A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo 11A
y en su mitad podrido, 7b
con las lluvias de abril y el sol de mayo. 11 A
algunas hojas nuevas le han salido. 11B
¡El olmo centenario en la colina 11 C
que lame el Duero! Un musgo amarillento11 D
le mancha la corteza blanquecina 11C
al tronco carcomido y polvoriento. 11 D
No será, cual los álamos cantores 11 E
que guardan el camino y la ribera. 11F
habitado de pardos ruiseñores. 11E
Ejército de hormigas en hilera 11 F
va trepando por él, y en sus entrañas 11 G
urden sus telas grises las arañas, 11 G
Antes que te derribe, olmo del Duero. 11 H
con su hacha el leñador, y el carpintero 11 H
te convierta en melena de campana. 11 I (i)
lanza de carro o yugo de carreta: 11 J
antes que rojo en el hogar, mañana. 11 I (i)
ardas de alguna mísera caseta, 11J
al borde de un camino; 7K
antes que te descuaje un torbellino. 11 K
y tronche el soplo de las sierras blancas; 11 L
antes que el río hasta la mar te empuje 11-
por valles y barrancas, 7 l (ele)
olmo quiero anotar en mi cartera 11F
la gracia de tu rama verdecida. 11M
Mi corazón espera 7f
también, hacia la luz y hacia la vida, 11 M
otro milagro de la primavera. 11 F
Antonio Machado Campos de Castilla
1. Localización
Antonio Machado nació en Sevilla
en 1875, pasó su juventud en Madrid, y estudió en la Institución Libre de
Enseñanza. Después de una estancia en Parra, estuvo durante cinco años en Soria
como profesor de francés del Instituto. Allí descubrió y se identificó con el
paisaje castellano; allí se casó, y murió, a los dos años, su esposa Leonor.
Pasó después a Baeza, Segovia y, por fin, Madrid. Al ser derrotado el ejército
republicano, se trasladó a Francia y murió en Colliure, un pueblecito cercano a
la frontera española, en 1939.Campos de Castilla (1912) significa el encuentro
con Castilla, con el paisaje de sus tierras altas donde proyectará su estado de
ánimo y encontrará la expresión de la realidad nacional e histórica de España.
Hay también en este libro nostálgicos recuerdos personales, reflexión sobre los
grandes temas de la existencia humana, preocupación patriótica en actitud
crítica, pero todo está visto con una mayor objetividad. Por último, hay que
notar la ampliación al paisaje andaluz y los elogios a diversos escritores
contemporáneos: Rubén Darío, J.R. Jiménez, Unamuno, Azorín, etc.
2.-Métrica
Este poema está formado por
treinta versos de arte mayor y menor, ya que son de once y siete sílabas
(endecasílabos y heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin
embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11 que riman a
gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo estrófico clásico que admite
incluso laposibiidad de que algún vero quede suelto, como ocurre en este
poema.La rima es consonante, menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso
suelto, no rima.
Es encadenada menos en los versos
13 y 14, 15 y 16 y 21 y 22, en los que es abrazada.Se producen encabalgamientos
entre los versos 5 y 6, 16 y 17, 24 y 25, 28 y 29.
3.-Argumento
A causa de su amor por la tierra
de Castilla, el autor encuentra en éste un tema para su poesía, y en el caso
concreto de este poema, se centra en la descripción de un olmo, que es una
especie de árbol que abunda en el país, el cual se halla en la ribera del río
Duero, de manera que consigue crear la imagen de un paisaje en la mente del
lector, además de transmitir la pena que da el árbol agonizante, que ya es
viejo y será destruido, ya por causas climáticas como por el hombre, pero
también trayendo una brizna de esperanza por el hecho de la aparición de unas
hojas nuevas.
4.-Tema.
Descripción sensible y patética
de un viejo olmo, del cual resurge la vida gracias a la primavera.
5. Estructura
Este poema se divide en tres
partes:La primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una
descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando
también la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y
también lo compara con otra especie, los álamos.
En la segunda parte, que ocupa
casi todo el resto del poema exceptuando los tres últimos versos, el poeta
expresa su deseo de dejar constancia escrita de la aparición maravillosa de
esas hojas entre tanta muerte y podredumbre, después de haber citado todo lo
que puede ocurrirle al árbol en tal estado.
