domingo, 27 de octubre de 2013

INTRODUCCIÓN al Martín Fierro

MARTÍN FIERRO

JOSÉ HERNÁNDEZ
MARTÍN FIERRO

Estudio Preliminar
Introducción
Martín Fierro está considerado como el poema
hispanoamericano más importante del siglo 19, De primera
intención tenía como objetivo el servir de instrumento de
protesta social para denunciar los males y desgracias de que
era objeto el gaucho víctima del servicio militar obligatorio.
Sin embargo, su personaje principal logró convertirse en una
figura arquetípica, en una leyenda de gran aceptación entre
la gente ordinaria.
Los habitantes del interior se agrupaban en los lugares
de trabajo o en las pulperías, alrededor de algún
privilegiado que supiese leer, para escuchar las andanzas
de un hombre pintado a su imagen y semejanza, acosado
por oscuras fuerzas desconocidas, maltratado por la
suerte, sometido por un sistema que extendía su poderío
a regiones cada vez más alejadas de la metrópoli. Los
peones, puesteros y reseros, reconocían en el protagonista
a uno de los suyos que, hablando idéntico lenguaje,
desprovisto de galas ciudadanas, reflejaba en
profundidad su modo de ser, su filosofía de vivir, sus
reacciones frente a los embates de la fortuna. La gente
de campo tuvo desde entonces una obra símbolo, que
resumía en sus páginas la esencia del ser argentino de
aquella época.1
Como resultado de esa aceptación e identificación, la
obra adquirió tal difusión y popularidad en su época que de
1872 a 1894 se publicaron 14 ediciones y miles de
1León Barski, Vigencia del Martín Fierro, Buenos Aires, Editorial Boedo,
1977, pág. 83.
vi JOSÉ HERNÁNDEZ
ejemplares. Aunque inicialmente gozó de tal popularidad,
los escritores argentinos reconocidos ignoraron la obra. No
fue hasta el periodo de 1880 a 1910, cuando con el
surgimiento de un movimiento argentino nacionalista, se
reconoció el poema como una épica nacional. Precisamente
en 1913, el poeta Leopoldo Lugones reclamó para el Martín
Fierro «el título de libro nacional de los argentinos» y exigió
que se le considerara como una epopeya.
Valor y significado del poema
El poema de José Hernández pertenece a la llamada
literatura comprometida. Martín Fierro es un payador que
narra la trágica historia de su vido,pero a medida que relata
sus vivencias, denuncia los males de una sociedad donde el
hombre, víctima de las injusticias, se envilece, se corrompe y
se endurece tornándose agresivo y hostil. Su canto se convierte
en un alegato en favor de los humillados y maltratados.
Específicamente es un canto reivindicativo del gaucho,
perseguido y menospreciado por los políticos porteños
centrados en Buenos Aires. Aunque resulta evidente esa
intención de protesta social, el poema también muestra rasgos
de mito de carácter romántico en el que el gaucho representa
la voz de la naturaleza en contraposición a la maldad y
corrupción de la sociedad.
El Martín Fierro ha sido clasificado como un poema épico.
No obstante, éste no responde a las particularidades
esenciales de la épica clásica, pues ésta relata historias de
héroes que encarnan las mejores virtudes de una sociedad.
A pesar de que el protagonista adquiere dimensiones de héroe
por su valentía y por sus ejecutorias, no corresponde a la
imagen del héroe en la épica clásica. Martín Fierro no es un
Mío Cid, temporeramente desprovisto de la aceptación y el
reconocimiento de su señor, y quien finalmente con sus
ejecutorias y virtudes recupera, para ostentar con mayor
gloria, el lugar que le corresponde en la sociedad feudal en
proceso de cambios sociopolíticos y económicos. Martín Fierro
es la encarnación del gaucho con todos sus defectos y virtudes.
MARTÍN FIERRO vii
El gaucho, alma primitiva con un trasfondo moral y religioso,
se presenta en la obra como un ser contradictorio, maltratado,
perseguido y empobrecido, con una visión cínica, fatalista y
resignada, en fin una víctima de las circunstancias sociales y
políticas de la época.
