CÁNDIDO
VOLTAIRE CAP I
En el primer
capítulo vemos a un Cándido joven, inocente y crédulo, que proviene de una
familia adinerada y que actúa en acuerdo con sus impulsos. Vive en el gran
castillo del barón de Thunder-ten-tronckh, quién es poderoso y muy rico. La
baronesa es una mujer rolliza y respetable. Cunegunda es hija de la baronesa, y
es joven y muy bella. Al final del fragmento, cuando Cándido está con Cunegunda
se vislumbra lo que caracteriza a toda la obra: la ridiculización del
pensamiento de Leibniz (filósofo representado por Pangloss), quién defiende con
un gran optimismo que este mundo es el mejor de los mundos posibles. También
defiende el principio de causalidad (cuando hay efecto debe haber una causa
necesaria) y una concepción finalista del ser humano, ya que dice que estamos
determinados a llegar a un mejor fin. Todas las cosas, dice Pangloss, han sido
hechas para los humanos, para nuestro propio disfrute y ventaja. Él es el
oráculo del castillo y se ocupa de la educación de Cándido y Cunegunda. Es una
obra que está plagada de ironía. Dónde más se ve es en la descripción del barón
y su castillo (“Era el señor barón uno de los más poderosos señores de Westfalia,
pues su castillo tenía puertas y ventanas.”), en la descripción de Pangloss
(“enseñaba metafísico-teólogo-cosmolonigología”) y cuando se dice que las cosas
están hechas sólo para las personas (“Las narices se han hecho para llevar
gafas; por ello tenemos gafas.”). Además, siempre se repite la misma estructura
que utiliza Voltaire para ridiculizar todavía más la filosofía de Liebniz
(entre otros: "el castillo de monseñor barón era el más bello de los
castillos, y la señora baronesa la mejor de las baronesas posibles." y
"el mundo quedó consternado en el más bello y más agradable de los
castillos posibles.") Cándido es un joven de alma bondadosa e inocente,
que recorre gran parte del mundo encontrando incomprensión y desgracia. El
protagonista presenta rasgos de Quijote, el cual defiende sus fantasías, pero
cuando logra vencerlas ya es demasiado tarde para rehacer su vida. Es acompañado
por su preceptor Pangloss, el cual de hace ver la vida de manera más óptima,
por lo tanto, se puede decir que es un joven en una etapa de la vida de
aprendizaje y un poco influenciable. Tenía un juicio bastante recto y alma muy
simple, por eso le llamaban Cándido. El filósofo Pangloss, acompañante y
educador de Cándido. Enseñaba metafísico-teólogo-cosmolonigología, adjuntando
sus teorías sobre la causa y efecto de las cosas y pensando que el monseñor
barón y la señora baronesa eran los mejores posibles. Defendía que todo tiene
un fin; la nariz está hecha para llevar gafas, las piernas para ser calzadas,
las piedras para ser talladas... Piensa que la gente que dice que todo está bien
en el mundo se equivoca, todo está óptimo.
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