Evangelios
Significado
de la palabra "Evangelio": esta palabra es de origen griego; es una
voz compuesta de "eu" (bueno o buena) y "aggelos" (mensaje)
con la significación de "buen mensaje" o "buena noticia".
En la época homérica se empleaba para designar a la propina que recibía el
mensajero de buenas noticias, como se lee en el Canto XIV de la Odisea.
Posteriormente la palabra pasó a designar al mensaje y no al mensajero y con
esta acepción fue usada por los Setenta para su traducción de las Escrituras al
griego y empleada así en un texto de Isaías: "...para dar buenas noticias
(evangelio) me ha enviado".
En
un primer momento, la voz "evangelio" designó el Mensaje del Reino de
Dios o Reino de los Cielos, y fue trasmitida oralmente por Jesús.
En
la misión que confía a sus discípulos está igualmente la de trasmitir en igual
forma el mensaje: "Y al ir, predicad diciendo: "Está cerca el Reino
de los Cielos" (Mateo 10, 7). Pero en la prédica oral de los apóstoles el
mensaje se amplió en el sentido de anunciar la llegada del Mesías, por lo que
la "buena nueva" predicada no sólo contuvo la noticia de la
proximidad temporal del Reino, sino la de la aparición del Mesías ya anunciado
por los Profetas primero y por Juan después, quien decía: "Arrepentíos, porque
el Reino de los Cielos está muy próximo" (Mateo 3, 2) agregando:
"...el que viene detrás de mí es más poderoso que yo" (Mateo 3, 11).
Cuando
todo este material de la prédica oral de los apóstoles fue fijado por la
escritura, a los escritos se les denominó "Evangelio", en singular, o
sea, la "buena nueva" o "buen mensaje"; pero en estos
textos se había recogido, no solamente la palabra, sino los hechos de Jesús,
constituyendo una biografía del Mesías.
En
la época de los Apóstoles y con referencia a la conservación escrita del
Mensaje, la voz "Evangelio" se aplica a la totalidad de los textos
biográficos y doctrinales que incluyen, desde luego, el Mensaje primitivo.
Contenido
del Evangelio: de acuerdo con lo que hemos dicho, los textos del evangelio
contienen los siguientes elementos:
a)
El evangelio propiamente dicho, o sea el mensaje de Jesús con relación al Reino
de los cielos;
b)
Toda la doctrina que rodea al Mensaje y que alude a la conducta social y
religiosa del hombre;
c)
La nueva concepción teológica; y
d)
La biografía de Jesús.
Por
esta razón resulta casi imposible clasificar a estas obras de acuerdo con su
contenido, pues se hallan a mitad de camino entre la historia y la filosofía,
entre la moral y la metafísica, constituyendo una nueva forma literaria aunque
la preocupación formal no fue fundamental en sus autores.
Las
versiones del Evangelio: del Evangelio conservamos cuatro versiones llamadas
"canónicas" es decir, aceptadas por la Iglesia como la palabra de
Dios, considerándola literatura "revelada", de acuerdo con el
concepto de "canon" que sirvió para conservar los libros del Antiguo
Testamento. En el Nuevo Testamento aparecen incluidas en el orden siguiente:
según San Mateo, según San Marcos, según San Lucas y según San Juan, aunque no
sea este el orden histórico de composición. La voz "según" agregada
al título significa que cada autor da una versión personal y que adoptó un
criterio personal al emprender la tarea de ordenar y conservar la historia de
los hechos y las palabras de Jesús.
Por
otra parte, podemos reconocer tres momentos en la historia del Evangelio:
a)
El llamado "Evangelio histórico", es decir, el mensaje o buena nueva
de la llegada del Mesías, hecha realidad en Cristo, quien proclamó el mensaje
del Reino de los Cielos;
b)
El "Evangelio oral", predicado por los apóstoles, especialmente por
Pedro, que fue adaptado a los diferentes mundos en los que fue proclamado;
c)
El "Evangelio escrito", que conservó esta característica.
De
estas versiones cuatro fueron canonizadas; pero existen otras versiones del
Evangelio que han sido designadas como "apócrifas", es decir, de
acuerdo con el significado dado por los hebreos a esta palabra griega,
"sospechosas" o, simplemente "no verdaderas".