Argumento y estructura
El poema se compone de dos partes; la primera, donde
en 13 cantos se relata la ida del protagonista, y la segunda,
titulada La Vuelta de Martín Fierro, integrada por 33 cantos.
Ese número de cantos que el narrador asocia con la edad
alcanzada por Cristo, simbólicamente representa el
cumplimiento de la misión que el protagonista narrador se
propuso en el poema, al igual que ocurrió con Jesucristo,
quien cumplida su misión en el mundo terrenal, es crucificado
a la edad de 33 años,
Comienza el poema en un tono nostálgico cuando el
protagonista describe en los Cantos 1-11 cuán feliz transcurría
su vida en la Pampa dedicado a sus menesteres cotidianos,
antes de que lo arrebataran de su hogar y de su familia para
llevarlo a pelear contra los indios en la frontera. En el Canto
III describe el trato brutal y abusivo de que fue objeto al
desempeñarse como soldado. En los Cantos IV-V cuenta su
vida como desertor del ejército durante un periodo de tres
años, hasta regresar empobrecido y desnudo a su hogar,
para enfrentarse a la destrucción y dispersión de su familia.
Como consecuencia de esas duras experiencias, decide
convertirse en un marginado de la ley. Se dedica a
emborracharse, se torna pendenciero, y hasta mata a un
negro en una pulpería, (Canto VII) Entonces es perseguido
por la policía, y cuando lo atrapan lucha demostrando su
valentía. Consigue la admiración del sargento de la policía
llamado Cruz, a quien le cuenta su historia. Cruz se
compadece de él, ya que también había sido víctima del
servicio militar obligatorio. De esa afinidad surge una sincera
amistad entre ambos hombres, quienes deciden marcharse
al desierto con los indios. (Canto IX)
viii JOSÉ HERNÁNDEZ
En la segunda parte se narran las aventuras de Cruz y
de Fierro en tierra de indios. El Canto III ofrece una poesía de
corte sentencioso combinado con un continuo lamentarse.
Dicho canto revela la actitud estoica y de resignación sin
esperanza, adoptada por Fierro en el poema. En los Cantos
IV-VI se describen las costumbres indias, su comportamiento
bárbaro y salvaje, el maltrato de que son objeto sus mujeres,
y la actitud sufrida y abnegada de éstas. La muerte de Cruz,
víctima de la viruela negra, se narra en el Canto VI. Antes de
morir, Cruz le encomienda su hijo a Martín Fierro. Luego de
enterrar a su amigo, en el Canto VIII, el protagonista tiene un
encontronazo violento con un salvaje que maltrata a una
prisionera blanca. Se presenta el comportamiento salvaje del
indio, quien cruelmente asesina al hijo de la prisionera. Fierro
se enfrenta al indio, logra matarlo, y después de enterrarlo
para que los suyos tarden en encontrarlo, regresa a la
civilización acompañado de la mujer. (Cantos IX-X) Como
han transcurrido tres años de duro peregrinaje, y cinco como
cautivo de los indios, las autoridades ya no se acuerdan de
las fechorías de Martín Fierro. Se encuentra con sus hijos,
quienes apenas lo reconocen debido a su aspecto aindiado y
envejecido. En los Cantos XII-XIII los hijos cuentan la trágica
historia de sus vidas: el mayor estuvo en la cárcel por un
crimen que no cometió, y el segundo convivió con un ladrón
de caballos llamado Viscacha, quien le enseñó a sobrevivir
en una sociedad injusta. Los pormenores de la vida sufrida
del segundo hijo junto a Viscacha, hasta la muerte de éste
último se narran en los Cantos del XIV al XVIII. En el Canto
XX se introduce un nuevo personaje llamado Picardía. Éste
relata su vida picaresca en los Cantos del XXI al XXVIII.