Los tres últimos versos formarían
la tercera y última parte, ya que en ellos no se habla ya del olmo, sino que se
expresa un deseo una esperanza.
6. Análisis de la forma partiendo
del fondo.
Antonio Machado, un hombre serio,
introvertido y solitario, cuyas principales preocupaciones fueron meditar,
pasear, leer, asistir a tertulias y escribir, compuso este poema posiblemente
durante alguno de sus paseos por el paisaje castellano, uno de los principales
temas de su poesía. En este caso, sus escritos van dirigidos a un árbol, en
concreto a un olmo,[especie abundante en España} del que consigue extraer,
con sencillez, detalles y
reflexiones que se asemejan a la realidad del ser humano, porque en la obra a
la que pertenece este poema, el autor reflexiona sobre los grandes temas de la
existencia humana, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte, tal vez a
causa del fallecimiento de su esposa Leonor.
Así que, en este poema a comentar
se puede hallar, bajo la simple apariencia de una poética descripción de un
árbol de su amada Castilla, un segundo sentido, pudiéndose comparar con una
vida humana, o mejor dicho, con cualquier vida de un ser humano, con su primera
exuberancia de juventud, la madurez y el posterior deterioro con el paso de los
años.Pero no todo el poema gira solamente en tomo a la idea del envejecimiento
de las cosas o personas, sino que el poeta precisamente se centra, entre la
ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, en forma de
hojas verdes nuevas con la llegada de la primavera, del mismo modo que cuando
nosotros muramos otros ocuparan nuestro lugar en la humanidad.
Al principio del poema, se hace
una descripción del protagonista, el olmo, el cual es ya viejo y las
vicisitudes de su existencia, en este caso climáticas lo han. dejado malparado,
ya que está:
“…hendido por el rayo y en su
mitad podrido,”
es decir, le cayó un rayo encima
que lo dejó casi destruido y además está podrido por dentro hasta la mitad. En
estos dos primeros versos hay una gran utilización de los fonemas /o/, /i/,
/e/, /d/ y con esta aliteración se produce una sensación de patetismo y
desolación.
Pero tras esta primera triste
imagen, se da paso a un hecho que es importante para el yo poético:
“con las lluvias de abril y el
sol de mayo,
algunas hojas verdes le han
salido.”
Utiliza un hipérbaton para
cambiar el orden normal de la frase y damos al final un elemento alegre o
esperanzador en contraposición con la anterior desolación. Y da un rodeo
(perífrasis) para situarse en el tiempo en el que ha ocurrido la salida de esas
hojas verdes, que es, aunque se sobreentiende, la primavera.
Él lo expresa mediante dos hechos
característicos de esta estación: las frecuentes lluvias del mes de abril y la
posterior llegada del buen tiempo en mayo.
Como ya se ha dicho, el poeta
siente gran estima por las tierras altas de Castilla y en el poema nos situa al
olmo, del cual hace otra vez referencia a su edad, calificándolo ahora de
“centenario”:
“…en la colina
que lame el Duero!…”
Los signos de admiración dan más
énfasis la frase, auydándonos a comprender lo que para el autor significa
aquella tierra, Se produce un paréntesis en la parte descriptiva para damos una
rápida visión del paisaje que está contemplando o que ha contemplado muchas
veces y tiene grabado ya en la memoria, de manera que en nuestra mente se
coloca ya al olmo en un ambiente, y no como se nos presenta al principio, en un
entorno sombrío y solitario. Además, la colina en la que se encuentra el olmo
está junto a un río, el Duero.
El yo poético lo expresa con el
verbo “lamer’, es una prosopopeya ya que la colina no tiene lengua, pero esta
expresión acerca más la colina al ríoío que si por ejemplo utilizara la
expresión “al lado” o “junto”. Y este hecho, que la colina y el olmo estén tan
cerca del río, embellece y da más vida al paisaje que se ha creado en nuestra
mente, por estar el río siempre en constante movimiento y ser el agua símbolo
de vida.La descripción que sigue del olmo parece que tenga diversas partes diferenciadas,
ya que primeramente utiliza gran cantidad de adjetivos que nos ayuden a ver en
qué estado tan lamentable se encuentra éste:
“…Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y
polvoriento.
