lunes, 6 de mayo de 2013

Mito


Mito

En lugar  de tratar al mito en la acepción usual del término, es decir, en cuanto fábula, invención, ficción, se establece  hace más de medio siglo una nueva perspectiva en donde, por el contrario, es considerado una historia verdadera porque es sagrada, ejemplar y significativa.
Este término se utiliza en la actualidad tanto en el sentido de ficción o ilusión como en el sentido de tradición sagrada, revelación primordial o modelo ejemplar.
Definición: El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Este cuenta cómo, gracias a las hazañas de seres sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, se ésta la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento (una isla, un vegetal, un animal, un comportamiento humano, institución, etc.)
Es pues, el relato de una CREACIÓN. Se narra cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser.  El mito no habla de lo que ha sucedido realmente. Sus personajes son sobrenaturales. Se les conoce por lo que  han hecho en el tiempo prestigioso de los comienzos. Los mitos revelan la actividad creadora y desvelan la sacralidad de sus obras.  Describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado en el mundo.
Es esta irrupción de lo sagrado la que fundamenta realmente el mundo y la que le hace tal como es hoy día.  El mito se considera como una historia sagrada, y por lo tanto verdadera, puesto que se refiere siempre a realidades. El mito cosmogónico es verdadero porque la existencia del mundo está allí para probarlo; el mito del origen de la muerte es igualmente verdadero, puesto que la mortalidad del hombre lo prueba, y así sucesivamente.  La función principal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas: alimentación, matrimonio, trabajo, educación, arte, sabiduría, etc.
El mito no es una explicación destinada a satisfacer una curiosidad científica, sino un relato que hace revivir una realidad original y que responde a una profunda necesidad religiosa, a aspiraciones morales, a coacciones e imperativos de orden social, e incluso a exigencias prácticas. En las civilizaciones primitivas, el mito desempeña una función indispensable: expresa, realza y codifica las creencias; salvaguarda los principios morales y los impone, garantiza la eficacia de las ceremonias rituales y ofrece reglas prácticas para el uso del hombre.
El mito es, pues, un elemento esencial de la civilización humana; lejos de ser una vana fábula, es por el contrario, una realidad viviente a la que no se deja de recurrir.

Fuente: Mircea Eliade, Mito y Realidad. 

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