Finalmente se descubre que es el hijo de Cruz. La historia de
Picardía es una réplica de la historia de Martín Fierro, ya
que también fue víctima del servicio militar obligatorio. En
los Cantos del XIX al XXXI aparece el hermano menor del
negro a quien injustamente mató Martín Fierro. El Moreno lo
reta para competir en una payada o canto improvisado de
preguntas y respuestas, competencia ganada por Fierro. Los
Cantos XXXII y XXXIII están dedicados a los consejos finales
MARTÍN FIERRO ix
del protagonista. En tono solemne y con sentido ético, deja a
las futuras generaciones representadas por sus hijos, el
conocimiento que es resultado de su experiencia sufrida. Al
final del poema en el Canto XXXIII, Martín Fierro se separa
de sus hijos. En este canto final expresa el convencimiento de
que el poema tiene un valor educativo, y de que es obra que
ha de pasar a la posteridad. Esto es así ya que revela, no la
historia individual del protagonista, sino la historia del sector
nacional al que él representa. Ese convencimiento se
manifiesta en el siguiente verso al final del poema:
Pues son mis dichas desdichas
los de todos mis hermanos;
ellos guardarán ufanos
en su corazón mi historia;
me tendrán en su memoria
para siempre mis paisanos.
Estructura interna del poema
Las estrofas del poema, aunque pueden considerarse
como pequeños poemas independientes, se insertan en la
totalidad para componer un todo armónico.
A lo largo del poema predomina la sextillo, estrofa de
seis versos de arte menor, es decir, octosílabos con rima
a—b—b—c—c—d.
1 2 3 4 5 6 7 8
1 Si/me a/tri /bu/lo o/ me en/co/jo a
2 si /gu/ro/que/no/me es/cc/po b
3 siem / pre he / si / do / me / dio / gua / po b
4 pe /roen/a/que/Ilo o/co/sión/+1 c
5 me ho/cía/ bu /Ila el/co/ru/zón/+1 c
6 co/mo/la/gar/gan/ta al/sa/po.2 d
2 Según las normas métricas, si el verso termina en palabra aguda se
añade una sílaba. Por esa razón los versos 4 y 5 se consideran
octosílabos.
x JOSÉ HERNÁNDEZ
Abundan, además, las cuartetas o estrofas de cuatro
versos de arte menor, es decir, octosílabos con rima en los
versos pares o—b—a—b; y las redondillas o cuartetos
octosílabos con rima a—b—b—a. Pueden encontrarse
ejemplos de estos tipos de estrofas en el Canto XVII de la
segunda parte.
1 2 3 4 5 6 7 8
1 y/so/co on/sí/en /con/clu/sión a
2 en/me/dio/de/mi i/no/ran/cia b
3 que a/quí el/no/cer/ en/es/ton/cia a
4 es/co/mo u/na/mal/di/ción/-+-1 b
1 2 3 4 5 6 7 8
1 Sin/suel/doy/sin/u /ni /for/me a
2 lo/pa/sou/noaun/que/su/cum/bo b
3 con/fór/me/se/con/la/tum/bo b
4 y/si/no.../no/se/con/for/me a
Aunque en menor grado, se utiliza también el romance,
serie indeterminada de versos del mismo tipo con rima
asonante en los versos pares y rima libre en los impares.
Ejemplos de este tipo de estrofa se encuentran en los Cantos
XI, XX y XXXI de la segunda parte. En el Canto XI también se
utilizan estrofas de diez versos.
Características de estilo
El Martín Fierro se escribió en la época de pleno auge
del Romanticismo de influencia europea. En un ambiente
literario saturado de esa retórica romántica falsa, no era de
extrañar la indiferencia con que se recibió el poema de
Hernández. En contraposición al estilo literario imperante se
destacaba por su originalidad, sobriedad y hasta sentido del
humor. Es muy probable que la práctica de la labor
periodística lo adiestrara en el manejo preciso, conciso y denso
MARTÍN FIERRO xi
de la lengua, rasgos presentes en el poema. La obra,
precursora de un espíritu moderno, revelaba además una
detallada observación de la realidad social y política con
actitud crítica, rasgos que chocaban con la sensibilidad
literaria del momento.
