domingo, 18 de agosto de 2013

Análisis del Poema Sinfonía en Gris Mayor.

SINFONIA EN GRIS MAYOR
1.            En este poema aparece   la unión del arte literario con el musical y el plástico. En primer lugar, esta unión está presente ya desde el título: se trata del título de un poema (arte literario), que incluye un vocablo del campo semántico "música" (sinfonía), otro del campo semántico visual (gris), y junto con ésta, otro término referente a la música: "gris mayor" es una expresión sinestesia, que une aspectos percibidos por dos sentidos distintos, la vista y el oído.
En cuanto a lo pictórico, lo más evidente es el trabajo constante del poeta para teñir de gris el poema, color asociado convencionalmente a la melancolía: vemos cómo tanto el paisaje como el personaje participan de este mismo color/estado de ánimo. El mar se compara con un "cristal azogado", el cielo se metaforiza en una "lámina de zinc", tiene un "pálido gris"; las olas se personifican con un "vientre de plomo", lo que alude tanto al color como a la pesadez; y en este paisaje, el personaje del marinero está fumando, lo que trae la imagen visual del gris del humo; está recordando un "brumoso" país, que puede ser brumoso tanto por su ubicación geográfica (algún país escandinavo, por ejemplo), como por el modo de recordarlo del marinero, vagamente. En la vida del personaje, lo cálido y lo vital pertenecen al tiempo anterior: los rayos de fuego del sol de Brasil, la tarde en que partió su bergantín; el ahora se identifica con lo gris y lo soñoliento.
2.            Las imágenes visuales:
•             Cielo de zinc
•             Pálido gris
•             Vidrio redondo y opaco
•             La espuma impregnada de yodo y salitre
•             Todo lo envuelve la gama de gris

Las sensaciones se nos han transmitido a través de imágenes visuales que funcionan como las pinceladas que el pintor impresionista hace en el lienzo y que luego son difuminadas. Todas estas imágenes visuales reflejan   el dolor, la tristeza, la soledad, el abandono, el acabamiento, la muerte, con lo que el sueño del marinero puede simbolizar la muerte del marinero. Esta idea se refuerza con la abundancia de sensaciones cromáticas, sobre todo la tonalidad del gris a la que hemos aludido anteriormente

3.            En cuanto a las rimas, podríamos decir que abusa de las rimas agudas, también muy criticadas por los tratadistas clásicos ya que para ellos son muy vulgares y fáciles de hacer.
En lo referente al ritmo, destaca por un ritmo externo muy marcado, basado en elementos morfosintácticos, y cuya finalidad es principalmente musical.
El ritmo se basa en la medida exacta de todos los versos, 12 sílabas, y simétricamente dividido en dos hemistiquios de seis versos cada uno. También viene dado por la repetición simétrica de la rima (- A - A...)
Otro elemento que condiciona el ritmo del poema es la abundancia de palabras agudas al final de todos los versos pares, al igual que la abundancia de palabras esdrújulas en número superior al que se utiliza en el lenguaje ordinario. Así, por ejemplo, nos encontramos en la primera estrofa con palabras como “Lámina”, “pájaros”, “pálido”... Este uso profuso de palabras esdrújulas es signo inequívoco del modernismo. Rubén Darío consideraba que las palabras esdrújulas aportaban una mayor musicalidad al poema, al llevar dos sílabas átonas después de la tónica, y conceden un tono más cadencioso. De esto se deduce que el modernismo toma las esdrújulas como elementos para marcar el ritmo.