¿Por
qué fueron elegidas estas cuatro versiones, si todas tienen el mismo contenido
específico? La explicación debe buscarse en el hecho de que cada una de ellas
está dirigida a un mundo diferente y el autor, de acuerdo con su personalidad y
su comprensión de los hechos, se propuso una meta distinta. Esto significa que
las versiones escritas siguieron el mismo criterio del "Evangelio
oral": presentar al Mesías y su mensaje de acuerdo con las
características, la cultura y aún las necesidades de cada lugar a donde era
llevada la palabra de Jesús. La selección de estas cuatro y su canonización
obedecería entonces al hecho de que, entre las cuatro, se domina todo el cuadro
de la prédica en los pueblos del Mediterráneo y serían, en última instancia,
complementarias y no excluyentes, dando una visión total del tema.
Esta
pluralidad o diversidad en la presentación y explicación del Mensaje, etc., no
excluye que se puedan reconocer líneas comunes a los cuatro autores, aparte de
que todos ellos manejaron casi los mismos materiales. De una manera general los
cuatro se han propuesto textos que tienen las siguientes características:
a)
Son textos didácticos, en cuanto están destinados a difundir el conocimiento de
la palabra de Jesús y de sus hechos;
b)
Son textos dogmáticos, porque en ellos se establecen las verdades esenciales de
la nueva religión, como el origen divino de Jesús, su unidad con el Padre, la
resurrección de la carne y la inmortalidad del alma, etc;
c)
Son textos proselitistas, por cuanto cada uno de los textos contiene una
permanente exhortación a la conversión, constituyendo una verdadera catequesis
que, por medio de la palabra y los hechos (Mateo 5, 16) busca ampliar el marco
geográfico y humano del naciente Cristianismo.
Por
otra parte, como lo expresa Lucas, las versiones buscan "componer un
relato de los hechos que ocurrieron entre nosotros, tal como nos lo han
trasmitido aquellos que fueron desde el principio testigos oculares y
servidores de la Palabra" (Lucas 1, 1), pero tampoco contienen la
totalidad de los mismos, de acuerdo con el testimonio de Juan: "Obró, además,
Jesús en presencia de sus discípulos, otros muchos milagros que no han sido
escritos en este libro" (Juan 20, 31). Esto significa que cada autor
seleccionó hachos y palabras de Jesús y sólo aquellos que servían a la causa
que se había propuesto.
Fechas
de composición de las versiones: todos los testimonios de la antigüedad
establecen que el primer texto escrito del Evangelio fue el de Mateo en su
versión hebrea (el Mateo arameo) antes del año 62, mientras la fecha de la
traducción al griego sería anterior al año 70.
La
crítica no católica cree que la versión de Marcos fue la primera en escribirse
y que fue empleado como fuente de Mateo y de Lucas; para la crítica católica se
establece una fecha mínima en el año 53 y una máxima en el año 63, siempre
anterior al de Lucas.
Este
período de diez años concuerda, por otra parte, con los hechos conocidos de la
vida del apóstol, que habría compuesto su versión en Roma.
Compuesto
antes del Libro de los Hechos de los Apóstoles, el Evangelio según San Lucas
tiene como fecha probable el año 63, señalándose como fecha extrema el año 70,
aunque esta sin mayor fundamento.
En
cuanto a la versión de Juan habría sido compuesta hacia fines del siglo I,
entre los años 95 y 98, en la vejez del apóstol.
Fuentes
de las versiones del Evangelio: las similitudes y las pequeñas diferencias que
existen entre las tres primeras versiones (Mateo, Marcos, Lucas) la presencia
en ellas de pasajes exclusivos de cada evangelista, la existencia de pasajes
comunes sólo a dos de ellos, las discrepancias menores en cuanto a cronología u
orden de los episodios, a las circunstancias de los mismos y a los personajes
que participaron, etc., han planteado el problema de las fuentes manejadas por
los distintos autores. Estas similitudes se hacen más flagrantes en los tres
primeros, lo que ha llevado a dividir las cuatro versiones en dos grupos:
a)
Versiones sinópticas (Mateo, Marcos, Lucas); y
b)
Versión no sinóptica (Juan).
Sinóptico
significa que, confrontadas las cuatro versiones, se aprecian de un solo golpe
de vista (synoptikós) sus similitudes y diferencias.