Si bien es cierto que el autor experimentó de inmediato
el rechazo del sector intelectual y educado de la sociedad
argentina, también recibió la aceptación entusiasta del pueblo.
Uno de los rasgos estilísticos que facilitó el que el pueblo se
reconociera y se identificara con el Martín Fierro, fue el uso
del dialecto rústico rioplatense, hablado en la primera mitad
del siglo XIX. Entre las peculiaridades de ese modo de hablar
se destacan:
• La reducción de grupos consonánticos - dotor por doctor,
indino por indigno, inorante por ignorante, istintos por
instintos, costancia por constancia
• La reducción de grupos vocálicos - aprétese por apriétese,
cren por creen, vía por veía, cencio por ciencia, pocencio
por paciencia
• El uso de arcaísmos - ansina, vido, tuito, dentrando,
dende, ande
• La debilitación de ciertas combinaciones de vocales - tiatro
por teatro, poeta por poeta, piones por peones, pelior
por pelear, riunir por reunir, blanquior por blanquear
• La aspiración de la h - juir por huir, jorcón por horcón la
sustitución de la f por una j - fuerte en vez de fuerte,
jogón en vez de fogón, juera en vez de fuera, jusil en
vez de fusil, projundo, en vez de profundo, dijunto en
vez de difunto
• La transposición de vocales - noides por nadie
Otro rasgo estilístico del poema es la utilización de
americanismos. Estos cumplen la función de ambientar el
poema al acentuar su autenticidad y ubicarla en el contexto
argentino correspondiente a la época, Algunos ejemplos son:
xii JOSÉ HERNÁNDEZ
payada, ombú, china, abombar, boliche, pulpero, carroncho,
vizcacha, milonga, bolas, tacuara, topera, etc. Función similar
desempeña el refranero popular de carácter sentencioso,
puesto en labios del viejo Viscacho. Dichos refranes acentúan
el carácter realista de la obra, al sintetizar las duras
experiencias del gaucho en el inhóspito ambiente de la Pampa.
No pueden obviarse en este apartado, la plasticidad, la
fuerza expresiva y el manejo magistral de las imágenes,
reconocidos como particularidades estilísticas del poema.
Muestras de esa habilidad son los cuadros de conjunto como
el combate con la partida de policías, el malón indio y la
lucha con el indio en defensa de la cautiva.
Indudablemente el manejo de la lengua y de los recursos
estilísticos es otro componente que evidencia la estructuración
armoniosa del poema.
Caracterización y función de los personajes
El manejo de los personajes es otro indicador de la unidad
del poema. Personajes principales, secundarios e incidentales,
todos contribuyen al logro del objetivo total de la obra. Cada
uno de ellos amplía o intensifica la densidad del cuadro real
interno y externo que se elabora.
Martín Fierro, el personaje principal, devela el retrato
completo del gaucho, el hombre de la Pampa. Encarna la
imagen de un hombre marcado por un destino trágico, el
gaucho pesimista y fatalista que aun así conserva el espíritu
de religiosidad que le inculcaron los conquistadores españoles.
Inicialmente hombre manso y de buenos sentimientos, la
adversidad que se ensaña contra él lo torna un hombre hostil
y agresivo, valiente ante el peligro y con una sicología
contradictoria; bravo y miedoso ante el peligro, luchador y
resignado ante la fatalidad de su destino, tierno y capaz de
sentir desprecio y de actuar cruelmente. Hombre endurecido
por la vida, aun así no pierde sus buenos sentimientos. De
hecho lo demuestra al final cuando aconseja a sus hijos. Fierro
adquiere dimensión heroica con su actitud rebelde ante las
injusticias y el maltrato.