SEGUNDO ANÁLISIS

El Modernismo es un movimiento literario que surge a fines del siglo XIX, aproximadamente hacia 1880, y finaliza luego de tres décadas en 1910. El panorama histórico que enmarca este movimiento está caracterizado por la estructura interna y el desarrollo económico que los países hispanoamericanos (con excepción de Cuba, Puerto Rico y Filipinas) alcanzaron a fines del siglo XIX, debido al aporte inmigratorio proveniente de Europa y al resurgimiento de la agricultura. La intervención de EE.UU. en la guerra por la independencia de Cuba provoca la derrota de España y su colonialismo, así el modernismo surge como la necesidad de una renovación estética que muestre la independencia cultural de los países latinoamericanos.
      Basado en el sentimiento de libertad y en la exaltación de lo subjetivo,   el Modernismo busca la perfección de la forma, la innovación, la perfección, la simbiosis de distintas artes (música-pintura-literatura) como exaltación de una misma y única belleza puesta de manifiesto en la esencia y el matiz de efectos y símbolos. Además, el Modernismo se basa en ciertos principios del Parnasianismo y el Simbolismo. Del primero toma los temas de la Grecia clásica, mientras que del segundo toma la musicalidad como primera condición de la poesía y el gran uso de imágenes sensoriales y símbolos de elegancia plástica. El Modernismo, asimismo, renueva la expresión mediante el uso de de sinestesias y la creación de nuevos metros y estrofas, y se remonta en el tiempo hacia la Grecia apolínea o la Francia dieciochesca. Finalmente, el Modernismo exalta la libertad creadora y manifiesta una visión cosmopolita. Se tratan temas el amor y el erotismo, el escapismo, lo hispano, etc.
      Rubén Darío es el iniciador y máximo representante del Modernismo. Nació en Metapa, Nicaragua el 18 de enero de 1867, bajo el nombre de Félix Rubén García Sarmiento. Durante sus primeros años estudió con los jesuitas y a los 14 años publicó poesías en los periódicos nicaragüenses con el seudónimo de Rubén Darío. Durante 1882-1886 su vida transcurre en El Salvador. Su poesía, en esta etapa, se ajusta a los cánones románticos. En 1886 llegó a Chile, donde trabaja como periodista y se une a la juventud intelectual chilena, quienes le permiten conocer la poesía parnasiana y simbolista. En 1887 publica Abrojos y en 1888 Rimas. Estas obras presentan todavía un corte romántico pero se vislumbran tonos parnasianos. En 1888 también publica Azul..., la primera obra que cambia el rumbo de las letras hispánicas y lo convierte en un poeta reconocido en España. En 1890 Rubén contrajo matrimonio con Rafaela Contreras, quien muere en 1893, lo que hace que luego se case con Rosario Emelina Murillo. De 1893-1898 Darío permanece en Buenos Aires, donde publica varios artículos sobre la poesía francesa en La Nación. En Bs. As desarrolla una “nueva forma” de expresión basada en procedimientos parnasianos y simbolistas: con musicalidad, sinestesias, cromatismos, símbolos de elegancia plástica y transposiciones de otras artes. En 1896 publica Los Raros y Prosas Profanas. De 1898 a 1916 Darío es recibido en América y Europa constantemente y publica varias obras: Cantos de vida y esperanza (1905), El canto errante (1907), Poema de Otoño (1910) y El oro de Mallorca (1913). Finalmente muere en Nicaragua el 6 de febrero de 1916.