Esto
ha llevado a plantear el problema de la dependencia de las versiones entre sí o
con otras fuentes. Para la tradición católica, las similitudes se explican en
función de que todas las versiones sinópticas dependen de una sola fuente
común: el evangelio oral. Las diferencias obedecerían al hecho de que cada
autor tuvo fuentes particulares o recuerdos personales.
Para
la crítica racionalista el evangelio primero fue el de Marcos, por ser el más breve
y por estar su versión incluida enteramente en la de Mateo y en forma parcial
en la de Lucas.
La
crítica independiente, aunque acepta parcialmente la prioridad de Marcos y la
influencia del evangelio oral, presupone la existencia de un texto anterior
(hasta hoy no encontrado) al que llama documento Q (inicial de la palabra
alemana documento). Habría un documento Q o "proto-evangelio" (primer
evangelio) o más de un documento, a los que habrían recurrido los tres
evangelistas. Esta hipótesis no descarta que este proto-evangelio sea el Mateo
arameo, que fue posteriormente traducido al griego.
La
situación actual del problema en la exégesis católica es atribuir la prioridad
al Mateo arameo, que podría identificarse con la fuente Q de la crítica
independiente; acepta la existencia de otras fuentes propias de cada
evangelista, componiéndose el siguiente cuadro explicativo:
a)
El Mateo arameo fue la primera versión escrita del Evangelio;
b)
Marcos habría seleccionado lo que creyó esencial del Mateo arameo, y por eso su
versión es la más breve; y
c)
Lucas tomó como base el Mateo arameo, completándolo con otras fuentes (escritas
u orales) de acuerdo con su propio testimonio (Lucas 1, 1 - 4).
La
lengua de las versiones: para su prédica oral, Jesús empleó la lengua corriente
de su tiempo, el arameo, no el hebreo que podríamos denominar clásico, sin que
se descarte aun la posibilidad de que pudiera haberlo hecho en el griego
difundido por el Mediterráneo, la lengua llamada "koiné". La misma
lengua debieron emplear los apóstoles para la catequesis oral y este arameo fue
el empleado por Mateo para su versión escrita, tal como surge del testimonio de
Papías: "Mateo hizo, en dialecto hebreo, una compilación de las sentencias
y las interpretó según su capacidad" (Papías fue Obispo de Hierápolis y su
obra fue compuesta hacia el año 125).
En
cuanto a las otras versiones, fueron escritas directamente en koiné o griego
popular.
Conservación
y traducción de las versiones: las versiones fueron conservadas en papiros, el
mismo material de escritura en el que fueron escritas, y las copias estuvieron
a cargo de escribas profesionales; pero la escasa resistencia del material
obligó al posterior uso de pergamino, hecho con piel de oveja adelgazada. Las
versiones que se conservan en mayor número están escritas en pergaminos y las
más viejas pertenecen al siglo IV.
En
cuanto a las primeras traducciones, fueron realizadas en tres lenguas: el
latín, el sirio y el copto. De las traducciones latinas señalamos como la más
antigua la denominada "Vetus latina" (latina antigua) o
"Prevulgata" (anterior a la vulgar) hecha posiblemente ya en el siglo
II. A ella le sigue inmediatamente la realizada por San Jerónimo en el siglo
IV, denominada "Vulgata" (la vulgar) que fue aceptada en el Concilio
de Trento (1551) como la versión oficial de la Iglesia. De ella han salido
todas las traducciones realizadas en las distintas lenguas nacionales (alemán,
francés, español, etc.).
Fisonomía
de las versiones: en su redacción original, estas versiones constituían un
texto corrido, es decir, sin división interna. En el siglo XIII se procedió a
su división en capítulos, atribuida o bien al Cardenal inglés Langton,
Arzobispo de Canterbury, o a Hugo de San Caro, Cardenal español, y aun al monje
francés Arlettus. En cuanto a la división en versículos se debe al impresor
francés Roberto Estéfano, que vivió a mediados del siglo XVI y publicó su texto
versiculado en el año 1551.
En
cuanto a los títulos colocados a la cabeza de ciertos pasajes, tampoco es
original y han sido colocados para ayudar al lector en la búsqueda de los
mismos.
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