jueves, 25 de julio de 2013

Renacimiento

El Renacimiento

Trabajo realizado por la Prof. De Nigris

Se llama Renacimiento a ese período histórico artístico que se mezcla con la Baja Edad Media. Recordemos que la en la Baja Edad Media las ciudades empiezan a fortalecerse a causa de las debilidades de los feudos. Estos últimos se han visto obligados a vender su excedente de producción y eso ha provocado que comenzaran a desmembrarse. La actividad comercial empieza crecer y en las ciudades empieza a manejarse la moneda.

Florencia es la ciudad precursora de todo este movimiento comercial. Y es allí donde comienzan las tendencias artísticas que marcarán los fundamentos de la época. Pensemos en pintores como Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, por mencionar los más conocidos.

El Renacimiento aparece como una época contrapuesta, en algunos aspectos a la Edad Media. En primer lugar, debemos destacar la figura del burgués, que aparece lentamente en escena. El burgués, que es el dueño de los medios de producción, aparece ligado a los artesanos y los comerciantes. Son aquellos que se han ido del feudo y comienzan a producir en las ciudades. Esta clase social insipiente y débil aún en poder político, comienza a ganar plata que le permite disfrutar de los placeres y comodidades que la vida puede brinda. Recordemos que en la Edad Media, esta idea de disfrutar de la vida en la tierra no estaba bien vista. El hombre debía prepararse para vida del más allá, llevando acá una vida de sufrimientos y de santidad. Así que los nuevos intereses del burgués se oponen a las creencias antiguas.

Lentamente, los ideas burguesas van adquiriendo espacio, y van desplazando las creencias planteadas por la religión, así Dios, si bien no pasa a un segundo plano, queda al mismo nivel que los intereses y deseos del Hombre, y por lo tanto la vida en tierra es tan importante o tal vez más, que la del más allá.
Esta nueva mirada del mundo debe ser avalada con algún sistema de valores, que permita evitar las repercusiones de un aparato inquisidor, que aún está fuerte. Ese sistema tiene que ser lo suficientemente admirado por la Iglesia como para que no exista oposición, y que a su vez promueva esa mirada humana que necesita el burgués. El sistema de valores más adecuado es el del mundo clásico, el que tenía la cultura greco-latina. Esta cultura promovía al hombre en su belleza, equilibrio y mesura. La belleza en el mundo griego y latino es aquella que el ojo humano puede captar en toda su dimensión. El culto de al hombre se da precisamente en esta cultura. Y a su vez, si sabemos algo de esta cultura es porque la Iglesia, que era quien preservaba los textos, la admiraba tanto, que los conservó. Así que, en el Renacimiento renace la cultura greco-latina.

Toda esta atmósfera en la que el hombre adquiere importancia, hace pensar en la posibilidad de que las emociones lleven a un desequilibrio, que podría ser nefasto para él. Así que, igual que en la cultura griega, se busca la mesura, y para dominar la emoción es necesaria la razón. Esta es una época donde la razón juega un papel crucial. Debe estar en equilibrio y armonía con la pasión, porque tanto una como la otra son naturales. Este es otro concepto importante: la naturaleza, que siempre ha de estar en relación armónica con el hombre.
Estas ideas que empiezan a imperar mueven al hombre a descubrir, buscar, investigar, a querer conocer. No es casual, que en España surja la conquista de América. Si bien en un principio no sabían exactamente lo que estaban descubriendo, es este afán el que los mueve. Con esto se abre una perspectiva nueva: hay un mundo desconocido para conocer, y hay una vida para hacerlo, que debo aprovechar.