      En el poema “Sinfonía en gris mayor”, Rubén Darío presenta desde el título una idea de depresión en todo el conjunto al adjudicarle al sustantivo ‘sinfonía’ el adjetivo cromático ‘gris’, el cual usualmente representa tristeza y aflicción. La palabra ‘mayor’, a su vez, al acompañar a dicho adjetivo le confiere una calidad de nota musical a la palabra ‘gris’, que junto a ‘sinfonía’ carga al título con un gran tinte musical. Por otra parte, al hacer uso del adjetivo ‘mayor’, Darío confiere una fuerza imponente al título, que no hubiera sido lograda con el uso de la palabra ‘menor’ por ejemplo.   Sin embargo, el título podría ser interpretado de una manera completamente distinta, haciendo referencia a la experiencia positiva de una persona (referida como sinfonía) que se encuentra ya en la vejez (interpretada por la utilización del color ‘gris’, el cual hace referencia a la pérdida de coloración del cabello en el transcurso de la vida). Así el título anticiparía un poema que relata las experiencias alegres o ‘mayores’ de un anciano, presentadas con gran musicalidad. En cada caso la interpretación del título tendrá relación con quién lo lea. La sinestesia encerrada en el título (sinfonía es una imagen auditiva mientras que gris es cromática) permite traducir un sinfín de impresiones creadas por las imágenes sensoriales.
      En cuanto a los aspectos formales, es decir versificación y musicalidad, la poesía cuenta con treinta-y-tres versos divididos en ocho estrofas de cuatro versos cada una, con excepción de la tercera estrofa que cuenta con cinco versos. Cada verso posee doce sílabas, con excepción del verso 2 que posee trece, y la uniformidad métrica se mantiene gracias al uso de licencias como el hiato y la sinalefa, vista en versos 1, 5 y 18 (‘como un’, ‘la espuma’). Las palabras finales del verso son graves en su mayoría, manteniendo estático el número de sílabas, aunque se encuentran algunas agudas (‘cenit’ en verso 6 o ‘clarín’ en verso 8) que suman una sílaba al recuento silábico final del verso permitiendo mantener la uniformidad.
      La rima del poema es asonante y está dada entre versos pares desde el comienzo hasta la tercera estrofa, a partir de la cual la rima pasa a encontrarse entre versos impares debido a la adición de un quinto verso. La composición poética adquiere ritmo mediante la puntuación utilizada tanto en las primeras estrofas como en las últimas. Además, los recursos de hipérbaton (versos 11-13, 22-23) y encabalgamiento (versos 3-4, 29-29, 30-31), así como también la enumeración (versos 13, 20-21, 23), la anáfora (versos 5-7, 15-16), y la asonancia (versos 1, 2), otorgan al poema un ritmo, una continuidad y una musicalidad característicos de la poesía modernista, que facilitan e incentivan la lectura y el disfrute por parte del lector, mientras que exponen la versatilidad del poeta a la hora de utilizar el vocabulario y la sintaxis.
      A lo largo del poema se presenta la imagen de un viejo marinero sentado cerca del mar, quien observa el tranquilo entorno y se hunde en pensamientos acerca de “un vago, lejano, brumosos país”. La utilización de metáforas, tanto puras como impuras, desde el primer verso, permite a Rubén Darío describir este entorno, confiriéndole un sentimiento de desánimo al poema, y mostrar la simbiosis de distintas artes que se pueden distinguir en la naturaleza. En la metáfora pura usada en el verso 1 junto a una comparación, se   caracteriza al mar como un espejo (“vasto cristal azogado”) que, como es notado en las metáforas de los versos 2, 4 y 9, posee un “vientre de plomo” y refleja el cielo, el cual está representado como una “lámina… de cinc” o “fondo bruñido de pálido gris”. Estas alegorías incluyen imágenes visuales cromáticas vívidas que hacen alusión al sentimiento depresivo del poema, ya que utilizan palabras como ‘azogado’, ‘cinc’, ‘gris’, ‘plomo’ que confieren nociones oscuras al lector e incentivan una idea de tristeza en éste. Además, en el poema se incluyen otras metáforas (versos 8, 31, 33) con referencia al viento y a la cigarra que acompañan al marinero y que aluden a otro tipo de arte, la música, mediante la utilización de imágenes sonoras como ‘ronca guitarra’, ‘cuerda’,   ‘violín’, ‘clarín’. Esta referencia a otras artes es característica del modernismo. Las metáforas, junto a las comparaciones de verso 1 y 5, confieren características de objeto a elementos naturales a la vez que otorgan melancolía al poema, exteriorizando el sentimiento del personaje.
