jueves, 25 de julio de 2013

Novelas de caballería.

Novelas de caballería


La novela de caballería:
El caballero andante o la caballería andante es una figura literaria, propia de los libros de caballerías y de la novela caballeresca; y un ideal social, el ideal caballeresco propio de los últimos siglos de la Edad Media (S. V – XV).
Un caballero, en la Edad Media, era una unidad guerrera que forma parte de la hueste (fuerza militar) de un señor feudal o de un rey. se crearon las órdenes militares, formadas por caballeros que se comprometían a votos monásticos. Los rituales de iniciación incluían elementos luego incorporados al imaginario de la caballería andante, como el velar las armas (pasar una noche en oración ante las armas) y ser armado caballero (en una ceremonia propia del homenaje e investidura de las relaciones feudo-vasalláticas).
La orden de caballería era pues cada una de las instituciones formadas por caballeros organizados jerárquicamente como vasallos de un señor y que respetaban un código de honor. Se suponía que un caballero andante debía ser un miembro de una de estas órdenes que, por orden de su señor o por obligación moral (por ejemplo, por imposición de una promesa a su dama), viajaba grandes distancias, ya sea persiguiendo un objetivo concreto o no, aceptando o provocando desafíos, resolviendo entuertos (injusticias) y protegiendo a los desfavorecidos (doncellas, viudas y huérfanos). Estos hechos (hazañas) hacían ganar al caballero una gran fama (paralelo al concepto de honra u honor, popularidad y prestigio, objetivos principales de la época, muchas veces exagerando sus proezas. La épica de los cantares de gesta, la lírica del amor cortés de los trovadores provenzales y la adaptación de leyendas como el ciclo artúrico fueron fijando a lo largo de la Edad Media el modelo ideal de caballero en la literatura y en el imaginario colectivo, convirtiéndolo en un arquetipo más que en un agente social real.

Investidura
Para ser caballero andante es condición indispensable recibir la investidura, pues sin ella su persona y andadura no alcanzan validez alguna. El aspirante a caballero la recibe en el curso de una ceremonia en la que se exige la vela de armas en la capilla o en un lugar apartado, el espaldarazo y el ceñir la espada, misión encomendada en muchas ocasiones a las doncellas. El oficiante o padrino del rito necesariamente ha de ser un caballero, cuanto más afamado mejor, para transmitir al neófito su condición y cualidades. […]
Recibida la investidura, el caballero novel se lanza al mundo en busca de aventuras con las que acrecentar su fama y deshacer toda suerte de agravios. Oficio del caballero es defender la fe católica, a su señor terrenal y mantener la justicia.
SABIOS ENCANTADORES
El oficio del caballero se puede ver favorecido o entorpecido por la magia, practicada por hombres y mujeres identificados como encantadores, sabios o magos. Con ellos se da entrada en estos libros a la maravilla, a un mundo fabuloso y de ensueño donde todo puede suceder. Indistintamente pueden convertirse en auxiliares o antagonistas de los héroes caballerescos, manteniendo con ellos vínculos de estrecha amistad y agradecimiento o de odio y persecución.
EL GIGANTE
En su andadura, el caballero se encuentra habitualmente con gigantes, seres humanos portentosos por el tamaño de su cuerpo que escapan de la normalidad habitual y entran en la categoría de lo prodigioso y maravilloso. Su desemejada figura y horrenda catadura, así como sus perversas costumbres (rapto de doncellas, captura de prisioneros, usurpación de reinos, amores incestuosos) preludian ya la desmesura moral contra la que el héroe caballeresco luchará. Además de infieles y enemigos del cristianismo, los gigantes encarnan, como en la mitología, la tradición bíblica y folclórica, el orgullo y la soberbia, a las que se oponen la humildad y fortaleza de héroes como Esplandián, prototipo del caballero cristiano por excelencia.