ALGUNAS LÍNEAS EN EL ARTE

Teniendo presente este clima humanista, podremos ver tanto en la pintura, escultura y literatura que la figura humana estará en el centro de la obra. Pensemos en la Gicconda o Mona Lisa, obra de Leonardo tan conocida, o también podemos ver esta impronta en el David de Miguel Ángel. Esta es la época de las Madonas, es decir la época en la que se pintan toda clase de madres con sus niños en brazos, a semejanza de la Virgen María. Podemos ver que el motivo religioso no desaparece, sino que persiste, pero cambia la forma en que se pinta. En la Edad Media las pinturas eran motivos religiosos con un fin didáctico, enseñar sobre pasajes de las Escrituras. Ahora no se busca ese propósito, sino deleitar. Por eso la pintura comienza a preocuparse de otros detalles. Lo mismo pasa en la literatura, donde ya no hay un fin de enseñanza moral tan marcado, y comienza a darse paso a temáticas donde el hombre pueda expresar sus emociones, siempre en perfecta armonía y equilibrio.

Junto con los motivos religiosos, aparecen los motivos paganos. Ahora se pinta, además de las vírgenes, a las diosas griegas y latinas, o a los mitos de esa cultura. De la misma forma, las referencias a esos mitos se hacen patentes en la literatura.

La armonía y el equilibrio pasan a ser elementos fundamentales en la literatura y la pintura. Nada debe ser desproporcionado, nada debe mostrarse excesivamente apasionado, todo debe ser agradable al ojo humano. Por lo tanto, siendo el hombre un ser simétrico, es lógico pensar que todo lo que a sus ojos se presente debe también ser simétrico, porque eso mantiene el equilibrio y la armonía. Y esa armonía debe ser natural. Por eso el arte renacentista hace siempre referencia a la naturaleza. Las pinturas están cargadas de elementos naturales, y en la literatura, la naturaleza acompaña armónicamente el proceso de los hombres.

Esta época cargada de vitalidad, hace que los colores tengan brillo y luminosidad, y por lo tanto sean más vivaces que en la Edad Media que gustaba de la sobriedad en todas las cosas. A pesar de la vivacidad, nunca debe perderse el matiz de lo natural, así que esos colores serán equilibrados, y nunca agresivos al ojo humano.

Por último, nos referiremos a ese deseo de descubrir. Esto se traduce en la pintura en el descubrimiento de la perspectiva. La pintura empieza a preocuparse mucho por el fondo del cuadro, mostrar ese mundo que puede estar más allá. Si miramos la Giocconda, vamos a ver que detrás de la figura humana hay un campo, vital, inmenso, que se pierde en el horizonte. Esto traduce el sentir de una época. En la literatura aparecerá el movimiento tanto sugerido, como plasmado en juegos de palabras o en imágenes metafóricas.




RENACIMIENTO.


Como la palabra lo indica, es el resurgir del mundo antiguo, reaccionando contra el mundo medieval. Es un periodo de intensa vida intelectual. Entre los siglos XIV y XVI Europa vivió una resurrección de todo aquello que había estado en el olvido durante la Edad Media. Artes, comercio, literatura, música y ciencia volvieron a florecer. El feudo dejó de ser el centro de la vida social. Pueblos y ciudades nacieron rápidamente al desarrollarse la industria, el comercio y el intercambio. El hombre se percató del cambio en su manera de vivir, y comenzó a dudar de sus propias creencias. Inició el análisis de las instituciones universalmente aceptadas, tales como la Iglesia. Llegó a tener mayor aprecio por las cosas de este mundo y a preocuparse menos por las del otro. El resultado fue una revolución contra las ideas y costumbres de la Iglesia Católica. La revolución en cuestión , conocida como la Reforma, trajo consigo el nacimiento de las Iglesias protestantes.Todo gira en esta época en derredor del hombre, de su figura con fuerza emancipadora y prepotente. Se pasa de la idea de Teocentrismo del Medioevo a la del Antropocentrismo. La antigüedad adquiere sentido total de cultura, reduciendo su significación a dos principios fundamentales: Naturalismo e Individualismo.



El Humanismo es la tendencia que excita el pensamiento y al hombre como autoridad soberana que sólo presta atención al genio de la antigüedad.