      Los diversos elementos naturales que aparecen en el texto, se encuentran modificados por la utilización de prosopopeyas (verso 3, 6, 10, 17, 19, 31, 32). Se puede observar que, en las primeras prosopopeyas, se le confiere vida a objetos abióticos, lo que posibilita a Rubén Darío una descripción más profunda del ambiente que rodea al personaje al mismo tiempo que lo ayuda en la creación del sentimiento general del poema mediante la utilización de verbos cargados de una connotación negativa y de tristeza (descansa, gemir). A su vez, las prosopopeyas son utilizadas para indicar características del marinero, como es el caso de ‘los tifones…le han visto bebiendo su frasco de gin’ (verso 17) o ‘la espuma…conoce su roja nariz, sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta, su gorra de lona, su blusa de dril’ (versos 20-21). El uso, en el último caso, de una prosopopeya seguida de una enumeración en donde los sustantivos aparecen adjetivados, de manera directa o indirecta, e incluidos en estructuras simétricas, confiere musicalidad y ritmo al contenido a la vez que otorga verosimilitud a la descripción del marinero, ya que sugiere una relación larga existente entre el personaje y los elementos que lo rodean. La soledad del hombre es sugerida sutilmente al mencionar a la naturaleza como la única conocedora de las características y comportamientos del marinero. Sin embargo, la característica solitaria de éste es denotada también mediante la animalización realizada (versos 14, 26), en donde se refiere al marinero con el sustantivo ‘lobo’. Este animal, usualmente asociado con connotaciones negativas y la soledad, contribuye al entorno ‘gris’ del poema.
      La utilización de imágenes sensoriales en la composición poética muestra la riqueza sensorial que Rubén Darío, como poeta modernista, adoptó de simbolistas e impresionistas. Estas imágenes, algunas de las cuales fueron mencionadas anteriormente, son en su mayoría cromáticas (versos 4, 5, 19, 27) o visuales (versos 9, 15, 18), aunque también se pueden ver auditivas (versos 31, 33). En versos 8, 24 y 28 la combinación de dos tipos de imágenes conforma sinestesias que ahondan la continua descripción presente en el poema y son solidarias con la carga semántica, tal como las antítesis de los versos 5 y 6 (sol/opaco, enfermo/cenit). La característica moderna de Rubén Darío se aprecia también en el exotismo de los versos 15-16, mientras que la complejidad de la lengua que Darío es capaz de utilizar se muestra a través del uso de epítetos (versos 15,16) y de verbos participios (sentado) y gerundios (fumando, pensando) que señalan perpetuidad y continuidad. Se realiza en el poema, mediante el uso del vocabulario amplio, una contraposición entre el pasado dinámico del marinero y la tranquilidad del presente, en donde todo es monótono y continuo.
      La repetición de estructuras (‘lejano, brumoso país’ y ‘la siesta del trópico’) crean, en la última parte del poema, una noción de ‘sueño’ en el momento en que “el lobo se aduerme”. El hecho de que ambas frases se repitan resalta su importancia en el texto y alude a un recuerdo del viejo marinero en horas de la tarde. Sin embargo, la idea de ‘siesta’ puede relacionarse también con una connotación negativa si es considerada como ‘muerte’. Así en las últimas dos estrofas se podría ver la muerte del viejo marinero que mientras este se “aduerme” un “enorme esfumino…borra el confín”.
      El tema y sentido del poema es claro. Rubén Darío se aleja de lo objetivo para realizar una composición subjetiva en donde el tema principal sea la nostalgia del tiempo perdido y la melancolía. Esta carga de significado se hace presente a través de los campos semánticos presentados: cinc/gris/opaco/enfermo/plomo; vago/lejano/ esfumino/viejo. El campo semántico de la naturaleza (mar/cielo/pájaros/sol/viento/ playas/tifones/espuma) es esencial para la descripción que Darío realiza del entorno. El vocabulario utilizado, junto con los diversos recursos, muestra además la tristeza del personaje en contraste con elementos que son relacionados con vida y alegría.
      El título “Sinfonía en gris mayor” está, entonces, profundamente ligado   al tema y concepto que domina la poesía. Se puede decir, así, que el título opera como un indicio de lo que se encontrará en el texto.


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