de la
actual, dirección editorial.
 El título: es la tarjeta de presentación del autor en público, el primer mensaje que envía a
sus lectores potenciales. para el lector, el titulo, en general es la primera clave del
contenido del libro, por lo que (junto con la ilustración de tapa y el sello de colección)
constituye el disparador de sus primeras conjeturas. El título tiene tres funciones:
identificar la obra, designar su contenido y atraer al público. No necesariamente están las
tres presentes a la vez; y solo la primera es obligatoria, ya que la función principal de un
titulo es la de nombrar la obra. El titulo puede no ser atractivo, e incluso puede no
guardar relación con el contenido del texto, pero siempre será el modo de identificarlo.
Según el género de la obra y el público al que se dirija, desde luego, el titulo puede variar
su función: los títulos de obras literarias buscan atraer más que los de obras teóricas o
científicas, que suelen privilegiar la claridad a la originalidad.
 La dedicatoria: suele ubicarse al principio del libro, antes o después de la página del titulo.
Los destinatarios pueden ser personas relacionadas con el autor con el autor.
Paratexto Página 3
 El epígrafe: suele estar ubicado en la página siguiente a la dedicatoria y anterior al prólogo. Es siempre una cita, verdadera o falsa (atribuida falsamente al autor). También puede ser atribuida a un autor imaginario, o ser anónimo.
 El prólogo: el prólogo o prefacio es un discurso que el autor u otra persona en quien él (o el editor) delega esta función, produce a propósito del texto que precede o sigue (en este caso se lo denomina postfacio o epílogo). La mayoría de los prólogos cumplen dos funciones básicas que comparten con la contratapa: una función informativa e interpretativa respecto del texto y una función argumentativa o persuasiva destinada a captar al lector.
 El índice: es la tabla de contenidos o materias, un listado de títulos del texto por orden de aparición con la indicación de página correspondiente. Refleja además la estructura lógica del texto, por lo tanto, cumple una función organizadora de la lectura.
 La nota: es una advertencia, explicación, aclaración que va fuera del texto.
 La bibliografía: es una lista ordenada alfabéticamente de autores y títulos de las obras consultadas por el autor.
 Glosario: se llama glosario a una lista, ordenada alfabéticamente, de términos técnicos o de otros, más comunes, utilizados con sentido restringido o de términos extraños al registro con el que está construido el texto. Cada término es acompañado de una definición o de un término equivalente. Los glosarios, que pueden estar a cargo del autor o del editor, tienen una finalidad didáctica: favorecer la comprensión del texto con la aclaración de los términos que el autor o editor suponen que los lectores desconocen.
Alvarado, Maite. Paratexto. Bs. As. Oficina de Publicaciones del CBC-UBA. 1994.

Actividades:

1. Leer el texto de Maite Alvarado y con cualquier técnica de estudio( subrayado, notación marginal, etc.) reconocer las ideas principales.
2. Definir el concepto de paratexto .
3. Hacer una lista en la que se enumeren y expliquen sus funciones.
4. Explicar el significado de las siguientes expresiones referidas al paratexto: umbral del texto – rito de iniciación a la vida pública del texto.
5. Explicar por qué el paratexto se define como un “aparato de recepción”.
6. Explicar por qué los aspectos paratextuales son considerados “aspectos morfológicos” del texto.
7. ¿A qué se refiere la autora con la idea de que el paratexto convierte el libro en mercancía?
8. Organizar en un cuadro la información relevada en el punto 1.
9. Diseñar una tapa y una contratapa para uno de los siguientes títulos de novelas argentinas: Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato
Rayuela de Julio Cortázar.
La tierra incomparable de Antonio Dal Masetto
10. Escribir la solapa de la novela elegida.

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