El Naturalismo es otra tendencia que aparece y que plantea que el fin del hombre es gozar de todos los bienes de la naturaleza; es la doctrina “del placer” que exige la satisfacción de todos los apetitos sin barreras. Pero el Cristianismo logra adecuar estas nuevas ideas a sus concepciones, y así en la religión, en la moral, en la estética y en la glorificación del amor puro, encuentran los artistas de la época la concepción del mundo que necesitan. Asimismo, el Cristianismo se colma de Racionalismo y la razón, de este modo, se constituye en norma de todo conocimiento. La exaltación de todas las facultades humanas y el goce de los sentidos desarrollan el instinto de perfección.



La fecha de inicio del Renacimiento se vincula, por algunos historiadores, con la Caída del Imperio de Constantinopla en poder de los turcos en el año 1453. Otros, prefieren vincularlo con la invención de la imprenta en 1440. En realidad, dicho movimiento fue fruto de un proceso paulatino de cambios.



Las nuevas ideas y descubrimientos del Renacimiento tuvieron rápida difusión en virtud de la invención del tipo movible de imprenta.



“Renacimiento” deriva de la palabra italiana “rinascita”, usada por el historiador Giorgi Vasari en el año 1550. Antes, Nicolás Maquiavelo había usado la expresión “Roma rinata = Roma renacida”. Ambas expresiones recogen la idea de renacer del mundo antiguo, clásico, grecolatino que despertó el interés primero y luego el apasionado estudio de los eruditos de la época.




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Palacio del Renacimiento español.



CONCEPTOS RENACENTISTAS.


El Universo era para los renacentistas una estructura ordenada formada por escalas o tramos y todo ser creado, viviente o nó, tenía su punto o espacio fijo. En el punto más alto estaba Dios (creador y juez), en el más bajo los seres completamente inanimados. Punto medio de esta estructura era el hombre. En esta posición, el hombre tenía dos peligros: en cualquier momento su naturaleza animal podía sumergirlo en la degradación y si lograba librarse de la tentación, existía en el hombre la posibilidad de caer en el pecado de orgullo, más mortal aún, que podía incitarle a reclamar un sitio más alto en la escala del que tenía y a anteponer su juicio al de Dios.

Siempre que el lazo natural, la “pietas”, es respetado, el Universo es fundamentalmente feliz; sin estar libre de la desdicha, naturalmente, pero templado por la bondad e iluminado por el amor. Tan pronto como la “pietas” se rompe, sin embargo, la contranatura y la crueldad quedan sueltas. La armonía, la “Jerarquía”, la subordinación natural del inferior al superior debe ser la clave de toda la vida. Se necesita un equilibrio, una armonía entre la jerarquías para mantener ese orden universal.

La mente renacentista veía tres clases de orden entrelazados: Orden del Universo, Orden en el Sistema Político, Orden en el Sistema Humano. Los tres estaban en una relación estrechamente analógica. El Universo es una enorme serie de espejos. Lo que ocurría en una esfera tenía su paralelo en la otras. No en el sentido de que la causa en una esfera era seguida inmediatamente por el efecto en la otra, sino en el sentido analógico de que la introducción del desorden en cualquier punto era una rendición, la aceptación del poder del principio destructor, que constituía una amenaza general.

Ejemplo de esta concepción renacentista se aprecia en la obra “Macbeth”, en donde se da un acto terrible de destrucción política y humana (asesinato del rey Duncan y gobierno tiránico de Macbeth) que se acompaña de dislocación del orden en la mente y en el cuerpo humano (locura y suicidio de Lady Macbeth en medio de tormentas y relámpagos). La dislocación en la mente y cuerpo humano tiene su paralelo en una dislocación de los elementos naturales (tormentas, relámpagos, truenos, animales con conductas extraordinarias). Todos los sucesos contranaturales de la noche en que muere Duncan asesinado por su primo Macbeth son simbólicos del desorden, del caos en otro orden. 
  

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