DESAFÍO POR LA DAMA
Un caballero andante sin amores es cuerpo sin alma, no es nada. […] El amor por la dama enaltece al caballero, le obliga a acrecentar su fama y a acometer las más diversas aventuras. Por ella el caballero participará en justas y torneos, aceptará desafíos y arriesgará su vida poniéndose siempre a salvo de su recuerdo. Para ella serán también todos los triunfos, el homenaje de los vencidos en su nombre. Su belleza sin par es en muchas ocasiones objeto de disputa, el pretexto para interceptar pasos y cruzar las armas con otros caballeros no dispuestos a asumir tamaña mentira cuando también ellos están enamorados.
EL REQUERIMIENTO AMOROSO
El caballero se mantiene siempre fiel a su dama y rechaza nuevos amores. En su andadura, el caballero cautiva involuntariamente con su persona, su fama y sus hazañas a muchas mujeres que se enamoran de él. Reinas y princesas, dueñas casadas y viudas, doncellas andantes, viejas encantadoras, son en este caso las que toman la iniciativa, las que declaran sus sentimientos y ofrecen libremente su amor. El héroe caballeresco excusa tales proposiciones descubriendo su corazón y declarando expresamente la fidelidad a su señora […] El rechazo amoroso puede provocar en ocasiones la venganza de la dama desdeñada.
EL AMOR: EL CABALLERO Y LA DAMA
El amor caballeresco está plagado de obstáculos. El continúo deambular del héroe por cortes y caminos obliga a la separación de los amantes y a largas ausencias, paliadas a través de presentes, noticias y cartas intercambiadas. La separación aviva el amor, pero también en ocasiones puede enturbiarlo con malentendidos que conducen a su ruptura transitoria. Los celos femeninos se convierten en el mayor enemigo de la enamorada pareja y es la dama la que suspende verbalmente o por escrito la relación. La ruptura sume al caballero en una profunda desolación y le lleva a retirarse del mundo, a abandonar las armas, a recogerse en un lugar aislado, a mudar su nombre y condición para hacer penitencia amorosa. En este tipo de vida permanecerá el caballero hasta que la dama le otorgue su perdón y vuelva a concederle su amor.

Fuente: Mari Carmen Marín Pina, “Motivos y tópicos caballerescos” en la edición del Quijote del Centro Virtual Cervantes.


Características principales de Las novelas de caballería
Las novelas de caballería provienen de una tradición medieval con importante repercusión, se hacen populares entre 1508 y 1608. En ellas se produce un resurgimiento de las aventuras heroicas y galantes en las que se acentúa el sacrificio por un ideal y el honor personal.
Características:
  • •Sus autores agregaban elementos mágicos, sobrenaturales y fantásticos para acrecentar la excepcionalidad de las aventuras. Se publicaron dos grandes ciclos: el artúrico y el Carolingio.
  • •En estas narraciones importan más los hechos que los personajes, los hechos se estructuran en diferentes episodios que el héroe debe atravesar salvando las diferentes pruebas que se le presentaban hasta cumplir con su misión, es decir, cumplir con el camino de héroe.
  • •En general imitaban la lengua medieval y solían imprimirse en letra gótica.
  •  •El espacio donde transcurrían los hechos eran territorios de gran abundancia y exotismo
  • • Se ubican en un pasado medieval.
  • •El protagonista de las novelas de caballería eran caballeros de linaje noble y se caracterizaban por su inteligencia, su valentía y su fuerza.
  • Narrador que encuentra un manuscrito antiguo que cuenta la historia del caballero en cuestión
  • Amor cortés
  • •Persecución del honor
  • •Lealtad al rey
  • •Damas en peligro, capturadas por caballeros malos, hechicero(a)s, gigantes, enanos, bandidos, etc.
  • •Mujeres falsas
  • •Traición al caballero principal por envidia
Fuente: Manual de Literatura II, serie enfoques. Editorial Longseller

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