MARTÍN FIERRO xiii
Cruz, gaucho al igual que Martín Fierro, complementa
la imagen del hombre de la Pampa, Además, reafirma la
experiencia vivida por el personaje principal. Del mismo modo
que Fierro, es un símbolo de la dureza y fortaleza ante la
adversidad. Cruz es un símbolo de la carga que le ha tocado
al gaucho como destino fatal. Su nombre es símbolo de castigo
y sufrimiento por sus acciones pasadas. Entre él y Fierro se
entabla una amistad noble, capaz de los mayores sacrificios,
indicadora de la nobleza de la que también es capaz el
gaucho.
El resto de los personajes secundarios son símbolos que
revelan cómo el hombre de la Pampa es víctima de las
circunstancias. El hijo mayor de Martín Fierro, expresidiario,
encarcelado injustamente, representa a las víctimas de las
arbitrariedades de un sistema judicial injusto. El segundo hijo
es una especie de pícaro, cuyas vicisitudes le permiten
codearse con gente más refinada que los gauchos. Su historia,
obviamente recuerda la picaresca española. Al igual que en
el caso de Picardía, el hijo de Cruz, su vida también ha sido
determinada por las circunstancias. Viscacha, el viejo ladrón
de caballos, astuto y avaro, representa a quienes desarrollan
un código de normas amorales e inmorales para lograr
sobrevivir en un mundo hostil. Su nombre se asocia con el de
un roedor llamado vizcacha, detalle indicador de su
naturaleza despreciable y de su pobre calidad como ser
humano: astuto, avaro, cruel, misógino, inescrupuloso, Su
actitud y comportamiento lo convierten en una especie de
contrafigura del protagonista.
El Moreno, hermano del negro injustamente asesinado
por Martín Fierro, reitera la presencia de ese grupo racial,
que también es presentado de forma prejuiciado, Su presencia
cumple una doble función en la obra: introduce la idea del
perdón ante las ofensas pasadas, o sea la idea de la
conciliación, y permite al gaucho mostrar su superioridad
cuando Martín Fierro gana la competencia de la payada.
A pesar de que el Martín Fierro es un poema
predominantemente de hombres, la mujer, aunque sutilmente,
también está presente de forma individual y colectiva. Unas
xiv JOSÉ HERNÁNDEZ
veces se le describe positivamene y, otras, negativamente.
Esa actitud ha llevado a algunos críticos a hablar de una
actitud misógina o de rechazo y menosprecio de la mujer. En
la primera parte del poema, tanto la mujer de Martín Fierro
como la de Cruz son justificadas por ellos mismos, pues las
consideran víctimas de las circunstancias. La actitud de ambos
no es la tradicional actitud machista del hombre resentido y
ofendido. Por el contrario, la referencia a las mujeres que los
abandonaron está matizada de nostálgica y delicada ternura
y comprensión. Puede comprobarse en los siguientes cantos:
¡y la pobre mi mujer
quién sabe cuánto sufrió!
Me dicen que se voló
con no sé qué gavilán,
¡sin duda a buscar el pan
que no podía darle yo!
No es raro que a uno le falte
lo que a algún otro le sobre;
si no le quedó ni un cobre,
sino de hijos un enjambre,
¿qué más iba a hacer la pobre
para no morirse de hambre?
En la segunda parte de la obra, las indias se presentan
como mujeres sufridas y pacientes, víctimas del atropello de
sus maridos, Esas referencias tampoco podrían considerarse
manifestaciones de una actitud misógina. Se ofrece otra
imagen positiva cuando se introduce a la cautiva, víctima de
la crueldad de los indios. Es una mujer valiente, capaz de
expresar ternura, y con la fuerza suficiente para sobreponerse
a la adversidad. Otras imágenes positivas son: la de la tía de
buen corazón que se hace cargo del segundo hijo de Martín
Fierro, la de las tías bondadosas que recogen al hijo de cruz
para que no viviera en el desamparo, y la de la vieja
curandera que ayuda al viejo viscocha cuando se encontraba
enfermo. Son ejemplos de la visión negativa, el resto de las
MARTÍN FIERRO xv
mujeres presentadas en la primera y en la segunda parte: la
negra que responde a la provocación de Fierro y causa el
altercado en la pulpería; la china vieja, encarnación de la
superstición y el maleficio, quien culpa a un gringuito cautivo
de ser el responsable de la epidemia de viruela negra; la
viuda de la que se enamora el segundo hijo de Fierro; y la
mulata con quien se relaciona Picardía.
