domingo, 8 de junio de 2014

RELIGIÓN HEBREA.- EVOLUCIÓN DE LA IDEA DE DIOS en el Antiguo Testamento.

Periodo pre-profético. Antes de Moisés los hebreos realizaban una serie de prácticas primitivas, algunas de las cuales perduraron aún después de Moisés. En cuanto a éste se lo considera el punto de partida de la evolución que terminará en el monoteísmo hebreo.

Las prácticas y creencias antes mencionadas son: 

Adoraban, temían y ofrecían sacrificios a espíritus que vivían en los lugares altos. El mismo Yavé parece haber sido uno de los espíritus y al principio sólo se manifiesta en alturas.

Practicaban el totemismo, que es la adoración de una especie animal.

Practicaban el fetichismo o sea la creencia en propiedades especiales de objetos o ídolos.

Tenían el concepto de tabú. No se podía pronunciar el nombre de Dios, se le llamaba Señor. No se podía tocar el Arca de la Alianza sin caer muerto.

El sacerdocio hebreo debió luchar contra las prácticas mágicas.

Culto de los muertos. Los sacerdotes tuvieron que luchar contra este culto porque estaba muy arraigado.

No admitieron la supervivencia del alma hasta una época tardía. Sólo en el siglo II a. C. Se aceptará la resurrección de los muertos o la inmortalidad después de un juicio final.

CARACTERES DEL DIOS PRE-PROFÉTICO:

Nacionalismo religioso.- Yavé es el Dios de Israel. El pacto entre Yavé y Abraham primero, y luego ratificado en el Monte Sinaí con Moisés, así lo expresan. (Génesis, capítulo XV y Libro del Éxodo respectivamente).

Monolatría.- No niegan la existencia de otros dioses pero sólo adoran a Yavé. 

Es un dios terrible, temible, no amable.

Es un dios de los ejércitos. Los induce a luchar. Tiene fallas morales, es capaz de cólera, injusticia, de olvidar su pacto, de venganzas.

Vive en la tierra: en el Sinaí, en el Horeb (montes), pero siempre en la tierra. 


Periodo de los profetas. Periodo profético.Continúan el proceso formativo de la religión hebrea en el periodo comprendido entre los siglos VII y V a. C. 

El término profeta equivale a hombre poseído, inspirado por la divinidad. El profeta no siempre anticipa lo que va a suceder.

Los primeros profetas adhieren todavía al nacionalismo religioso y a la monolatría. En los profetas del siglo séptimo aparece con mayor claridad el monoteísmo fundamentado en las siguientes ideas:

Yavé no es una imagen, no ha sido fabricado. Los demás dioses son imágenes hechas de materiales terrestres, obra de las manos de los hombres. Yavé es un ser espiritual y trascendente. Esto se relaciona con la prohibición de hacer imágenes de la divinidad.

Yavé es el único Dios porque es el único que tiene poder creador. Ha creado el mundo. Es universal.

Yavé hace la historia como una forma de hacer justicia.

Al monoteísmo se unen los conceptos de espiritualidad, omnipotencia, universalidad, justicia, y poder creador. Así se produce la transformación de un dios de cólera que exigía sacrificios en un dios de justicia y amor que rige el mundo entero.


Periodo legalista. Se extiende del siglo IV al II a. C. , es decir sigue a la declinación del profetismo. En este periodo se ubacan algunos de los libros literariamente más hermosos del Antiguo Testamento como por ejemplo: Job, Ruth, Cantar de los Cantares.

En líneas generales se mantienen las características del periodo anterior a las que se agregan: 

la veneración, la exaltación, la preponderancia de la Ley, lo que le da el nombre al periodo. La exagerada devoción a la Ley derivó en un acatamiento exageradamente formal, actitud contra la cual luchará el Cristianismo siglos después.

la importancia que cobra el hombre. En este periodo se reflexiona acerca de su naturaleza, del lugar que ocupa en el mundo,etc.

El Mesianismo. La esperanza de un Mesías, de un Salvador que traerá consigo la justicia al mundo.

Por lo tanto, en este periodo la idea de Dios se caracteriza por:

superar toda limitación moral, física y temporal, 

se lo concibe como un Dios universal, Dios de los vivos y muertos.


Jesús durante su prédica al pueblo.

LA IDEA DE DIOS CON EL ADVENIMIENTO DE JESÚS. Nuevo Testamento.


El Nuevo Testamento repite y amplía el Antiguo. Repite porque toda la Biblia tiene un solo espíritu y amplía porque profundiza la palabra de Dios.

La religión nacional con Jesucristo se hará universal. El Nuevo Testamento promete la salvación universal. El Salvador será un salvador personal, pero la salvación será un privilegio colectivo. Nadie se salva solo.

Jesús se dice hijo de Dios. El Dios se vuelve carne para vivir entre los hombres (idea de la encarnación).

Dios es único y trascendente. Dios busca al hombre. Lo perfecto desciende a lo imperfecto para elevarlo por medio del amor. Jesús, que ama al Padre y es amado por el Padre, pretende servir de ejemplo. En él se dará la muerte y la resurrección. Por eso se presenta como el Mesías. Los hebreos esperaban un salvador material, triunfante, un soldado fuerte y se encuentran con un ser débil que pregona la mansedumbre. Aquí se palntea nuevamente el problema del libre albedrío. El enviado de Dios sólo puede ser reconocido por la fe y ésta no es jamás impuesta, es optativa.