“Por la forma en que está construida
esta frase, ésta toma velocidad, es decir, sepronuncia rápidamente, y jugando
con los fonemas de los adjetivos (aliteración) /a/, /e/, /i/, /o/ nos produce
una sensación desagradable, de podredumbre, de manera que queda relacionada con
la descripción inicial, en la que ya se nombra este hecho. Posteriormente, el
yo poético compara al pobre olmo con otros árboles, los álamos.
Estos árboles son de altura
considerable y también se encuentran a los lados de los ríos y los caminos,
como el yo poético indica, de manera que parece que los- guarden, que los
protejan, aunque claro, eso no es posible ya que se trata de seres inanimados
(prosopopeya). Además, él califica a estos ‘árboles de “cantores”, pero en
realidad no se está refiriendo a los árboles en sí, sino a los pájaros que
habitan en ellos, que no se ven escondidos entre las ramas y las hojas, pero
que en cambio sí puede oírse su música, como si saliera de los árboles en los
que habitan. Pero el yo poético los cita solamente para poder compararlos con su
destartalado olmo y pasándose al tiempo futuro, lo ve completamente solo, sin
ningún pájaro, en este caso ruiseñores, famosos por su alegre canto, que quiera
habitar en él para darle vida y alegrarlo con su música. Después vuelve con su
olmo para describir como un:
“Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él,…”
Naturalmente, no se trata de un
ejército de tales insectos, pero los compara metafóricamente con uno porque
sempre se encuentran juntas en gran número y porque su organización, como la de
las abejas, es perfecta, sabiendo cada una lo que debe hacer.
Además, estos versos sirven para
indicar, como los anteriores, que los únicos seres vivos que quieren vivir en
él son las hormigas silvestres, que se alimentan de inmundicias, y las arañas,
las cuales “urden”, es decir, tejen sus telas en las “entrañas”, en el interior
podrido del árbol.
Aunque el yo poético habla del
olmo en tercera persona hasta la mitad del poema, convirtiéndose estos versos
en una descripción del estado del árbol, posteriormente se dirige al árbol como
si éste pudiera contestarle, apostróficamente. De este modo, con este recurso,
parece que le esté diendo alma al ser vegetal, de manera que al referirse al
árbol, éste pierde un poco su situación de ser irracional, pareciéndose más a
una persona y siendo más capaz de transmitir sensaciones al lector, como si se
tratara, en su imaginación, de un anciano a punto de morir.
En todo el resto del poema hasta
el final, excluyendo los tres últimos versos, el yo poético cambia el orden normal
de la escritura (hipérbaton), en la que el sujeto y el verbo van primeros,
seguidos de los complementos correspondientes. Este recurso lo utiliza para
exponer, antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su
estado. El modo verbal cambia a subjuntivo, expresando la posibilidad, ya que
el yo poético no sabe realmente lo que ocurrirá.
Al principio de cada uno de esos
hechos que expone, utiliza el adverbio “antes” como anáfora, de manera que ya
se supone que el yo’ poético quiere expresar un deseo o voluntad antes de que
ocurra alguna de esas cosas, pero este deseo no se nos es revelado hasta cash
el final del poema, finalizando ya toda la narración aunque después haya una
pequeña reflexión personal .El primer caso que expone es:
“Antes que te derribe, olmo del
Duero,
con su hacha el leñador, y el
carpintero
te convierta en melena de
campana,
lanza de carro o yugo de
carreta;”
Cambiando el orden normal de la
frase, lo que primero se le aparece al lector es el verbo, en este caso
“derribar”, de manera que éste ya se da cuenta enseguida de las cosas horribles
que pueden ocurrirle al pobre árbol, después de haber sentido el patetismo de
la descripción anterior. En este caso el que derriba al olmo es el leñador,
para que después el carpintero lo transforme en algo útil. No puede utilizarlo
para hacer cosas hermosas, ya que su madera no está en buen estado, así que el
yo poético nos enumera algunos instrumentos de madera sencillos, que sean de
utilidad y no para decorar y ser vistos, como por ejemplo los muebles, sino la
melena de una campana, es decir, el armazón de madera que va unido a ella y que
sirve para voltearla, o instrumentos que se utilizan en el campo, como una
lanza de carro (la vara de madera que va unida por uno de sus extremos al juego
delantero de un carruaje y sirve para dirigirlo) o un yugo de carreta
(instrumento al cual, en forma de yuntas, se unen los animales de labor). Otra
de las cosas que podría pasarle es que acabara ardiendo en un fuego tierra. Con
el adverbio “mañana”, utiliza una metonimia, ya que no se refiere en realidad
al día siguiente sino a cualquier día futuro.