En cuanto a la intervención de personajes colectivos, tales
como jueces, comisarios, indios, pulperos, etc, éstos permiten
que los personajes principales se perfilen con mayor definición
y fuerza. Además, ayudan a conformar el contexto donde
se ubica la obra. En el caso específico de los indios, la actitud
de Martín Fierro ante ellos es reveladora del prejuicio existente
contra este grupo racial. El gaucho, a pesar de su pobreza y
desdichas, es superior a los indios bárbaros y salvajes. En
ningún momento adopta la actitud reivindicadora con que
trata al gaucho en el poema.
Martín Fierro no percibe que el indio y él son víctimas de
un mismo proceso y que, en última instancia, es utilizado
para aniquilar al aborigen. Esa fue la característica
general. Y es mérito de Hernández el habernos mostrado
al gaucho tal cual era, incluyendo al lado de los elementos
positivos, sus forzosas limitaciones y prejuicios.3
El autor y su contexto histórico
Para comprender la importancia del Martín Fierro y lograr
una adecuada interpretación del mismo, es necesario tener
en cuenta tanto la trayectoria vital del autor como el contexto
histórico social y político que sirvió de fundamento y motivó
la producción de esta obra. A continuación se ofrece tan sólo
un cuadro somero de esa realidad que resulta pertinente. 4
3Barski, Op. Cit., pág. 62
4 4Información más específica sobre el contexto histórico se encuentra
en: María Inés Cárdenas de Moner Sons, Martín Fierro y la conciencia
nacional, Buenos Aires, Editorial la Pléyade, 1977.
xvi JOSÉ HERNÁNDEZ
José Hernández nació el 10 de mayo de 1834 en una
chacra ( granja) de Pedriel, Su infancia transcurrió en el
ambiente de la Pampa, pues su padre era administrador de
estancias. Desde muy temprana edad se vio expuesto a las
consecuencias de las luchas y disidencias políticas en su país,
ya que era la época del dictador Rosas y tanto sus padres
como sus respectivas familias pertenecían a dos bandos
políticos contrarios. Su padre era federalista y su madre
unitaria.
En 1843 murió su madre y nueve años más tarde perdió
a su padre, quien murió víctima de un rayo. Esta situación los
motivó a él y a su hermano Rafael a enlistarse en el ejército,
pues el orgullo les impedía solicitar ayuda a sus familiares.
En 1852 el general Urquiza derrotó al dictador Rosas en
la batalla de Caseros, y fue nombrado presidente de la
Confederación Argentina para el período de 1854 a 1860.
Urquiza promulgó una Constitución federal y algunas
provincias, como Buenos Aires gobernada por Mitre,
continuaron la lucha. José Hernández fue miembro del ejército
de rnilicionos, gauchos e indios, dirigido por Faustino Velasco,
y que le hizo frente al ejército de Hilario Lagos, lugarteniente
de Urquiza que había sitiado a Buenos Aires.
En 1858, al surgir el Partido Liberal Reformista que se
proponía reconciliarse con Urquiza, y al crearse el periódico
La Reforma Pacífica, Hernández dejó su carrera como militar
para continuar su lucha por medio de la labor literaria y
periodística. Se fue entonces a Paraná donde publicó el folleto
Las dos políticas. En ese mismo lugar encontró un tabojo como
tenedor de libros y al mismo tiempo colaboraba en el periódico
El Nacional Argentino.
Volvió a incursionar en la lucha política en 1861 cuando
al suscitarse de nuevo la guerra civil peleó al lado de Mitre
en la batalla de Pavón. En esa ocasión fue herido en combate
y a duras penas pudo regresar a Paraná. Como consecuencia
de esa batalla, urquizo negocia la paz con Mitre. Argentina
pasa del federalismo al unitariasmo, y Buenos Aires vuelve a
ser la capital de la nación.