A este Dios vivo se lo conoce a través de la experiencia. Se necesita de inteligencia pero también de fe. San Agustín decía: “Creo para entender”. La fe es un acto de confianza sometida a duras pruebas. El cristiano no escapará al dolor, pero sí tendrá la confianza de que Dios lo salvará. Hay dos grandes tensiones en la vida del cristiano: ser perfecto en la tierra como lo es la divinidad y aceptar que el reino divino no es de este mundo.

El Cristianismo propone un código moral nuevo respecto a muchos de los principios vertidos en el Antiguo Testamento.

El temor a Dios, idea que ya está en el Libro de la Sabiduría, sería el miedo a salirse del mensaje divino, posibilidad dada por la libertad que se tiene. Por eso la vida del cristiano es una aventura.


Jesús en el Vía Crucis ("Camino de la Cruz").


NUEVO TESTAMENTO. EVANGELIO.

“Evangelio” es una palabra de origen griego; es una vos compuesta de “eu” (bueno o buena) y “aggelos” (mensaje) con la significación de “buen mensaje” o “buena nueva”.En un primer momento, la voz “evangelio” designó el “mensaje del Reino de Dios o Reino de los Cielos”, y fue transmitida oralmente por Jesús. La misión que dio a sus discípulos incluía la de transmitir este mensaje. Pero en la prédica oral de los apóstoles el mensaje se amplió en el sentido de anunciar la llegada del Mesías. Así la “buena nueva” no sólo contuvo la proximidad temporal del Reino, sino la aparición del Mesías. Cuando todo este material de la prédica oral de los apóstoles fue fijada por la escritura, a los escritos se les llamó “Evangelio”, en singular, o sea, la “buena nueva”, o “buen mensaje”; pero en estos textos se había recogido, no sólo la palabra, sino los hechos de Jesús, constituyendo una biografía del Mesías.

VERSIONES DEL EVANGELIO: se conservan de él cuatro versiones llamadas “canónicas”, es decir, aceptadas por la Iglesia como palabra de Dios. En el Nuevo Testamento aparecen incluidas en el orden siguiente: 1. según San Mateo, 2. según San Marcos, 3. según San Lucas y 4. según San Juan.

FECHAS DE COMPOSICIÓN DE LAS VERSIONES: todos los testimonios antiguos aseguran que el primer texto escrito del Evangelio fue el de Mateo, en su versión hebrea (el Mateo arameo) antes del año 62 después de Cristo, y que su traducción al griego sería anterior al año 70. La crítica no católica cree que la versión de Marcos fue la primera en escribirse y que éste fue empleado como fuente de Mateo y de Lucas. Los textos de los Evangelios son 1- didácticos; 2- dogmáticos, transmiten el dogma; y 3- proselitistas, van a tratar de convencer sobre esa nueva religión. El Evangelio de Lucas tiene como fecha probable de composición el año 63 pudiendo abarcar hasta el año 70. La versión de San Juan sería de fines del siglo I después de Cristo, entre los años 95 y 98, en la vejez del apóstol.

LA LENGUA DE LAS VERSIONES: para su prédica Jesús empleó la lengua corriente de su época, el arameo, no el hebreo clásico, sin que se descarte que pudiera haberlo hecho en el griego difundido por el Mediterráneo, la lengua llamada “koiné”. La misma lengua debieron emplear los apóstoles para su catequesis oral y este arameo fue el empleado por Mateo para su versión escrita. 

EVANGELIO DE SAN LUCAS.

Lucas nació en Antioquía de Siria. No procede así del judaísmo sino de la gentilidad. Él mismo expresa que no fue discípulo de Jesús sino del apóstol Pablo a quien acompañó en sus viajes. Se sabe que era médico y que habría sido pintor.

Fuentes para su obra: el propio auto informa, en la dedicatoria, acerca de las fuentes, del destinatario y de la finalidad de su obra. Lucas emplea dos tipos de fuentes: tradiciones orales y textos o documentos, investigando a fondo en ellas para asegurarse de su veracidad. Dichas fuentes son: Evangelio de Marcos, de Mateo, los apóstoles, los parientes de Jesús y los discípulos en general. Se supone también un importante contacto con Juan.

Género de este evangelio: la recurrencia a las fuentes mencionadas, la actitud exigente y selectiva frente a ellas y la organización interna de esta obra son pruebas importantes de su carácter histórico.

Destinatario: Lucas dedica sus dos obras a quien se dirige en una dedicatoria con un vocativo: “al excelentísimo Teófilo”. Se discute si este nombre designa a un personaje real o si encubre, simbólicamente, a las comunidades cristianas oriundas de la gentilidad. Pero la posición más aceptada es la de que se trata de un hombre real, que siendo rico y piadoso, podía ser el intermediario adecuado para difundir la obra de Lucas.

Tema: según la misma dedicatoria, está constituido por “los hechos acontecidos entre nosotros”. Es el tema entonces, la “buena nueva” ya relatada por Mateo y Marcos pero complementada con gran acopio de datos exclusivos de Lucas.

Finalidad: también se anuncia en la dedicatoria: “para que reconozcas la solidez de las enseñanzas que recibiste”. La finalidad es así, confirmar las creencias de los primeros cristianos.



Imagen sobre la "Parábola del hijo pródigo"


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