El yo poético se vale de una
metáfora, “rojo”, para describir el hecho que se estaría quemando. Pero en
realidad, para el yo poético lo triste no es que acabara quemado, sino que
ardiera en “alguna mísera caseta” seguramente de algún labrador que vive en el
campo como indica el verso:
“al borde de un camino;”
y no en la ciudad, en la casa de
alguien bien acomodado. Ese sería el verdadero deshonor.
Seguidamente da paso a otra
posibilidad, al hecho que fuera arrancado por un torbellino. El término
“torbellino” puede tener dos significados, ya que el árbol se encuentra en la
ribera del Duero y el movimiento de las aguas de un curso fluvial
recibe el nombre de torbellino,
al igual que el movimiento de rotación del aire. El verso:
” y tronche el soplo de las
sierras blancas;”
podría explicarse si el poeta o
el paisaje que describe se encontrara en el paso del Duero por Soria, ya que
ese “soplo” podría traducirse por el aire frío que llega de las montañas
nevadas del Sistema Ibérico, o si o puede ser que el yo poético se refiera a la
futura llegada del invierno.
Y el último caso que expone es
que el olmo pueda ser arrastrado por la fuerte comente del río, que se
encuentra en su curso alto y tiene abundante caudal, hasta que éste lo dejara
en el mar tras su larga travesía, pasando
“por valles y barrancas,”
Finalmente, el yo poético nos
hace conocedores de su deseo. El lo expresa en los dos versos siguientes:
“olmo, quiero anotar en mi
cartera
la gracia de tu rama verdecida.”
Después de haber visto el estado
lamentable del olmo y la pequeña chispa de vi que de él brotaba, el yo poético
desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho.
Pero en realidad, aunque parezca
una contradicción, ya lo ha hecho en el mismo poema, de manera que ha dejado
esta frase para el final, cuando ya ha hablado extensamente del árbol, y parece
que el poema no haya sido compuesto intencionadamente, sino simplemente en la
mente del autor. Este recurso expresivo da sinceridad y veracidad al poema. El
yo poético, aunque ha descrito todo el árbol en general, en la idea principal
en la que quiere centrarse y con la que quiere terminar el poema es en la
aparición de esas nuevas hojas verdes, con la gracia de tu rama ‘Verdecida.” es
decir, la hermosura de una rama a la que califica de “verdecida”, o sea,
coloreada por el vivo color verde de las hojas nuevas. En los tres últimos
versos parece que el yo poético se aparta ya un poco del tema concreto del olmo
:
“Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la
vida,
otro milagro de la primavera.”
Estos tres versos parecen
reflejar algún deseo o esperanza del yo poético, como todo el poema anterior
hubiera sido un ejemplo para él mismo que le ayudara animarse y a mantener la
esperanza.Cuando dice “mi corazón” se está refiriendo a su alma, a sus
sentimientos, a él mis El yo poético utiliza el recurso de la metonimia, de
tipo la parte por el todo. Y “espera”, dice,”otro milagro de la
primavera.”,siendo el primero la aparición de las hojas verdes en el árbol
muerto, pero en reali no se llega a descubrir que es lo que está esperando,
aunque, eso sí, debe ir”…hacia la luz y hacia la vida,”
Tal vez se refiere a la aparición
de una nueva vida, mientras otra se va al final de vejez. Y el término
primavera podría tener un doble significado, refiriéndose metafóricamente a la
juventud, fresca y vital.
Quién sabe si el poeta Machado
recordaba su infancia y su juventud mientras paseaba por la orilla del Duero.
Campos de castilla
NOTA: Adviértase que no se capta
el sentido real de este texto por falta de conocimiento acerca de las
circunstancias de su creacion. Antonio Machado compuso esta poesía cuando su
mujer, Leonor, estaba enferma de tuberculosis en una fase irreversible. El
milagro que espera es su ya imposible recuperación.
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