MARTÍN FIERRO xvii
A comienzos de 1867, Hernández se estableció en
Corrientes donde poseyó su primera imprenta y publicó su
primer diario, El Eco de Corrientes. Allí fue designado Oficial
Interino del Estado y, luego, Secretario del Estado. A este
último cargo renunció debido a discrepancias con el
gobierno. No obstante, su renuncia no fue aceptada, y
entonces él se enfrascó en una polémica con el diario de la
oposición, La Esperanza. El 27 de mayo de 1868 los
revolucionarios sitiaron su casa y le destruyeron la imprenta.
Hernández se refugió en Rosario donde colaboró en el
periódico La Capital. En julio de ese mismo año se mudó a
Buenos Aires. Allí, con la ayuda de personalidades notables,
publicó el diario El Río de Plata. Comenzó entonces a
publicar mensajes pacifistas para que el gobierno concluyera
la guerra inútil con Paraguay. Abogaba, además, por la
derogación de la inconstitucional ley de fronteras que
obligaba a prestar servicio militar obligatorio, y que
provocaba la persecución y el exterminio del gaucho.
Gracias a su labor periodística de protesta social, la opinión
publica se enteró de la situación en que se encontraban las
clases marginadas del país, y prestó atención al problema
de los inmigrantes. Fue en esa época cuando comenzó a
concebir el Martín Fierro, pero el asesinato de Urquiza por
predicar el arreglo con Paraguay, le impidió lograr su
objetivo.
Su intervención en las luchas políticas esta vez lo llevaron
temporeramente al exilio. Se refugió en Brasil, en la ciudad
fronteriza de Santa Ana do Livramento. En 1872 regresa
clandestinamente a Buenos Aires donde, ayudado por algunos
amigos que lo protegen, se refugia en el Hotel Argentino.
Encerrado en dicho lugar, debido a su condición de
perseguido político, se dedica a producir la obra que lo
consagró en las letras hispanoamericanas.
El 28 de diciembre de 1872, cuando ya se habían
apaciguado las pasiones políticas, una pequeña imprenta
llamada La Pampa publicó la primera edición del Martín
Fierro.
xviii JOSÉ HERNÁNDEZ
No obstante las anteriores experiencias, su intervención
en la política nacional continuaba. Debido a su apoyo a
Ricardo López Jordán, a quien había defendido cuando
constitucionalmente fue electo gobernador de Entre Ríos, el
gobierno dictó una orden de reclusión contra él, y su vida
se vio amenazada. Hernández se refugia en Montevideo,
pero pudo regresar a Argentina a fines de 1874. Gracias a
su hermano Rafael adquirió una librería en la calle de
Tacuari.
Aunque su vida continuó afectándose por el acontecer
político, en 1879 logró publicar La vuelta del gaucho Martín
Fierro. Para esa época había sido electo Diputado Provincial,
cargo para el que fue reelecto en 1880. Ese mismo año hubo
otro levantamiento cuando el gobernador Tejedor, quien
aspiraba a la presidencia de la república, se levantó en armas,
Hernández, se vio obligado a participar en la lucha, pero lo
causa federal fue derrotada.
Regresa una vez más al mundo civil, y le proponen
efectuar un estudio sobre el trabajo realizado en las estancias.
Realiza eso encomienda, y escribe la Instrucción del
Estanciero, obra donde expuso magníficas reco-mendociones
para mejorar la administración de las estancias. En esta obra,
último libro publicado por Hernández, proponía rescatar al
gaucho mediante el trabajo. Sin embargo, debido a sus
antecedentes políticos, el gobierno no le prestó atención al
estudio.
Después de intervenir en tantas luchas y de sufrir
sinsabores debido a su ideología política, Hernández murió
a los 52 años, el 21 de septiembre de 1886, luego de contraer
una enfermedad de la que no logró reponerse.



Dro. Pura A. Rivera Rubero
Catedrática
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras

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